CUENTAS PENDIENTES
Occidente, mejor dicho, Europa Occidental (Inglaterra, Francia, Países Bajos, España, Portugal, Alemania), trazó fronteras en Africa con sextante y compás, apoyado exclusivamente en sus ambiciones de explotación y en el nacionalismo recalcitrante de dicha Europa, sin respetar la distribución de las distintas culturas y grupos étnicos, creando así “estados” inviables, donde el espíritu diabólico de la cultura occidental se casó (y sigue casándose) con el espíritu del mal de las culturas locales de las tierras ocupadas que, desde entonces, desencadenaron la corrupción y el abuso que perduran hasta nuestros días.
Occidente (Europa Occidental), durante todos los años en que tuvo el poder absoluto en Africa negra, no hizo el menor esfuerzo por crear infraestructuras de industrias básicas, tampoco quiso que los nativos africanos alcanzaran una formación académica liberal a gran escala capaz de desencadenar una gobernabilidad viable de los territorios ocupados.
A propósito, nos gustaría, por ejemplo, que Francia o España nos muestren las estadísticas de cuántos médicos nativos, ingenieros industriales, ingenieros agro-ganaderos, arquitectos, peritos mercantiles, expertos en la administración pública, licenciados en ciencias económicas, etc. habían formado a la fecha de la descolonización de Gabón, Guinea Ecuatorial o Camerún. Se ocuparon, más bien, por “evangelizar” (cosa que perdura en la actualidad) llenando los seminarios religiosos para formar curas y catequistas para con ellos drogar a la población con promesas de una vida feliz en un cielo etéreo. También se ocuparon (y siguen ocupando) mayormente en formar guardias coloniales entrenándoles en las técnicas de tortura a la población.
Por eso prefirieron a Mobutu en el Congo Kinssasha que a Lumumba, prefieren a Saso Ngueso en el Congo Brazaville que al profesor universitario Pascal Lisuba, en Gabón prefieren al analfabeto Omar Bongo que a cualquier universitario o intelectual gabonés, son partidarios de la continuidad del soldado colonial y brujo Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial antes que cualquier patriota o intelectual guineo-ecuatoriano, etc. etc. Todo esto para continuar con sus planes de convertir a África en la despensa de las materias primas y en mano de obra barata que Europa necesita para los trabajos que requieren mucho desgaste físico (agricultura, construcción, industria), trabajos ante los que los jóvenes nativos europeos prefieren el paro antes tomarlos.
La descolonización africana vino provocada por la presión combinada de la URSS de Khruschev y los EEUU de Eisenhower, después de la crisis de Suez y la independencia de la India, y se hizo contra los deseos de la rapiña europea.
Occidente (Europa Occidental) ha continuado explotando las riquezas más apetitosas de Africa central (diamantes, uranio, oro, petróleo, etc) y ha provocado guerras para defender sus intereses (Katanga, Tshombé y todo lo que siguió y sigue).
Antes de todo esto, Occidente y el Islam desarrollaron durante varios siglos el tráfico de esclavos, que despobló Africa y la privó de su dignidad. Con la ayuda, sin duda, de muchos traidores locales.
No se trata de mitos. Occidente tiene cuentas pendientes muy importantes con Africa. Otra cosa es que las pague, pero no sólo con dinero, que sería relativamente fácil con simplemente devolver a África todo el dinero que los torpes corruptos y dictadores africanos roban a sus poblaciones e ingresan en la banca europea, sino en justicia y en fraternidad.
Pero, lamentamos decirlo, por encima de todo lo anterior, la cuenta pendiente más importante que Europa occidental tiene con los negros africanos es su racismo, que les hace considerarles genéticamente inferiores. Invitamos a Europa occidental a examinarse con un poco más de sinceridad. ¿Es el racismo blanco un mito?
Fuente: Propia