Weja está en Madrid. ¿Gracias a? Dicen que por presiones de carácter “humanitario”. Y lo dicen sectores del Meao (Movimiento de españoles amigos de Obiang) y sus grupos mediáticos. Hablan también de un líder bubi del Movimiento para la Autodeterminación de la Isla de Bioko- y lo resaltan. ¿Qué interés tienen y han tenido estos del Meao, en sus distintos posicionamientos, por los bubis, por los guineanos, en general?
Respuesta: ninguna. Sencillamente, pensamos, que su finalidad la de instrumentalizarlos para trazar alguna posible táctica ya sea de maquillaje del régimen de Obiang, ya sea para utilizar el evento para resaltar la división y fomentar esa división de carácter étnico entre los guineanos de la oposición, división y espantajo que favorecería la estabilidad del régimen de Obiang.
En el caso del origen del poder de Obiang, es sabido que si una estructura de poder personal, como la anterior de Macías, se derrumba pero sobreviven de alguna manera gran parte del material “humano”, como las condiciones más importantes para ese ejercicio de poder personal, de los restos de ese poder personal puede surgir algo nuevo pero muy parecido al poder personalista pre-existente. Obiang es, sencillamente, una continuidad en el poder de Macías, con las mismas características aunque diversa tendencia, y fuera ya de la vistosa violencia en masa anterior. La tipología social de los dos sistemas de poder, son muy parecidas por no decir idénticas, por más que Obiang, intente camuflar, con ayuda de amigos españoles y norteamericanos, una situación de clara de continuidad dictatorial a todas luces evidente.
Los regímenes políticos guineanos desde inmediatamente después de su independencia, no eran de partido único, eran más bien, unas sociedades sin partidos en el que el sistema occidental de partidos carecía de sentido en sus condiciones tanto naturales como humanas. No existía un partido, existía la figura de un líder omnipoderoso al cual se supeditaba toda la estructura y el aparato del partido (por entero), en realidad una conjunción de instituciones de base sin más contenido político que unos lemas y unas promesas que, con el tiempo, echaron mano de la violencia para su mantenimiento, para la imposición de la voluntad del líder y su permanencia, que era lo que en realidad se buscaba, tratando de garantizar un necesario y mínimo estatismo o, por lo menos, dar el pego en tal sentido.
El pluralismo político impulsado con posterioridad, estaba orientado en realidad, a maquillar esta realidad personalista, y no únicamente en Guinea Ecuatorial. No triunfó en ninguno de los países del entorno de forma estable y derivó en más de lo mismo, de lo anterior, de la voluntad todopoderosa de un líder “nacional” (que no nacionlista) ante cuya supervivencia en el poder, se supeditaba todo. La estabilidad “afecta” se buscaba y se imponía y se impone impunemente, silenciando incluso.
En nuestro caso, como el de muchos. el material humano heredado del pasado colonial franquista, en lo más próximo, no se adecuaba, para nada –junto con las tensiones y las farsas buscadas en el mismo proceso de “descolonización” - a dicho sistema democrático y multipartidista “occidental”. Ni por psicología, ni por el grado ni el tipo de formación percibido, ni por el grado de cultura política y general, ni por el grado de preparación profesional ni por los condicionamientos habidos propios de un niven de desarrollo insuficiente para ese modelo, sin las garantías adicionales y propias necesarias. Primaba en la mayoría los casos, lo que es lógico y derivado de una situación inmediata, es decir, una idea bastante primitiva del poder; un poder que había que quitarle a unos momios permanentes y todopoderosos para entregarlos a otros momios también permanentes y todopoderosos, pero ya locales, con su mayor o menor grado de proclividad y afección a los intereses occidentales, total en la fase “pluralista”, es decir, en la fase en que es más fácil vehicular intereses externos contrapuestos asnte esas peculiares deficiencias.
Desde los inicios del “intento” de instauración de un sistema pretendidamente pluripartidista (sabedores de su imposibilidad práctica en cómo se llevó a efecto y como se lleva a efecto, sin garantías de ninguna clase ni requisitos mínimos para que tal proceso pudiera ser mínimamente efectivo y creíble y, solo reales a los efectos de maquillar una situación dictatorial), allá por los noventa, esos intentos de instaurar en Guinea Ecuatorial una democracia al estilo “occidental europeo” han demostrado lo que ya han demostrado también en sus vecinos, es decir, que el sistema supuestamente multipartidista (que no es tal) y las “elecciones” “libres” de los órganos de representación de la soberanía popular, - por circunscripciones electorales sin ningún tipo de proporcionalidad, amén de las posibilidades infinitas de fraude masivo por el poder – SON MERAS PANTALLAS DE UN PODER DICTATORIAL PERSONAL PERMANENTE Y ESTABLE, SIN POSIBILIDAD DE REVOCACIÓN NO VIOLENTA POR EL PUEBLO.
La democracia “occidental” solo tiene sus efectos no del todo negativos y conserva o puede conservar algo de sus cualidades, en las condiciones naturales de su entorno, es decir, en una sociedad con garantías, estructurada ya en siglos, y de libertades reconocidas afianzadas (aunque severamente limitadas en realidad en la actualidad) y dentro de una plural sociedad occidental. En otro entorno distinto, como el africano, se convierte o puede convertirse, sin las debidas garantías, en un instrumento del poder omnímodo y todopoderoso permanente de un tirano, al servicio de intereses exteriores.
Y eso, lo sabemos todos, se sabe que, sin garantías de juego especiales para el caso, nada es posible y Obiang tiene garantizada la supervivencia de por vida. En último extremo, en caso de severo descrédito, echan mano de lo étnico o del peligro “nacionalista” o “socializante “ o, ya en mucha menor medida, por no decir para nada en la actualidad, del anti-comunismo.
En ello pueden estar. De ahí la conveniencia de que Weja y los suyos, actúen en interés general DE TODOS, como sería lógico, sin caer en lo que fácilmente nos señalan los neo-kalungas del Meao como un hecho con posibles connotaciones étnicas. No debemos caer en esa velada trampa.
Se trataría de denunciar al régimen por sus crímenes contra la humanidad y de requerir una unidad clara y efectiva frente a esa ignominia para África y Guinea Ecuatorial que es el régimen Obiang-Meao, y promover y proponer unas bases firmes de democracia y libertad que garanticen que no puedan darse, nunca más, casos como el de Weja, Faustino, Bienvenido, Felipe, ….secuestrados políticos por un régimen que se pretende multipartidista y democrático, auxiliado en ello por el Meao, en realidad, criminal dictadura.
Por una Guinea Ecuatorial en la que quepamos todos.
Carlos Jorge de Moganda
Liga Espartaco
Economista de Foro Solidario por Guinea Ecuatorial
Fuente: Propia y Foro Democrático.