El Cambio en Guinea es un proceso político y no una gestión administrativa. Las medidas iniciadas por Ricardo Mangue, son necesarias pero no suficientes y no cuentan con el apoyo social.

Exilio 19 de septiembre de 2006.-

Desde el nombramiento de Ricardo Mangue como Primer Ministro, éste ha querido dejar claro que gobernaría como verdadero jefe de gobierno. Sin haber mencionado en sus discursos la palabra CAMBIO, ha planteado a los guineanos que su política se articulará en torno a tres ejes: lucha contra la corrupción, una administración conforme a la ley creando y consolidando un Estado de Derecho y la persecución despiadada contra la desestabilización política.

Este último punto ha sido hasta ahora el único objetivo del gobierno de Obiang Nguema Mbasogo, al que ha dedicado el 80% de sus energías, persiguiendo la disidencia política y familiar hasta imponerse como el único con poder político, estando debajo de él NINGUNO. Con él, en él y para él han trabajado hasta ahora todos sus colaboradores de cualquier rango. El resultado ha sido un estado ausente, la anarquia política y social con ausencia de cualquier referencia que no fuera la figura del dictador.

Ricardo parece haber recibido el encargo de crear un estado, que lo es de Derecho, es decir, donde todo esta sujeto a la Ley. Y subsidiariemante luchar contra la corrupción -que subvierte el orden del estado de derecho- y apartar cualquier maniobra desestabilizadora de la oposición interna y externa que lleva años reclamando el fin de la dictadura.

Ricardo se ha reunido con los partidos amigos comparsas, se ha reunido con la oposición CPDS y UP y se ha reunido con el secretario general de su partido PDGE. Además ha tenido reuniones con el presidente del parlamento y con el de la Corte Suprema. Otras reuniones han sido con los funcionarios y con los empresarios, a quienes ha reiterado su objetivo de terminar con las prácticas de corrupción castigando el enriquecimiento ilícito. Para dejar claro que su discurso contra la corrupción no iba en vano, el día 15 fue cesado por irregularidades cometidas en el desempeño de sus funciones D. Jesús Capote King, Inspector General de Servicios en el Ministerio de Transportes. El cese ha sido mediante un decreto presidencial, cosa extraña si se tiene en cuenta que Obiang debería delegar la función de gobierno a Ricardo Mague y solo sancionar las leyes y normas como Jefe de Estado. Se sigue gobernando mediante decretos presidenciales y esta anomalía legal debe tambien cambiar.

A pesar de tanta actividad por parte de Ricardo, no se ha visto todavía signo alguno que haga alusión a un cambio en marcha y que sea irreversible. Ricardo debería tener además autoridad real sobre el ejército, estando el jefe de estado mayor bajo su autoridad como en los sistemas organizados. Además debería tener también bajo su autoridad al ministro del interior y al de seguridad. Sin esos poderes que constituyen la coerción en última instancia, Ricardo está condenado a fracasar y cuando esto ocurra entregarán su cabeza a los corruptos -contra los que luchó- y al pueblo -a quien no satisfizo su reforma light-.

La labor de cambio que desea emprender aparentemente Ricardo no debiera ser un proceso unilateral del gobierno ni un acto voluntarioso de un ministro. El cambio en Guinea, después de tanto abuso, corrupción e inoperancia, solo puede darse como un movimiento síncrono de todo el pueblo con todas sus fuerzas vivas y las instituciones del débil estado. El pueblo debe creer en el cambio para extraer de su interior las energias necesarias para llevarlo a efecto. Lo guineanos deben creer en Guinea como algo propio, sobre el que pueden incidir con sus aciones en pro del país. Guinea no debe seguir viendose como patrimonio de la familia presidencial como hasta hora.

Porque si Guinea es patrimonio de Obiang como éste nos hace ver, pues entonces que cada uno haga su propio país en su propio espacio donde se mueve y en esa atmósfera de inseguridad los que pierden todo son los que caminan a pie y se llaman pueblo llano. Así, el ministro impondrá su dictadura en su ministerio, el alcalde impondrá su dictadura en la alcaldia tomando decisiones no ajustadas a derecho como ocurre actualmente. Y podemos encontrarnos de nuevo con el ejemplo de un Abia Biteo que aprovecha su autoridad de primer ministro para echar a su mujer legal de la casa que era de ambos antes de subir al olimpo del poder. Guinea, con el modelo anti-estado de Obiang es una colección de dictaduras en todos los ámbitos y geografias.
Por ejemplo un soldado que no tenga dinero un dia, solo tiene que ponerse el uniforme y montar su control en cualquier carretera. Incluso hay gente que alquila los uniformes a los militares para organizar sus controles y robar a la población en la mayor anarquia que se haya visto.

En ese escenario de ”salvese quien pueda” que Obiang convirtió a Guinea, no basta decir que se van a hacer cambios y a tomar medidas contra los corruptos. Hay que sanear el pais mediante una catarsis singular consensuada. Todos deben participar en el cambio, en la escuela, en la calle, en el barrio, en los hospitales, en las aduanas, en los aeropuertos, en los palacios de justicia, en los bancos, en las empresas, en el ejercito. HAY QUE UNIR A LA GENTE EN UNA MISION DE CAMBIO NACIONAL, RECLAMANDO DE CADA UNO SU ENERGIA E INCORPORANDO DE CADA UNO SUS IDEARIOS DE CAMBIO EN EL PROYECTO NACIONAL DE CAMBIO.

Solo cuando el pais se haya preparado para el cambio, los actores diversos iniciarán cada uno lo que cada uno deba hacer en su parcela de poder o de actividad. Los partidos, todos, acompañarán al gobierno y éste al poder judicial en todo lo que toca hacer por el cambio profundo que el país exige de forma perentoria y inaplazable.

El cambio no es el ”Buen gobierno”, no es una red contra la corrupción (somaten), no es seguir tramites transparentes para el pago de deudas tributarias. NO ES UN SIMPLE MANAGEMENT. Es todo eso y mucho más. Es todo un himno a la esperanza por un futuro digno dentro de un pais organizado en el que el HOMBRE sea el centro de la actividad social, su ALFA y OMEGA. El cambio es un proceso político profundo y como tal debe ser abordado si no se quiere fracasar.

Y eso es fácil de hacer incluso aunque no se haya pactado al cambio entre todos los actores como sería lo suyo. Porque lo ideal es un CAMBIO A LA DEMOCRACIAD PACTADO o negociado en tre todos o casi todos.

Dando por sentado que el cambio no es solo el buen funcionamiento del pais de acuerdo a pautas regladas, se ha de entender como una oportunidad histórica para realizar la transición a la democracia en paz y en armonía entre todos. Solo cuando todos creamos en el proyecto de cambio que todos nos hemos marcado -o que al menos hemos discutido y votado o consensuado- es cuando el primer ministro podrá reunir a su equipo atribuyendo a cada uno su rol, con la segurida de que los directores generales cumplirán las recomendaciones ya que proceden de un plan global en el que todos estamos implicados. El que no siga sus responsabilidades no subvierte al primer ministro solo sino que subvierte la legitimidad democrática que ha respaldado la elaboración del plan de cambio a la democracia y el fin de la anarquia adminsitrativa. El que subvierta el plan consensuado subvierte cada una de nuestra voluntades y debe en consecuancia hacerse responsable de esta acción penal. (se supone que el pacto del cambio deviene ley interna)

Los cambios de esta naturaleza engarzados en los puntos de inflexión -que son los momentos singulares de la historia de un pais- siempre se hacen mediante el modelo de gobierno de unidad, de concertación o de concentración. Pero no es tanto la composicón heterogénea del equipo gubernamental la que asegura el cambio, sino el propio plan de cambio, que adquiere los atributos de un imperativo legal, en norma de obligado cumplimiento una vez que se negocia entre todos los actores sociales y políticos.

Es por esto que Ricardo Mangue, a quien no se le discute capacidades y energías singulares, deber convencerse de que aun siendo moderado su plan de cambio, -tanto que no se atreve a llamarlo tal- debe contar con el empuje de un sector importante del pais, aquel sector precísamente que demanda el cambio desde hace décadas, que no es el grupo de ministros de toda la vida que han basado en el ”si mi presidente” com única actividad de gobierno. Los exiliados, los trabajadores, los funcionarios, los estudiantes, las amas de casa, los cuadros nacionalistas, los ”asentados” en el mundo rural, son el núcleo que ha de sostener el ideario de cambio. Y por supuesto todos aquellos que han sufrido la repreión por haber exigido el cambio, es decir los presos políticos.

En ningun caso puede iniciarse una cruzada en solitario contra la corrupcion y a favor del buen gobierno cuando hay cientos de encarcelados que lo fueron en juicios sin las debidas garantías. ¿como puede exigirse el fin de la corrupción cuando los cientos de presos son la prueba palpable de la corrupcion judicial, de la impunidad ante la tortura y del desprecio olímpico a las leyes procesales?. La coherencia debe estar presente en cualquier discurso de un político si éste quiere ser creible. Cosa distinta sería si Ricardo quiere mandar como brazo ejecutor de Obiang sin importarle si él mismo goza de legitimdad propia como jefe de gobierno.

Yo en su caso me preocuparia de que aun habiendo sido elegido a dedo por el dictador, en mí se dieran atributos de legitimidad por parte del equipo gobernamente -que se supone colabora conmigo- y por parte del resto del pais, pudiendo ser esta legitimidad mayor que la otorgada por el dictador(legitimidad ”manu militari”). Un primer ministro que no quiere ser unicamente el brazo ejecutor de Obiang y tener un poder real para hacer cosas, debe a la fuerza rodearse de los atributos de liderazgo. Y eso implica tener mentalidad política, capacidad de negociación y de tolerancia, agilidad mental para buscar fórmulas de acuerdos entre las partes, etc. No se puede ser jefe de gobierno solo en la fuerza que emite el dictador, hace falta ser líder. Y desde ahí tener más horizontes que la simple represión política.

El primer acto para abrir las energías del pueblo hacia el cambio es liberar a todos los presos políticos y compensarles por haber sido enjuiciados en un juicio falto de garantías, que el estado se hace reponsable civil. Ricardo debe viajar a Evinayong para negociar con Felipe Ondo y con Bienvenido Samba, liberando a ambos de forma urgente, por supuesto de acuerdo a la ley procesal. El largo encarcelamiento de Samba, sin causa abierta, exige no solo su liberación sino una compensación económica por los graves perjuicios sufridos. Si se quiere hacer bien las cosas habría que enjuiciar a los que decidieron su encarcelamiento, que esta tipificado como secuestro.

Si hay buena voluntad, debe abrirse el registro de partidos y asociaciones para que los que quisieran puedan registar sus organizaciones.
Solo esas dos medidas podrían hacer que los corruptos empezaran a disminuir porque se darían cuenta que esta vez los cambios puede ser irreversibles y el primer ministro podria contar con más apoyos que los del dictador.

En los próximos meses veremos si el nombramiento de Ricardo por parte de Obiang es simple continuidad con afán de quemarle al descendiente de Mangue mḾ́bo Nkumu o si de verdad su decisión es coherente con un deseo de cambiar el pais, aunque solo sea para dotarle de mayor racionalidad técnica y administrativa. En este último caso, la debilidad de Ricardo es la política, es decir la sensibilidad, el diálogo y el acuerdo, y esa debilida le inhabilita para una acción de cambio verdaderamnente importante. Pero si se conocen las debilidades el problema esta superado. Unase un negociador al Primer mInistro y adquierase fortaleza mediante la negociación.

Se habla de conferencia de reconciliación, de gobierno de unidad nacional, de reformas legales y constitucionales, etc. Pero todo es nada si antes no hay voluntad de cambio y el cambio pasa por la excarcelacion de los disidentes políticos y de los miitares represalidados. Cada uno de los encarcelados tiene tras de si uns vículos familiares que pueden ayudar al cambio si hay un espíritu de apertura y de dialogo. 300 encarcelados son crispaciones que no ayudan al retorno de la paz real. Necesitamos la paz para avanzar hacia el verdadero desarrollo. El crecimiento economico no se ha traducido en desarrollo económico porque el pais no tiene un modelo de convivencia democrático que alcanza la paz mediante equilibrios de poder que comportan a su vez redistribuciones de renta en la equidad y la solidaridad.

El cambio no se ha de entender solo como modernización de la sociedad mediante construccion de infraestructuras. Si no existe una tradición en el funcionamiento de una sociedad, sea ésta mercantil, políitica o militar, de nada vale construirla. Y la modernidad no es infraestructura sino mentalidad y procedimientos. Las infraestructutas exigirirán una racionalidad organizativa para su funcionamiento y eso no se puede dar si los que toman decisiones lo hacen basandose en vinculos familiares o en creencias brujeriles. Las decisiones racionales implican una organización que está en la esencia de las democracias: hacer lo que la mayoria demanda como óptimo social, buscando el óptimo en el uso de los recursos.

Por tanto modernizar infraestructuras sin modernizar los esquemas de toma de decisiones o sin modernizar los mecanismos de poder que han de ser democraticos (para los bienes publicos se entiende) y racionales es recorrer un camino que habrá que desandar.

El cambio a la modernidad debe ser un todo, cambio de organización política y cambio de organización técnica bajo la égida de la ciencia, la razón y la democracia. Hay una oportunidad para realizar grandes transformaciones al estilo de Ataturk o Meiji al mismo tiempo usando la energia que la ilusión del cambio lleva consigo: cambio tecnologico y cambio político.


Nvo e´Zang Okenve Mituy
Foro Solidario Por Guinea Ecuatorial


Fuente: propia

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