EL CAPITALISMO FAMILIAR DE GUINEA ECUATORIAL: UN MODELO NO SOSTENIBLE.PARTE II

Madrid 12 de enero de 2007.-

En la primera parte vimos que el capitalismo nace en Europa gracias a la explotación de los recursos humanos y naturales de América y Africa, pasando del capitalismo mercantilista al actual capitalismo financiero. La clase que lleva a cabo esas tranformaciones y que se beneficia del nuevo sistema económico es la burguesía, la cual reclama el establecimiento de un nuevo modelo de organización social y política conocido como ESTADO MODERNO.

Ese Estado, además de llevar como impronta la separación de poderes y de reclamar el imperio de la Ley para todos -los señores feudales y los reyes desaparecen bajo este principio fuerte o al menos sus poderes son sometidos- cumple una función, cual es garantizar a la burguesía su desarrollo dia a día, lo que se ha dado en llamar la reproducción de la burguesía, la clase que es consustancial al nuevo sistema. La burguesía además requiere el uso de las ciencias y de las artes porque favorecen el desarrollo económico. De modo que el estado moderno tiene como vocación la de ser un estado desarrollista y acoge además una de las reivindicaciones de la clase obrera, cual es la distribución de la renta nacional basada en principios de equidad, léase justicia social.

Esa redistribución de la renta nacional hace surgir la Hacienda Pública moderna, que se transformaría con el tiempo en la HACIENDA DEL BIENESTAR que acompañó al Estado de BIENESTAR que se disfruta todavía en Europa Occidental.

Decir aquí de paso, en términos de referencias históricas, que mientras en Europa surge el Estado de Bienestar, en Africa las independencias alumbran ESTADOS DE MALESTAR, o Estados Fallidos, aquellos que fracasan en su vocación social y que se configuran como anti-demiurgos criminales del hombre africano.

En síntesis, hemos visto nacer un estado moderno, que favorece el desarrollo económico promocionando a los inversores o burgueses en el marco de un Estado de Derecho, el cual solidariza a los habitantes de la nacion-estado mediante una hacienda redistribuIdora de renta entre las personas y entre las regiones (cohesión social).

Está claro que si esas circunstancias no se dan en una zona determinada, no podemos considerar que en esa zona exista el capitalismo ni el Estado. Una zona en que no rige el capitalismo ni puede ser considerado Estado (moderno), no siendo tampoco un modelo comunista, es una aberración espacio-temporal, el infierno sobre la Tierra.

Para el caso de Guinea Ecuatorial, un dictador, Obiang Nguema, se ha constituido al mismo tiempo en máximo jefe militar, máximo jefe político y máximo empresario sin tapujos, esto último mediante el uso indiscriminado de ilícitos, entre los que destaca el expolio de las riquezas públicas a su favor y el desarrollo, en régimen de monopolio, de actividades económicas en varios sectores. Todo eso ocurre de forma simultánea con la ausencia de una burguesía y con el uso desenfrenado de la antirazón y el anticientifismo. Eso difícilmente puede ser llamado capitalismo y Estado.

Sin la burguesía, la clase social que realmente es la beneficiaria y la razón de ser del estado moderno, no puede haber Estado ni sistema capitalista, al menos no puede haber un CAPITALISMO NACIONAL ni por ende una BURGUESIA NACIONAL. Una sola familia, la de Obiang, no puede ser toda la burguesía del país, máxime siendo no ilustrada y apoyandose siempre en el mito.

Existe empero un capitalismo de origen extranjero que se desarrolla en el país explotando la pesca, el petróleo y el gas. Pero esas actividades en gran parte no están imbrincadas con el resto del pais. El dinamismo del sector petrolífero en Guinea, por ejemplo, no demanda más ingenieros guineanos ni que la familia Obiang tengan más cultura tecnológica ni que esa familia adopte los paradigmas tecno-cientfíficos en sus esquemas mentales. Obiang sigue recurriendo a la violencia y a la hechicería, mientras las perforaciones petrolíferas se hacen usando las tecnologias más modernas. Como Obiang no piensa modernizarse, no hay peligro para las actividades petrolíferas mientras Obiang permanezca al margen del sistema de producción petrolífera. Es decir que, en cierto sentido, el capitalismo de las explotaciones petrolíferas y gasísticas puede desarrollarse como si fuera una isla dentro del esquema creado -más bien descreado- por Obiang, que no es capitalismo, sino apropiación violenta de los bienes privados y públicos de los guineanos, que por eso se hallan sometidos a la fuerza.

Acumular dinero mediante la violencia no es capitalismo, pues éste se basa en el proceso de inversión y rentabilidad del capital, dentro de un espacio regido por el Derecho Civil que se aplica a TODOS SIN EXCEPCION, siendo el Estado el árbitro que aplica el Derecho y garantiza así el contrato entre los agentes económicos. Ese Estado está obligado a perseguir los ilícitos o lo que es lo mismo, está obligado a mantener la legalidad y a perseguir la delincuencia que supone el uso de la violencia y el robo. Y a garantizar la libre competencia.

Las economías importantes como el petróleo, además de ser sistemas-islas en el esquema primitivo de Obiang, no mantienen relaciones con el resto de los sectores y por tanto no crean efectos de encadenamiento (linkage effects) hacia adelante ni hacia atras arrastrando al resto de los sectores hacia arriba, que es adonde han estado evolucionando desde que comenzó la explotación de hidrocarburos en Guinea.

La construcción caótica y desenfrenada que se observa en Bata y Malabo utiliza materia prima o insumos de origen extranjero y por tanto tampoco arrastra al resto de la economia, siendo más bien un sector que actúa como refugio y como base para la especulación y expolio inmobiliario de la familia Obiang.

Obiang invierte en mercados finacieros internacionales los resultados de sus detracciones forzosas a los guineanos. Mantiene cuentas bancarias en Occidente y en China y hace negocios con hombres de negocios importantes que siguen de forma escrupulosa la lógica de la economía de libre mercado, esa lógica que Obiang niega dentro de Guinea. Las decisiones dentro de Guinea no siguen los esquemas de un estado moderno, sino los esquemas mentales de un hombre que no alcanza, en capacidad e imaginación, los niveles básicos de un joven de 16 años que viva en un páis occidental. Curiosamente la imaginación de Obiang para el mal pensamiento y para hacer daño e ilicitudes no conoce parangón. Aqui podemos encontrarnos con un caso de patología.

Obiang y su familia trabajan activamente para evitar la aparición de una burguesía local. Permiten que algunos ganen dinero pero vigilando sus cuentas, de forma que cuando estiman que algún empresario guineano ya posee una cierta capacidad económica, se le incorpora en el gobierno o se le imputa un golpe de estado. Los problemas que desde hace años tiene Obiang con sus antiguos colaboradores -muchos de los cuales le facilitaron el acceso a la hegemonía del poder- son debidos precísamente a la conducta perversa de Obiang y de su familia de eliminar cualquier atisbo de burguesía nacional y de aliarse, sin embargo, con extranjeros expoliadores, los cuales, por el hecho de ser extranjeros, no pueden abrigar -en la mentalidad de Obiang- ninguna idea para hacerse con el poder político.

Obiang quiere vasallos y no desea estar entre iguales con los que tenga que competir en una economia de libre mercado. Guinea no es por tanto una economia de libre mercado, sino un modelo maestro y vasallos, que cambia de forma continua para que ningún vasallo pueda convertirse eventualmente en un señor con ambiciones de poder, como teme de forma obsesiva la familia de Obiang. Todo el país es víctima de la obsesión de Obiang de no querer perder el poder y, lo que es peor, de conservarlo usando la violencia, la ignorancia, la brujería, la sospecha y el principio IN DUBIO ANTI REO.

Toda la estructura de poder, todo el sistema de toma de decisiones, todas las anomalías, todas las ineficacias, todas las deseconomias de escala, todas las rigideces de todos los mercados, los apagones, la insalubridad, el hambre, la incultura, la violencia Y la muerte en Guinea, tienen como base la obsesión de Obiang de conservar el poder a cualquier costa.

Y cuanto más se aferra Obiang al poder, más alejado del óptimo estará Guinea, es decir más irracional y más caótica será y más demandará en contrapartida la lucha contra la dictadura feudal de Obiang. Dos fuerzas opuestas, acción y reacción están enfrentadas. Cuanto más acción emprenda Obiang para mantenerse en el poder usando sus procedimientos ilegales y delictivos, más reacción generará desde todos los sectores, ya que todos ellos salen perjudicados.



Fuente: propia

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