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SIGUE EL ESPECTACULO...CON CENSURA, CLARO publicado por: rafi de la torre el 28/02/2007 17:05:40 CET
Tiempos difíciles siempre los ha habido para la libertad de expresión. Yo diría, que en raras ocasiones se ha aplicado ésta sin que alguien salga perjudicado, sobre todo los profesionales que no han querido renunciar a la verdad sin ambiguedades y manipulación y la han puesto como condición indispensable para realizar su labor. Los profesionales y los medios hay que decirlo no persiguen los mismos objetivos. Los primeros que han ejercido este oficio o profesión conscientes de sus obligaciones para con los receptores de sus informaciones (caiga quien caiga), han tenido que elegir en muchas ocasiones el figurar en la lista del paro para seguir manteniendo su dignidad y compromiso con la verdad, -repito- caiga quien caiga o, plegarse a las condiciones que se les imponen por los dueños y señores de las empresa a la que pertenecen. En todo caso si se trata de una empresa privada me parece grave y nunca admisible la censura, pero mucho más si ésta parte de una empresa estatal, pública. El lamentable espectáculo al que hemos asistido con la censura por TVE o mejor dicho por la denominada ahora corporación RTVE, de una entrevista al veterano periodista, José María Garcia, es incalificable. El ”butanito” como le conocíamos hace años, hizo unas declaraciones que no gustaron ni a los socialistas ni a los populares. No hay que olvidar que la elección del actual responsable de RTVE fué por consenso de las dos formaciones políticas. No creo que se tomara esa decisión sin consultar previamente las partes que estuvieron de acuerdo en dicha elección. Además de no haber sido así el PP hubiera aprovechado la ocasión para atacar a su adversario político. ¿Por qué esa sintonía entre los dos cuando no se ponen de acuerdo en otros tremas cruciales para la sociedad española?
Comparto con José Maria García, que en caso de haber ofendido a alguno de los aludidos en sus declaraciones, fuesen ellos los que presentasen querelllas contra él en el caso de no contar con pruebas de lo manifestado. La explicación dada por RTVE y aceptada por Quintero, no justifica su censura. ”No eran opiniones sino insultos los que vertía Garcia hacia los aludidos”. Hay que tener cuajo para señalar esto cuando somos espectadores de los innumerables insultos que se prodigan a diario entre las dos formaciones mayoritarias de este país. He esperado la reacción del responsable del programa, Jesús Quintero, (un buen profesional en la conducción de programas) para tener datos suficientes para sacar conclusiones sobre este desgraciado ”incidente” que cuestiona y pone de relieve más que nunca lo difícil y costoso que resulta mantener la independencia de todos los que intervienen en los medios. Lo que ha ocurrido no me ha cogido de sorpresa. He conocido tan de cerca el peso-opresión de la censura que en aquella ocasión lo que más me hizo sufrir, lo que prevaleció, más que nada en mi destitución en REE por defender y mantener la verdad, fué la evidencia de la mentira a la que someten los políticos a una ciudadanía más interesada en consumir compulsivamente que en defender su derecho a la libre información, imprescindible, irrenunciable en un verdadero Estado de Derecho, Muchos de mis compañeros me han tachado de ingenua, idealista, incluso de poco inteligente al no aceptar la censura u omisiones que se me exigían desde las más altas esferas. Hago esta aclaración en cuanto a mi experiencia personal por lo que voy a exponer a continuación.
El que fuera desde 1.968, año en el que le conocí, compañero de profesión, Jesús Quintero, ofreció anoche un espectáculo patético, infantil, cínico, increíble, inaceptable, (y me quedo corta) ante millones de televidentes al intentar justificar su postura por la censura a la que había sido objeto por la ”corporación del engaño” RTVE. Con sus argumentos, pactados casi con toda seguridad, conociendo el percal, con la congregación, perdón, quise decir Corporación, Jesús Quintero, esgrimió una autodefensa que daba ¡ASCO¡. Intentó convencer de que no había sido su responsabilidad sino de RTVE, quien en última instancia era la que decidía los contenidos, según constaba en el contrato suscrito entre ambas partes; aseguró que cualquiera que se viera en estas circunstancias, no hubiese presentado su dimisión ante el atentado a la libre expresión; antepuso el interés de millones de espectadores con ”tele”, para continuar en el espacio, etc. ¡Pobre Quintero! Se le olvidó decir que el mantener un actitud digna es muy costoso, pero lo más indignante de este paisano mío fue poner en duda la existencia de personas que a pesar de todas las renuncias mantienen el orgullo y dignidad de una profesión y de su compromiso irrevocable por la verdad. Claro, que las hay. Pero, no se hallan en los primeros planos del ranking de audiencias, ni aparecen en los medios precisamente por seguir manteniendo sus convicciones. Desconozco el beneficio que saca, Jesus Quintero, de RTVE-que le habrá elevado su caché- por su participación y aceptación de censura. Pero, puedo asegurar que a partir de ahora ha perdido mucho de algo que no tiene precio, como dicen en nuestra tierra ”ni se compra ni se vende”, la credibilidad, la dignidad, por un puñado de euros y de fama tan efímera como ha resultado ser su compromiso con la libertad de expresión. El nombre de la productora de Jesús Quintero, viene ni que pintado en la reacción, ninguna, de sindicatos y organizaciones ante tal atropello a la libertad de expresión y opinión: SILENCIO.
Fuente: Rafi de la Torre
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