Mbo Oba, va a los hechos que por sí mismos demuestran muy a las claras la situación en la que se encuentra Guinea Estado, gobierno e instituciones con presencia en el país. Y no se deben refutar con insultos y con la pretendida existencia de extrañas conspìraciones como reflejan los defensores del Vicario General. Mbo Oba, va al grano de la cuestión. Presenta datos con fechas, nombres, hechos, etc, que le dan una credibilidad a diferencia de los que obstinadamente escriben sin ton ni son para desestimar las denuncias que desde diferentes sectores (algunos anónimos para preservarse de represalias) hacen de la trayectoria y modo de actuación de este, al parecer, despigmentado cura.
Cabe preguntarse por qué las recientes denuncias a la figura de esta ”eminencia” han suscitado la aparición de tantos hombres y mujeres en esta y otra páginas sobre Guinea. Todos ellos dicen ser cristianos y en ello fundamentan su participación no exenta de maldiciones e insultos hacia los denunciantes, cosa muy contraria a los preceptos por los que se debe regir un cristiano que se precie. Y qué decir de sus argumentaciones...que no aportan nada (salvo notas curriculares cercanas a la ”santidad” de Santi ) pero sí que revelan y sostienen con más fuerza dichas denuncias.
Además, el estilo empleado en la redacción de las notas en pro del ”padre” de todos los padres, parece salido del mismo autor o autores. Debe ser que se ha nombrado un escribiente oficial para la ocasión. En lo único que se diferencian unos de otros escritos es la utilización de los nombres, es en lo único que se observa variación, porque los argumentos vienen a ser los mismos: ataques y más ataques a los que van aportando más luz sobre el tema.
No es de extrañar que la Iglesia en Guinea tenga una forma sui géneris en su comportamiento, acostumbrados a que todos las instituciones, organismos, ong´s, elecciones, asociaciones, Parlamiento, etc, existentes en el país se adapten al sello imprimido por el máximo responsable de la nación, Sr Obiang: ”a la guineana” y como último recurso, ”a la africana”. Todo en Guinea lleva esa denominación de origen impuesta por el presidente. De no aceptarse, ya se sabe lo que puede suceder. Un ejemplo, lo tenemos en Médicos sin Fronteras, que como no quiso plegarse a ese distintivo hubo de abandonar Guinea, aun a su pesar. Los demás, que sepamos, siguen chupando rueda con tal de permanecer en el país aunque sea mudos, ciegos y sordos, única forma viable para no resultar molestos al régimen.
La primera vez, hace años, que conocí que muchos responsables, altos responsables de la iglesia guineana, se paseaban con pistola al cinto, y que mantenían relaciones al margen de sus votos de celibato y que en determinados casos eran las niñas el objeto sexual para ”hombres” de la iglesia. Me impresionó de tal manera que comencé a investigar y quise hacer una entrevista sobre el caso. Es obvio que nadie accedió a hacer el más mínimo comentario o pronunciamiento. Ni desde Guinea, ni de España, ni siquiera desde el Vaticano al que recurrí, mandando por fax relatos (pocos) de quienes habian sufrido estas prácticas y que valientemente me los hicieron llegar.No coment,materia reservada, fue la respuesta obtenida, como suele suceder en la mayoría de las investigaciones sobre Guinea.
Muchos fueron los guineanos que me hablaron de estas y otras conductas del clero guineano, pero ninguno fue capaz de sostenerlas a la hora de hacerlo ante el micrófono por miedo a represalias y tambien por cierta superstición por tratarse de personas que incluso, (aún siendo sacerdotes) se me comentó, eran maestros en la practica de la brujeria . Sin el apoyo de esos testimonios y el silencio de los que podrían haber sostenido esas denuncias (la Iglesia, por supuesto) me ví imposibilitada a tratar el tema. Así que no es cosa de ahora. Yo me baso en declaraciones, bastantes, en torno a esta cuestión que en estos días se ha suscitado. Sinceramente, creo que mi obligación es reflejar aquí esta experiencia.
Y que conste que con ello no se pretende atacar a la Iglesia. Más bien la denuncia de la conducta de determinadas personas que escudándose en ella y en el privilegio de sus cargos hacen todo lo contrario a la doctrina de Cristo. Espero y deseo que la Iglesia inicie una investigación seria, responsable y justa para determinar la veracidad de los hechos que se les imputan a sus representantes en Guinea. La política del avestruz que hasta el momento ha venido ofreciendo la Iglesia, no beneficia a nadie y mucho menos se corresponde con la fe, esperanza y justicia divina depositada por los fieles y seguidores en dicha institución.
Rafi de la Torre.
Fuente: Rafi de la Torre