DE NUESTRO CONFIDENTE EN MALABO
MALABO 26|12|07
Los rumores sobre el estado de ánimo de los prohombres del régimen no cesan de transcender tras el atraco de bandoleros desconocidos a dos bancos de la ciudad de Bata, el 5 de diciembre pasado.

En el estricto círculo presidencial del tirano, no parece que el libanés esté para continuar. El tipo sufre de un ataque de pánico, se comenta en Malabo. Dicen que ya no se fía del devenir del imperio que le ha convertido en multimillonario y uno de los hombres más populares y poderosos del país negroafricano de Guinea Ecuatorial, bajo la bota militar de Teodoro Obiang desde 1979.

Hassan, ha comenzado a preparar las maletas, porque teme lo peor, se rumorea en la capital guineana.

El libanés es consejero personal de Teodoro Obiang hace más de 25 años. Es considerado uno de los hombres de su máxima confianza y quien en realidad maneja los negocios de la familia. Con el déspota, ha constituido un imperio económico denominado “Abayak”, uno de los monopolios comerciales del país, muy presente en inmobiliario y supermercados. Sin embargo, los hechos del cinco de diciembre parecen haber trastornado la cabeza del libanés. Los humos se le han bajado y no parece haber recuperado del shock de Bata, se comenta.

Hassan no es sólo el hombre de negocios del déspota. En los últimos años se le considera igualmente como ministro de facto de Defensa y de la Seguridad Nacional. El fracasado desfile militar del 12 de octubre en Ebibeyín que, a penas duró 5 minutos, fue organizado por él, al margen del ministerio de Defensa, donde el hermano del tirano, general Mbá Nguema está más pendiente de su afición a las faldas que a su papel de ‘hombre’ de Estado. No extraña que tras el ‘asalto’ de Bata su hermano no se ha molestado en recriminarle, como lo ha hecho con otros mandos del Ejército.

Otro rumor incesante tras el cinco de diciembre hace hincapié sobre los lloriqueos registrados en un céntrico restaurante de Bata. Cuando los disparos se adueñaron de Bata, en estos instantes estaban desayunando en el bar “Central” de Bata el Consejero presidencial de misiones especiales, Miguel Oyono y el director de protocolo de la primera dama, un tal Wenceslao. Ambos, se comenta, se escondieron en los lavabos del bar, donde no pararon de llorar como niños, hasta cuando una hora después les dijeron que la situación ‘está bajo control’. Uno de ellos, el Consejero de misiones especiales, no cesaba de encomendar a Dios. ‘¡Oh Dios, ayúdanos, con que hoy es el día”!.

Mientras, el régimen sigue con sus rastreos para determinar la autoría de los bandoleros que se hicieron con el control de la ciudad de Bata, cortaron el tráfico durante hora y media y se adueñaron de los bancos Societé General de Banque y CCEI-BANK, llevando un botín hasta ahora incalculable.

La debilidad del Estado y de su aparato represor está al descubierto en Guinea Ecuatorial. Teodoro no podía ser sino más claro. Ha dicho que el pueblo se arme de bastones, varas de hierro y de machetes, para defenderse ante una inminente invasión extranjera o de los ‘enemigos’ de la patria. Aquí, el país de los ‘nguema’ y sus fuerzas armadas, no está para garantizar la seguridad de sus súbditos sino del propio déspota.

Los signos de cambio se cumplen, aunque a cuenta gotas. El 2008 se anuncia como el más intrigante para los espectadores. Ha comenzado el ‘gran’ declive de la dictadura.







Fuente: NUESTRO CONFIDENTE EN MALABO

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