LA SAGRADA FAMILIA, MODELO DE LA NUESTRA

IDEAS PRINCIPALES DE LAS LECTURAS DE ESTE DOMINGO
- 1ª Lectura: Eclesiástico o Sirácida 3, 3-7. 14-17: El que teme al Señor honra a sus padres.
- 2ª Lectura: Colosenses 3, 12-21: La vida de familia vivida en el Señor.
- Evangelio: Lucas, 2, 22-40: El niño iba creciendo y se llenaba de sabiduría.

1. Querido hermanos y hermanas en Cristo, en este primer domingo después de la Navidad, contemplamos a Jesús con María y José, ¡la primera familia cristiana! O Sagrada Familia como acostumbramos llamarla. Los días de Navidad son especialmente hogareños. Estamos más tiempo juntos. Por eso es buena ocasión esta fiesta, colocarla en medio de la Navidad, para revisar y autocriticar nuestra vida de familia. Vamos a hacerlo así siempre con el deseo de mejor nuestras relaciones familiares.
2. “El que honra a su padre expía sus pecados”. El libro del Eclesiástico, también llamado por algunos “Sirácida”, es precioso. Contiene un conjunto de sentencias y poemas que encierran una enorme sabiduría fácil de asimilar. En los versos proclamados en esta fiesta expone los deberes para con los padres, destacando el valor religioso que encierra el cumplimiento de estos deberes. Honrar a nuestros padres –nuestros padres no son sólo biológicos, los de sangre, sino todos los “mayores”- trae tres beneficios:
a) Expiar nuestros pecados. Es como un acto de culto que borra nuestras faltas.
b) Atraer la bendición de Dios, lo que se simboliza en esa larga vida que tendrá el que honre a sus padres.
c) Hacer nuestra oración más eficaz. “Cuando rece, será escuchado”.
Hay que saber que estos padres que tenemos o teníamos, en su momento nos trajeron a la vida, algunos en condiciones muy precarias y difíciles; e hicieron todo lo posible para sacarnos adelante. Esto nos tiene que motivar a nosotros los hijos para cuidarlos ahora, darles el cariño y la tranquilidad que merecen.
3. La vida en una familia cristiana. La segunda lectura nos ofrece un programa de vida cristiana. Leerla despacio es el mejor comentario. Tres ideas que son las que deben inspirar a la familia cristiana:
a) El amor como lazo de unión entre todos los miembros de la familia. Amar es darse. Por eso el amor de madre es el símbolo del amor puro. Pregúntate siempre: ¿qué hago para hacer feliz a los míos? ¿Estoy dispuesto a servir o a que me sirvan todos? El amor maduro es el amor que se da. El otro es amor infantil, inmaduro e interesado.
b) La paz de Cristo, actuando como árbitro entre nosotros. Todo se debe supeditar a la paz. Sobrellevarse uno a otros. Estar siempre dispuestos a ceder. No hay cosa que ponga más triste a los padres que el que los hermanos se riñan unos con otros. Se sabe que nunca llega la sangre al río, pero “juego de mano, juego de villanos”, dice un refrán popular. La paz es una conquista que lleva un esfuerzo: morir al propio gusto para adaptarse al otro.
c) La Palabra de Cristo, como luz, guía y sabiduría de la familia. Muchas familias tradicionales solían tener, por lo menos, una Biblia, el Libro inspirado por Dios. No viene mal volver a recuperar esa buena costumbre de leer este Libro sagrado entorno a la mesa familiar.
4. La familia de Jesús. Para entender este evangelio hay que leer la “Ley del primogénito” en Éxodo 13, 1-2. Y la “Ley de la purificación de la parturienta” en Levítico 12, 1-8. Ninguna de las dos leyes tenían sentido en la Sagrada Familia. ¿Qué sentido puede tener presentar Jesús al templo?, el mismo que “la purificación de la Purísima” Ninguno. Sin embargo, allí están María y José, obedeciendo a las leyes sagradas, como una familia pobre más, con su par de tórtolas. El Padre los premió con las palabras de Simeón: “tu hijo es luz para todas las naciones”. Esto quiere decir que Jesús luz que alumbra las naciones. Pero será siempre también “una bandera discutida”, que pondrá al descubierto “la actitud de muchos corazones”. La actitud de cada cual ante la vida de Jesús pone en evidencia cómo es cada cual. AMÉN.


Fuente: Jesús Rafael

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