Tenía yo diez años cuando el Teniente Coronel Teodoro Obiang Nguema Mbasogo dio el ”Golpe de Libertad”, según él. Tengo presente el jolgorio y la algarabía de aquel 3 de agosto de 1979 en mi pueblo de la zona de Río Campo. Aún recuerdo la cara de alegría que tenían mi padre -ya muerto- y mi madre - aún en vida- por el acontecimiento. ”Por fin el gallo resbaló en el tejado”. Y, ¿quíen, Cómo y de dónde es ese Teodoro Obiang Nguema Mbasogo? se preguntaban todos los mayores del pueblo. A pesar de mi edad, tenía yo la sensación de que a pesar de las penurias de entonces, todo el mundo estaba alegre, contento, esperanzado, etc. De todos modos, he de reconocer que los ancianos eran los más cautelosos. A ver ¿qué pasará? Sobretodo, al saber que el golpista era pariente del presidente depuesto. Recuardo allá por los ochenta las palabras de una señora de edad avanzada: ”este apellido nguema que sucede a otro nguema no me presagia algo bueno, las cosas no marchan como imaginábamos, las cosas no mejoran, esto tiene muy mala pinta”. Tenía yo entonces trece años. Aquella señora de mi pueblo no sabía leer ni escribir, pero sabía discerenir el discurrir de los acontecimientos de la vida.
Obiang prometió que los civiles gobernarían la nación y los militares volverían a los cuarteles. Él sigue como civil y no ha renunciado a sus rangos militares. Un desengaño para mí.
Pocos años más tarde, yo mismo empiezo a darme cuenta de que la cosa no chuta (como solemos decir vulgarmente); cáusas, las siguientes: Siendo ministro de Industría, energía y comercio, D. Fortunato Nzambi Machinde, el ministerio decidió por un decreto bajar los precios de la mayoría de los productos alimenticios. Se pueden imaginar la alegría de la población. Pues bien, el decreto fue derrogado inmediatamente. ¿Explicación?, ninguna. Otro desengaño.
Siendo ministro de Trabajo D. Antonio-Pascual Oko Ebobo, el gobierno decretó el aumento de sueldo a todos los trabajadores del sector privado. ¡Qué contento estaban los trabajadores! Pues bien, dicho aumento (50.000 francos cefas) fue anulado en menos de una semana. ¿Razones dadas a los trabajadores y al pueblo?, ninguna. Otro desengaño.
Recuerdo que por aquel entonces, cada vez que visitaba el señor presidente la región de Río Muni o llegaba un jefe de estado extranjero a nuestro país, solíamos desde muy temprano ir a recibirlos, hambrientos, desnutridos y enfermos. Pasábamos horas y horas en la carretera o en la calle. ¿Cómo sufrían nuestros padres y tutores? Hoy en día sigue pasando igual. Hasta a su hijo Nguema Obiang lo reciben con honores allá donde va por el país. ¿Es de recibo eso? No tengo hijos, pero si los tuviera, no me gustaría que les pasara lo que a mí.
seguimos: Obiang funda un partido político. Recuerdo la gira que hizo por todo el país. Era estudiante en el instituto ”Carlos Lwanga” de Bata. La gira consistió, según él, en pedir opinión a los ancianos. Me resuenan los discursos de disco rayado que se pronunciaban en cada distrito; todos acababan con ” partido sí, pero con Obiang Nguema al frente”. A pesar de la edad que tenía entonces, todo me sonaba a fráude, bochorno y sin sentido. un discurso era copia del anterior, y todos del primero. Es que por mucho que yo coincida con alguien en una idea, difícilmente la exposición será la misma. Cosas de Obiang y los suyos. ¡Cómo me aburría todo aquello!
Sí, amigos: llega el año 89 y Obiang es proclamado candidato único. ¿No se acuerdan de la canción del coro nomber two?: Obiang ane candidato único. Nos tocó votar en el instituto politécnico ”Modesto Gené Roig”. ¿Que cómo eran las papeletas? Había SÍ y No en color rojo y negro, los de la mesa no te dejaban introducir la papeleta, la introducían ellos y sus miradas te amedrentaban. Mal presagio, según aquella señora. ¡Qué miedo!
Antes de lo anterior, recuerdo que hubo una redada que, según el gobierno, eran disidentes, partidarios de Severo Moto. Algunos de mis profesores fueron torturados. Y me dije: aunque fuera cierto que son disidentes, por pensar distinto, ¿es necesario ser maltratado?
Yo me reunía con algunos amigos a tomar algo y comentábamos la marcha del país; pensábamos de forma distinta pero éramos muy amigos. Hoy por diversas circunstacias estamos separados y ya no lo hacemos, aunque todos nos encontramos fuera de Guinea Ecuatorial.
Y siguen ocurriendo más cosas que seguiré y que todos conocemos. Seguiremos contando.
Años más tarde me vine a España a cursar mis estudios con la inteción de volver a mi querida pátria. Recuerdo que a mi llegada di un rapapolvo a algunos muy cercanos por no regresar al país, y ellos, amablemente me contestaron: ”llegaste y verás”. Sí, después de mis estudios, tenía que decidir. O quedarme, o regresar. Si quedaba, echaría de menos a mi patría querida y no aportaría mis conocimientos adquiridos al desarrollo del país; si regresaba, éso no garantizaba aportar dichos conocimientos al desarrollo del mismo, si bien no entraba en la órbita del poder sí o sí. Pues bien, mis convicciones morales, cristianas y políticas no tienes nada que ver con lo que acontece a diario en mi suelo pátrio ¿Es que yo tengo que ser cómplice de la maldad que réina en mi país por un plato de lentejas? Me niego rotundamente. ¿Tengo que callarme a pesar de los pesares de lo que vea y sienta? En absoluto ¿Tengo que dejarme llevar por la corriente reinante sólo por el pan de mi familia? Nada. Con esto ¿hago daño a mi propio pueblo? Puede ser, pero no por mi culpa.
Simple y sinceramente creo que el amor a mi patria no debe llevarme a colaborar -ni con todo el petróleo del país- con un régimen obsoleto, corrupto y criminal.
Sí, yo amo a Guinea Ecuatorial, por eso no le hago ni quiero hacerle daño. Y Guinea Ecuatorial es su gente, los pueblos que la conforman.
Pregunten a cada uno de esos pueblos si están deacuerdo con el actual sistema de gobenabilidad.
Dios bendiga a nuestro país.
Fuente: Evede
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