Zimbabwe debe 222 millones dolares a Guinea.
La seguridad de Obiang cuesta cientos de millones de dólares al año a Guinea.

Exilio 20 de enero de 2011.-

El Banco de Reservas de Zimbabwe (Reserve Bank of Zimbabwe), que es su Banco Central, debe 1200 millones de dólares a varios organismos.
De esos 1200 millones, 222 se deben a Guinea Ecuatorial, según se supo el 30 de diciembre del año pasado 2010, en un anuncio hecho por el propio banco, que meses atrás hizo público un plan para despedir a 1600 de sus empleados, por encontrarse en bancarrota. La gestión de la deuda de 222 millones se transfiere a la tesorería del Ministerio Zimbabwense de Economía y Finanzas. Sin embargo, hay cierta oposición en ese ministerio a hacerse cargo de esas deudas, argumentando que antes es necesario llevar a cabo una auditoría para esclarecer las causas de la deuda, que algunos estiman fueron debidas a un descontrol en los gastos.

La deuda de 222 millones de dólares convierten a Guinea en el mayor acreedor de Zimbabwe. Esta deuda, como es evidente, no va a ser pagada, ya que Zimbabwe no tiene reservas de divisas y lleva varias décadas inmerso en una grave crisis económica, la cual no ha podido superarse ni siquiera tras el acuerdo político para que Mugabe compartiera el poder con el lider de la oposición.

Esta deuda se ha originado por los suministros de petróleo que Guinea le hace a Zimbabwe desde el año 2006. Los suministros son fruto de un acuerdo entre Obiang y Mugabe. El balance, según se ve ahora, es totalmente favorable a Zimbabwe. Para Guinea, no ha habido ninguna ventaja.

El acuerdo de suministro se hizo por las presiones de Obiang para que Zimbabwe le entregara a Simon Mann, el supuesto cabecilla de un frustrado golpe de Estado acaecido en marzo de 2004.


Como se recordará, el 7 de marzo de 2004 fueron detenidas en el aeropuerto de Harare, capital de Zimbabwe, 70 personas, 67 de ellas en la zona de pasajeros de un avión B727 procedente de Sudáfrica. Los otros 3 eran los dos pilotos Yaap Steyl y Hamman Jacobus y el británico Simon Mann, que se hallaba en tierra esperándoles. El día 23 de marzo los 70 detenidos comparecen brevemente ante un tribunal especial que les anuncia los siguientes cargos: posesión y compra de armas peligrosas, violación de leyes sobre armas de fuego, sobre la inmigración y sobre la aviación civil.

El 27 de julio de 2004, 67 de los 70 supuestos mercenarios detenidos en Harare se declaran culpaples de haber violado las leyes zimbabwenses sobre inmigración y aviación en el primer día del juicio. Por su parte, la parte acusadora levanta la acusación de violación de la ley sobre la seguridad y sobre las armas que pesaba sobre los miembros de la tripulación, contra los que se mantiene la acusación de violación de leyes sobre aviación e inmigración. Era difícil mantener las acusaciones anunciadas ya que nunca hubo aramas a bordo y al final se recurrió a un acuerdo entre la parte acusadora y la defensa.
Los dos pilotos del B727 fueron sentenciados en septiembre de 2004 a 16 meses de cárcel por violar leyes aeronáuticas y de inmigración, siendo liberados el 30 de junio de 2005, 11 meses después de la detención, por reducción de pena. En mayo de ese mismo año habían sido liberados los 67 pasajeros del avión detenido, tras cumplir 12 meses de prisión por violación de leyes de inmigración de Zimbabwe. El avión detenido, valorado en 3 millones de dólares, fue confiscado por las autoridades de Zimbabwe.

Simon Mann fue el único que se quedó en la cárcel de máxima seguridad de Chikurubi, en las afueras de Harare, en el verano del 2005, un año y tres meses después de haber sido detenidos.

El jueves 10 de mayo de 2007, a un día de la liberación de Simon Mann de la carcel en Harare y a cuatro años de su detención -los 7 años de condena fueron finalmente reducidos a cuatro- un tribunal de Zimbabwe, contra todo pronóstico, dió su acuerdo para su extradición a Guinea. La jueza Omega Mugumbate confirmó que la demanda de Guinea se había aceptado, a pesar de que no se cumplían principios básicos del proceso penal como la no retroactividad. El acuerdo de extradición entre Guinea y Zimbabwe se firmó después de haber sido detenido Simon Man en Harare y no debía ser aplicado.

El abogado de Simon Mann en Harare hizo un trabajo titánico para evitar la deportación de su defendido. El 31 de enero de 2008, la jueza Rita Makarau rechazó el último recurso del abogado Jonathan Samkange. Mientras éste preparaba el recurso al Tribunal Supremo de Zimbabwe, Mann fue deportado en la noche y llegó a Malabo el 1 de febrero de 2008 en uno de los aviones de Obiang.

Tras este auténtico secuestro, el 17 de junio comenzó el juicio en Malabo contra Mann, transportado desde Black Beach en un blindado. Fue finalmente condenado a 34 años de cárcel, sin que en ningún momento hubiera pruebas, salvo sus propias declaraciones autoinculpatorias sobre el intento del 2004.
El 3 de noviembre de 2009, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo publicó dos decretos con los que indultaba a cinco extranjeros que habían sido condenados por el intento. Entre los indultados estaba el sudafricano Nick du Toit y el británico Simon Mann. Greg Wales, aquel de quien se dijo había participado junto con otros en la planeación del golpe frustrado, había mantenido intensas negociaciones en Londres durante 2 meses con el embajador Nze Nfumu y otros enviados de Obiang, para lograr la liberación de Simon Mann. También se dijo que Sudáfrica influyó poderosamente para conseguir la liberación de sus ciudadanos.

Esta liberación de Mann en tan poco tiempo y después de mucho esfuerzo por atraparle, también fue contra todo pronóstico. Mientras estuvo detenido, recibió un buen tratamiento y fue operado de hernia. El indulto de liberación adujo razones humanitarias.


¿Qué estaba pasando en Guinea y en Zimbabwe?

Tras los hechos del año 2000 en que excombatientes del ejército de liberación de Zimbabwe se hicieron con las propiedades de los blancos, al no cumplir Inglaterra con los acuerdos de Lancaster House firmados entre el obispo Abel Muzorewa y Lord Carrington, Mugabe fue aislado por la comunidad occidental. Sus únicos amigos eran Cuba, China, Vietnam y Libia. Incidentalemente, Israel mantenia algunas relaciones comerciales vendiendo gases lacrimógenos, cañones de agua y material antidisturbios.

Antes de la primera visita de Obiang, en 2004, Zimbabwe recibió las visitas de Yoweri Museveni de Uganda en 2004, de Meles Zenawi de Etiopia en 2002 y el de Joseph Kabila en 2001. Todos esos jefes de Estado africanos prometieron mejorar la cooperación de sus paises con Zimbabwe. Museveni firmó un memoranda sobre agricultura y turismo. Kabila prometió una mayor cooperación en minería y bosques mientras mostraba su agradecimiento a la costosa campaña militar de Zimbabwe en la RDC para apoyarle. Todavía están esperando en Zimbabwe los beneficios de todas estas visitas.
Aparte de eso Mugabe suele recibir mensajes de aliento del populista Hugo Chaves y no realiza visitas al exterior salvo las de la cumbre de la UA y del SADC (Comunidad Económica del Sur de Africa).

En 2001, Zimbabwe y Libia firmaron un acuerdo por el cual Zimbabwe suministraría 15000 toneladas de carne de vacuno por año a Libia, que a su vez le suministraría petróleo. Pero el acuerdo no se pudo cumplir porque la industria ganadera practicamente desapareció por las ocupaciones de las granjas de los blancos. Entonces Libia autorizó a Zimbabwe a pagar en moneda local las importaciones de Petróleo, pero cuando cayó estrepitosamente el valor de la moneda de Zimbabwe, los libios rompieron el acuerdo.

Poco después, Gadafi se hizo amigo de Occidente después de haber sido debilitado por éstos con sanciones, de modo que dejó la amistad con Mugabe, que se encontró con un grave problema de suministro de energía y sin divisas, debido al embargo.

Casualmente, fue cuando se produjo el intento de golpe de Estado en Guinea que ”Zimbabwe ayudó a hacer fracasar”.

Desde comienzos de abril de 2004, funcionarios guineanos y el entonces fiscal José Oló, estuvieron en varias ocasiones en Harare intentando negociar con los ministros de Asuntos Exteriores y del Interior de Zimbabwe, para que se extraditara a los 70 detenidos, según reveló en su momento el periodico Zimbabwe Independent. Los 70 detenidos nunca fueron entregados a Obiang, porque los jueces decidieron que primero serían juzgados en Harare y posteriormente se estudiarían los casos de extradición si existían.

A los pocos meses de estar Simon Mann en la cárcel en Harare, Obiang, en su primear visita a Zimbabwe para atraparle, firmó con Mugabe un acuerdo de extradición. No fue fácil, Mugabe se hizo de rogar y Obiang tuvo que hacer mucho esfuerzo...económico.

Mugabe visitó Guinea en noviembre de 2004 a invitación de Obiang. Aunque se habló de cooperación en varias materias, el interés de Obiang era el grupo de los supuestos mercenarios que quería traer a Malabo y el interés de Mugabe era el petróleo guineano, que quería llevar a Zimbabwe.

Obiang, asustado por el fallido golpe de Estado, hizo varios viajes a Zimbabwe para intentar llevarse a los supuestos mercenarios a Black Beach y eliminar el peligro de una nueva incursión. La determinación de Obiang para conseguir objetivos espúreos es famosa. Varios ”amigos” importantes de Obiang como Thabo Mbeki le habían estado sugiriendo en meses anteriores al intento, que su situación era delicada y debia llevar a cabo un cambio, poniendo a una persona de su confianza al frente del pais, como Ndong Ona o su hijo Teodorín. La sugerencia de Thabo Mbeki le costaría caro a Ndong Ona, pues Obiang pensó que esas advertencias habian sido dictadas por Ndong Ona para hacerse con el poder de forma engañosa. Además, Obiang estuvo recibiendo advertencias de que algo iba a suceder en Guinea y una flotilla española se paseó por el Golfo de Guinea publicitado por A. Fernandez Marugán, lo que puso más nervioso al dictador, hasta el extremo de que, ignorando de dónde le iba a venir el ataque, ordenó la detención masiva de extranjeros africanos y la movilización de su ejército (un sargento de aduanas falleció en las maniobras preparatorias).

En el viaje del 29 de marzo de 2004, poco después de las detenciones en Harare, Obiang consiguió que se firmara un acuerdo de extradición. Zimbabwe le habia dicho, en los repetidos intentos por hacerse con los detenidos, de que no podían ser extraditados si no habia acuerdo de extradición. Pero la firma del acuerdo no fue suficiente. Obiang visitó Zimbabwe de nuevo en octubre de 2004 para invitar a Mugabe a visitar Guinea y ser agasajado como salvador. Robert Gabriel Mugabe, que casi nunca viajaba, realizó del 5 al 8 de noviembre del 2004 una visita de Estado a Guinea Ecuatorial, donde fue tratado como un héroe nacional.
Pero los agasajos no fueron suficientes para conseguir la extradición.

Obiang volvió a visitar Zimbabwe el 29 de marzo de 2006 y se firmaron los acuerdos para la entrega de petróleo guineano a Zimbabwe, aunque Zimbabwe no disponía de una refineria de petróleo en funcionamiento. Este acuerdo no se hizo público durante la visita, sino dos meses más tarde. El petróleo se iba a entregar a Zimbabwe a cambio de la entrega de Simon Mann a Obiang, su gran sueño. Obiang estaba dispuesto a todo para tener al britanico en Black Beach.

Cuando Simon Mann ya habia cumplido a mediados del 2007 sus cuatro años de pena impuesta y revisada y se estaba a la espera de las peticiones de Guinea para extraditarle, Obiang volvió a visitar Zimbabwe por 4 días aprovechando la exposicion anual de Agricultura en Harare, el 30 de agosto. Esta vez fue a recordar a Mugabe la oculta promesa de Mann a cambio de petróleo, petróleo que ya estaba siendo entregado, hacía un año.

El día 17 de septiembre de 2010, una delegación guineana visitó Zimbabwe. Estaba encabezada por Gabriel Mbega Obiang Lima, hijo del déspota y ministro delegado de Minas (Ministro de facto de Minas y petróleo), que se entrevistó con Robert Mugabe. Aunque en Guinea se informó que el objeto del viaje era estrechar las relaciones con Zimbabwe, en realidad el viaje era para reclamar el pago del petróleo que Guinea había estado enviando a Zimbabwe y que nunca fue pagado....y nunca lo será.

Hasta el mes de julio de 2009 en que una empresa india, Parrogate Investments, construyó una refineria en las afueras de Harare, Zimbabwe no disponía de una planta para procesar el petróleo guineano. La pregunta es ¿Qué se hacía con el petróleo guineano enviado a Zimbabwe?. Mugabe pudo negociar el transporte y refino del petróleo guineano con un empresario del petróleo, que se quedaría con una cantidad a cambio del encargo, teniendo en cuenta que Zimbabwe está sometida a un embargo. Algunos nombres vinculados al negocio del petróleo y presentes en la ”lista de wonga” pueden ser partícipes de la operación, una posibilidad muy imaginativa pero no absurda.

Mugabe aparece como el principal beneficiario de unos 20 millones de dólares que fueron apartados cuando USA aprobó el descongelamiento de los 700 millones de dólares que se hallaban en la banca Riggs y que fueron transferidos al BEAC en fecha reciente. Se habló también en su momento de varios millones de dólares pagados por Obiang a grupos sudafricanos, para que le ayudaran a atrapar a las cabezas del intento del 2004.

Decimos que el frustrado golpe de Estado aconteció CASUALMENTE cuando Zimbabwe se hallaba extenuada por la falta de productos petrolíferos, porque una de las hipótesis que se manejaron del golpe de Estado del 2004, es que habia sido demasiado publicitado, como si se quisiera crear la sensación de que había algo serio contra Obiang, algo serio que, conociendole su obstinacion por la seguridad y su poca inteligencia, podría hacer ganar dinero a nucha gente. Es decir que el golpe de Estado pudo haber sido una estratagema para obtener muchos recursos de Obiang, como así parece que ha sucedido: todos los extranjeros que estuvieron supuestamente implicados, aparte del pastelero alemán, que murió de torturas en Malabo y un sudafricano muerto en la carcel de Harare, al día de hoy están todos libres, incluido Simon Mann, del que se sospecha podría estar trabajando -y cobrando- para el déspota a quien supuestamente quiso sacar del poder.
Zimbabwe fue la que más ventajas obtuvo, valoradas en estos 222 millones de dólares de deuda impagable que ahora sale a la luz. En Sudáfrica y en Angola Obiang desparramó dinero abundante, asustado por el golpe y las personalidades, que según se dijo, estaban detrás e iban a intentarlo de nuevo. Hasta se escribió una novela, ”la lista de wonga”, que ha sido llevada al cine y que, de confirmarse la hipótesis de un falso golpe, sería el guión de la operación de engaño. En definitiva todos han sacado mucho provecho de lo que parece ya el falso golpe de Estado del 2004. Todos menos los guineanos.

Si a los 222 millones que Zimbabwe adeuda a Guinea, deuda ocasionada por las decisiones de un Obiang obsesionado por su seguridad, le sumamos los dineros que Obiang regaló a sus caros ”amigos” para que le blindaran o le ayudaran a atrapar a los supuestos cerebros del golpe de 2004, obtendriamos unos 270 millones de dólares. Alguien se encarga de repetir a Obiang que los que lo intentaron lo volverán a hacer.

Aparte de esos 270 millones de dólares que Obiang ha despilfarrado para pagar a sus ”amigos” africanos por la supuesta operación de Simon Mann, se estima que anualmente Obiang gasta unos 100 millones de dólares en temas relacionados con su seguridad y con su imagen. Paradójicamente, su seguridad siempre está en peligro a causa de su cruel tiranía e injusticia y su imagen está empañada por sus propias acciones descabelladas, como el reciente ajusticiamiento de 4 oponentes exiliados secuestrados.

Si se confirma que lo del 2004 fue una operación comercial y no militar para sacar dinero a una persona obsesionada por su seguridad y con poca inteligencia, estaríamos ante una de las más sofisticadas y rentables operaciones financieras jamás realizada. El despilfarro ha sido espectacular. Obiang ha sido terriblemente engañado.


Celestino Okenve Ndo
(Nvo Zang Okenve Mituy)
Economista



Fuente: propia

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