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LA HUELA DE HAMBRE DEL ESCRITOR GUINEANO DEJA EN PAÑOS MENORES A LA DICTADURA, A LA OPOSICIÓN GUINEA Y A LA POLÍTICA ESPAÑOLA publicado por: Crispin Mba el 16/02/2011 17:21:52 CET
He seguido muy de cerca la heroica actuación del paisano Juan Tomás Ávila, y soy de los que se une a su atrevida y memorable actuación. He seguido minuto a minuto su arriesgado propósito y hasta ahora, pase lo que pase, me parece inconmensurable. Pero esta actuación de Juan Tomás Ávila, es un arma de doble filo que deja al descubierto la actuación tripartita de la dictadura, oposición exiliada y en Guinea Ecuatorial y de España.
De la dictadura podemos decir muy poco, porque además de ser ignorantes están metido en la maldad. Haciendo alusión sólo a los panfletos parroquianos de la página de la dictadura se desprende cuan miserables son. La dictadura dice: “el aprovechamiento por la actualidad de los últimos acontecimientos producidos en Guinea Ecuatorial es lo que ha llevado a Ávila a realizar esta “puesta en escena” y luego prosigue la rusticidad e imbecilidad “resaltamos que dicha persona es apenas conocida en este país”. Estas dos frases resumen lo que es la dictadura de Nguema y sus hermanos, cuñados e hijos: Hombres brutos, torpes e idiotas. Con un poco de decencia moral, ética e intelectual, cualquiera sabrá que nadie en su sano juicio negaría que Juan Tomás Ávila llama la atención, ¡claro que si! él mismo lo ha dicho, quiere hacerse oír para que el mundo sepa que tenemos un gobierno lleno de bandidos ladrones, corruptos y asesinos. Quizás lo más notorio de la falta de juicio de este régimen son sus propias contradicciones, ¿Cómo se explica que, los que lucharon hace escasos meses para lograr un premio UNESCO para su dictador, no conocen a un escritor de su propio país que tiene más de veintena de libros a su haber? ¡Que pena! A esos personajes son los que nos gobiernan. Juan Tomás Ávila no es conocido en Guinea, claro está, porque precisamente los valores que abandera: la cultura, la educación, la moral y le ética no son tenidos en cuenta en la dictadura, sino más bien lo contrario: el robo, los asesinatos, la corrupción. Si Juan Tomás Ávila fuera un empedernido violador de niñas de 13 años, o un traficante de pasaporte, un testaferro de los dineros del estado, un asesino, un imbécil e idiota, seguramente sería un ministro de economía, o secretario de Estado de Educación o viceministro tercero de no se qué área del gobierno de Guinea Ecuatorial; entonces en esta caso si que sería bien reconocido y remunerado y su fama desbordaría Guinea y los aledaños.
Con respecto a la oposición guineana sin especificar, se deja al descubierto la ambivalente actitud de los que en muchos años nos han estado rayando con eso de oposición. Se ve con mayor claridad, que es más las enemistades personales de algunos políticos con el dictador guineano, que una oposición política que lucha por salvar a su pueblo de la garra de un dictador; de hecho cuando estas enemistades personales se enderecen se restablece las relaciones y el uno o el otro acaba en el gubernamental partido de la dictadura. Ávila ha pedido empuje, al contrario, le dan la bienvenida al exilio, Ávila agresividad y griterío, sin embargo está encontrando silencio y lo rutinario, Ávila pide consistencia, unidad, esfuerzo y sacrificio; sin embargo encuentra partidismos, raquitismo y enflaquecimiento; Ávila pone la esperanza en este comienzo sin marcha atrás, mientras la oposición sigue confiando en el azar, las coordenadas del tiempo. ¿Qué le falto a estos de Guinea Ecuatorial negar un encuentro con Bono, como señal de repulsa de su visita a un dictador? Como es hombre blanco y es autoridad española, hubo que hacer cualquier cosa para estrecharle la mano; ya que fue tan importante hablar con Bono, ¿Por qué no le preguntaron si España seguirá haciendo negocios con Guinea Ecuatorial sin el dictador y su camorra cuando este país pueda alcanzar un día la democracia? Esta es la oposición que cuando tiene dos ideas sobre la mesa nunca saben manejarlas.
Con respeto al gobierno de España, hasta aquí España ha demostrado que más vale un mal amigo conocido que un bueno por conocer. Lo único que me gustaría preguntar al gobierno español y decirle, es si los resultados de sus cálculos le dan mayores beneficios colaborando con la dictadura y entrando en su cocina sucia, que impulsando la democracia. Sea lo que fuere la respuesta, los guineanos aguantamos el chaparrón y estamos seguros que la dictadura tiene ya su fin. A España le decimos “el que siembra vientos recoge tempestades”.
Fuente: opinion
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