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VIAJES, XENOFOBIAS Y UNA JUVENTUD EN DECADENCIA publicado por: Crispin Mba el 30/07/2011 11:29:01 CET
CELESTINO EN GUINEA ECUATORIAL Celestino Okenve Ndo está en Guinea Ecuatorial, en ese determinado momento vital en el que ya dice lo que cree que debe decir y en el que le importa un pito molestar a los propios y complacer a los contrarios si así es más fiel a aquello a lo que se debe: sus ideales y su conciencia. Menos mal que hay alguno. Así se entiende que lleve unos días en Guinea Ecuatorial, en Malabo y Bata, señalando las groseras contradicciones que alumbran el ideario de la dictadura guineana y de todos los que forman parte en ella.
Aunque no sabemos cuáles son las verdaderas motivaciones de su viaje, tampoco sabemos qué tiempo estará en Guinea Ecuatorial, ni cómo se las arregla, ni con qué protección cuenta; lo que sí sabemos es que está siendo una voz crítica contra la dictadura dentro de Guinea Ecuatorial, que es lo mínimo que los guineanos han pedido insistentemente a la oposición en exilio: viajar a Guinea Ecuatorial y hacer la oposición aquí, aunque sea de vez en vez.
No es menos cierto, sin ser ingenuos, que muchos exiliados no cuentan con familiares en el gobierno de Obiang ni lazos con la dictadura como los que cuenta D. Celestino Okenve, ni hemos de olvidar que Celestino Okenve es hijo de uno de los padres de la Independencia guineana D. Enrique Nvo Okenve, pero no es menos valiente aprovechar estas prerrogativas para denunciar las injusticias y luchar contra la usurpación.
Ese ideario de lucha sin tapujos le está llevando al político guineano a asumir en primera persona la figura de una tercera vía que los guineanos que sufren la dictadura han pedido y siguen pidiendo a los exiliados en España concretamente: el regreso a Guinea Ecuatorial, aunque sea por pasar el verano. Porque cuando se prueba una estrategia sin dar resultados se debería de probar otra. Así se ha de entender que algunos no hablen de Mikomiseng como si fuera un suburbio de Barcelona o Madrid.
Los exiliados con todos los riesgos habidos y por haber, deberían pensar menos en Madrid y conocer mejor Malabo y Bata. Y Ebibeyín. Y Evinayong . deberían pensar que un pueblo castigado largamente tiene derecho a negociar su libertad y pedir su liberación, porque la experiencia demuestra que cuando se piensa más en Madrid, menos se recuerda Malabo o Bata.
Con esa nueva iniciativa, en lugar de viajes en solitario, los políticos exiliados deberían, en fin, formar grupos de retorno a Guinea, ayudar a su pueblo a recuperar la libertad, el entusiasmo, la democracia, y no ofrecer tan repetidamente esa imagen de “Oposición fracasada” que hoy cunde en los ánimos de los guineanos.
LAS MINORIAS Y LOS FANG INSISTEN Por desgracia, el lamentable asunto étnico (Bubi vs Fang) llamado en función del escenario en que se desarrolla, no parece conocer solución, ni tener fin, ni encontrar una reflexión convincente; al contrario, parece ir haciendo odio en cuerpos de ambas etnias por la insistencia de unos y el rechazo de otros. Los prejuicios ya se convierten en xenofobias, deben solucionarse con la eficacia inmediata de un decreto ley. Un simple desprecio a una etnias por el mero hecho de serlo debería llevar al infractor a la cárcel con indemnizaciones a la víctima. No es cuestión de pasar la pelota a nadie. Tanto los legisladores, los jueces, las víctimas que sufren el racismo étnico, los propios bubis, fang, Annoboneses, Ndowes etc., deben saber la urgencia que requiere y reclama la situación étnica en Guinea Ecuatorial. La ingenuidad y el minimalismo puede engendrar nuevos métodos de odio y xenofobia con consecuencias nefastas, además de la dictadura que ya tenemos.
La cara de ese calamitoso conflicto étnico, ya es patente, no porque uno no sufra los atropellos pueda negar la existencia de tales comportamientos en nuestra sociedad, pero habrá de llegar desde acciones conjuntas de todos los estratos sociales. El guineano debe convencerse a sí mismo que ya ha llegado a la mayoría de edad. Para crear más problemas debemos de resolver los ya existentes. Aunque sea un gobierno dictatorial, se le debe exigir un decreto contra la discriminación étnica entre fang y bubi, Ndowe, Annobones, como cualquier decreto contra la violencia doméstica, o violencia escolar.
No hay medicina mágica para evitar esa ruidosa avance de odio entre Bubi y Fang difundido y transmitido por Humberto Riochi, Justo Bolekía Boleka, Juan Tomás Ávila Laurel, Ipyanga y otros que, de puertas hacía fuera, hacen del conflicto étnico herramienta de lucha y provocación. No obstante, quienes confeccionan las leyes tienen la obligación de asumir este asunto como uno de los que de forma más grave atentan contra la convivencia y la de discurrir medidas efectivas para evitar dramas de enfrentamiento étnico, discriminación, violación de los derechos humanos entre los guineanos.
Es muy llamativo que ningún partido haya realizado propuestas sensatas, imaginativas que tenga peso de conjunto. Ni hayan propuesto al gobierno medidas legislativas para proteger a todos los ciudadanos de Guinea Ecuatorial del odio de unos y la represión de otros. Temo más a la reacción que a la acción; porque nadie en su sano juicio puede negar un desprecio mutuo entre las etnias de Guinea Ecuatorial, pero la cuestión es la proporcionalidad. Y en eso las leyes tienen mucho que decir.
JUVENTUD GUINEANA, LA MEDIOCRIDAD ENCARNADA Los jóvenes mediocres, sabemos, proliferan en la República de Guinea Ecuatorial. No sabemos a quién culpar: lo cierto es que hay una generación de guineanos que su seña de identidad es la mediocridad. Cada paso que dan en el mundo son más mediocres. Las paradojas de este pequeño país africano y de sus habitantes no tienen parangón. En los últimos 10 años, los jóvenes guineanos se han desfilado por medio mundo para formarse, pero cuanto más lejos han ido, más mediocres han regresado al país.
Estudiantes guineanos ha habido y los hay en España, Italia, Inglaterra, Francia, Alemania, Bélgica, Suiza, Finlandia, Grecia, Ucrania, Rusia, Egipto, Túnez, Argelia, Marruecos, China, Japón, Corea, USA, Argentina, Venezuela, Cuba, Paraguay, Brasil, Senegal, Ghana, Nigeria, Israel, India, Portugal, Sudáfrica, y un centenar más de países.
Tal vez la única sorpresa haya residido en que, estos jóvenes guineanos se mueven entre el sexo y el alcohol. A Teodoro II, por decir la verdad, le quiere la juventud guineana, no por otra cosa, sino por su estilo de vida que es una sombra de la mediocridad social. “Patrón” es el ejemplo a seguir, que a su vez parece ser el modelo del padre, exhibicionismo, lentitud intelectual, poder, sexo, y más cosas.
Todos estos jóvenes quieren pasar a la historia de Guinea Ecuatorial como avispados enterradores de la cultura, del saber, de la ciencia, de los valores éticos y morales. Y luego de paso empapelar a todos los guineanos los ideales mediocres llamada a excluir a cualquier joven guineano que quiera hacer alarde de su formación. No es ninguna casualidad que el presidente de Guinea Ecuatorial vea en su hijo Teodorin el firme heredero de esta juventud guineana; porque los valores que fecunda están bien arraigadas en esta juventud que lo único que le hace pensar es el sexo, el alcohol y la corrupción, lo demás se les antoja difícil. En realidad lo piensan algunos jóvenes guineanos, pero sólo algunos pocos tienen arrestos para decirlo: los demás se callan porque temen los desagravios, el de los mediocres, que son, por ahora, poderosos.
Seguire reflexionando.
Fuente: propia
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