Desde luego, lamentable y lástima son los atributos con los que se puede definir a la Iglesia católica de Guinea Ecuatorial actualmente. A veces, cuando publicamos nuestras críticas o reflexiones en los medios de comunicación se nos tacha de anti-católicos. Sin embargo, esta afirmación es una pura mentira. Incluso, si nos metemos en las cuestiones de nuestra Iglesia lo hacemos desde nuestra condición de católicos practicantes. En realidad, la intención no es difamar a la Iglesia, sino tratar de denunciar y corregir actitudes que desde nuestro punto de vista son indignos de nuestra guía de vida, la santa Madre Iglesia.
Pues, el motivo de esta publicación obedece a unos hechos reales y concretos que se han dado en los últimos meses en nuestra Iglesia de Guinea Ecuatorial, por un lado los excesivos adulterios cometidos por los curas diocesanos y, por otro, la excesiva presencia de los obispos ecuatoguineanos en los actos públicos del estado, sin que todos estos actos tengan nada que ver con la Iglesia. Cabe resaltar que esta publicación no es la primera en este sentido, sino que se enmarca en la línea de anteriores denuncias publicadas por otros cristianos que también han denunciado los mismos hechos.
Quisiéramos, antes de entrar en los temas planteados, hacer unas pequeñas matizaciones sobre el “celibato católico”. No sabemos si es un error, pero lo cierto es que no tiene fundamento bíblico, sino que es una opción voluntaria de los candidatos al sacerdocio, supuestamente por el Reino de los cielos (Mt 19,12) ; y que el Derecho canónico, en su canon 277, les obliga a guardar con perfección, fidelidad y continencia. Esta misma opción voluntaria san Pablo la recomienda en (1Cor 7,32-34), pero no de manera absoluta. Sigue siendo opcional. Incluso hay varios textos bíblicos que entrevén que tanto el obispo como el cura y el diácono pueden contraer matrimonio una sola vez (1 Tim 3,2; Ti 1,6; 1 Tim 3,12). En el fondo, el sentido bíblico de “una sola vez” significa que pueden casarse con una sola mujer y no con varias. El verdadero fundamento del celibato católico del rito romano se remonta desde el primer Concilio de Letrán de 1123 cuando el papa Calixto II promulgó el celibato como condición indispensable para los candidatos al sacerdocio. Por lo que, no tiene fundamento bíblico. Pero, por lógica, cualquier persona es libre de optar por cualquier estado de vida que estime favorable para su felicidad personal. En este sentido es inútil obligar a la gente a ser célibes o no.
Yendo a los hechos, en el último trimestre del 2011 pasado ocurrieron cosas terribles en las diócesis de Ebibeyín y Bata. En el primer caso, a uno de los sacerdotes recién ordenados por el actual obispo de la diócesis de Ebibeyín, el sacerdote comúnmente conocido con el sobrenombre de Dunga, se le pilló con la mano en la masa con doña Bella, esposa del archiconocido ebibeyinano Mimbe, empleado de Elías Ondó Edjó. El acto de adulterio tuvo lugar en la ciudad de Ebibeyín. El buen cristiano, aunque menos practicante, el señor Mimbe, lejos de torturar a su esposa como es habitual en nuestro país, se dirigió directamente al obispado a reclamar su dote al obispo. Dado que era de noche, el titular de la diócesis, monseñor Juan Nsue Edjang le pidió que fuera a verle a la mañana siguiente. Amanecido, el señor Mimbe volvió a la diócesis para reclamar su dote. No se sabe con cuánto dinero, en compensación del adulterio, le ofreció el obispo. Pero lo más seguro es que éste último le pidió que no hiciera saltar el alarma, ya que éste era un tema vergonzoso si se enteraban los feligreses de Guinea E. Según se desprende del mismo encuentro, el señor obispo quiso, lejos de reconocer el error de su súbdito, en un primer momento, mostrar que es un cercano al presidente Obiang, a lo que el señor Mimbe respondió que era el aliado predilecto del sobrino del presidente, arriba indicado. En fin, todo quedó en disculpas del obispo al señor Mimbe y, después, en vez de un castigo duro, al sacerdote se le cambió a una parroquia fuera de la curia catedralicia.
En el caso de la diócesis de Bata, se trata del sacerdote Juan de Dios, profesor del seminario mayor de Bata y ex-vicario general de la diócesis de Ebibeyín. Este caso sí es bastante curioso porque como es conocido en Guinea, muchas mujeres rehúsan continuar manteniendo las relaciones sexuales con sus legítimos maridos alegando la edad o la vergüenza de meterse en la habitación con su marido en presencia de nueras y nietos. Este fenómeno se conoce aquí en mi tierra con la expresión fang: “Bía que fê mêndá”. Traducido al castellano, “ya no nos metemos juntos a la habitación”, bien dicho: “ya no mantenemos relaciones sexuales”.
Resulta que una damisela, una casada de la diócesis de Bata, que en su día ya había vetado a su marido a mantener las relaciones sexuales por cuestión edad, fue sorprendida en pleno acto sexual con el cura arriba citado, en la propia habitación de su marido. El que pilló el aberrante acto, no fue otro que el propio hijo de la damisela. En un primer momento, el joven trató de matar al cura pero su madre lo evitó, consiguiendo que el cura se escapara. Acto seguido fue la tremenda paliza que le propinó el hijo a la madre. Cuando el archicorrupto monseñor Juan Matogo se enteró del caso, sacó a su cura y le envió a Roma. Demostrando de nuevo la impunidad con que los obispos de nuestros dirigen a sus respectivas diócesis.
No vamos a entrar en los casos ya muy conocidos como la relación del vicario general de Bata, el sacerdote Fernando Ondó Ndjeng con doña Dona, la hermana de su obispo; y las sistemáticas siestas que tomaba este curita en el colegio la Inmaculada de Bata, contiguo al centro primario Enrique Nvo. También consta la relación del curita José Luis Mangué con Ana Nora, ex-monja. Esta última tuvo una rivalidad tremenda con doña Graciela Eyang, hija del ex-secretario general de la Iglesia reformada de Guinea, el señor Juan Ebang. El curita Adolfo Roque, sobre el que CPDS publica un artículo en la página ASODEGUE, tenía por concubina, abiertamente, a la mujer de su catequista y varias más por toda la ciudad de Acurenam mientras era párroco de allá por los años 2004/06. Tampoco es menos conocida la poligamia del cura Luis María Ondó Mayié o los abusos del cura Mariano, alias “Evú Malo”, éste incluso violó a su propia suegra, así como librar una pelea contra uno de los formandos del seminario menor de Ebibeyín en disputa por la señorita Pichiya de la misma ciudad. No nos da tiempo para citar todos los casos, pero lo cierto es que es lamentable. Sería preferible dejar que se casen, porque de esta forma estarían más o menos controlados por sus esposas. Dejarles sueltos así como perros sólo traerá consecuencias nefastas, fruto de las cuales, los sacerdotes son cada vez menos respetables y respetados y, no son pocos los feligreses que abandonan la Católica para integrar en las filas de las sectas. Preferimos y es respetable el Padre Agapito, que con sus tres mujeres hace sus hijos, en vez de fingir como los otros.
Esto que escribimos a continuación va en serio, los padres de las familias deben pensarlo dos veces antes de matricular a sus hijos en los colegios “Nze Abuy” de Ebibeyín y “Padre celestino Nnang” de Bata. Tienen una esmerada formación, sobre todo, el primero. Sin embargo, las chicas sufren acoso sexual por parte de los curas. Si mentimos, pregunten a los feligreses de Ebibeyín cuántos hijos hizo con las alumnas de Nze Abuy el difunto padre Mauricio, q.e.p.d. Son centenares las niñas que han perdido su virginidad en dichos centros por culpa de los sacerdotes. Pero lo colmo es que después, éstos desvergonzosos curitas terminan abandonando, no sólo a la pequeña violada, sino a los hijos salidos de la relación. Ante los hechos, los padres de familia no pueden denunciar porque si no les excluyen de la comunidad eclesial.
Respecto a la cuestión de la cercanía, cabe decir que hace muy poco, la sede de la diócesis de Ebibeyín estaba vacante por falta de obispo. La vacancia duró 5 años hasta que se consagró al monseñor Juan Nsue en el mes de mayo pasado. Sobre esta larga duración de tiempo se acusaba la falta de idoneidad por parte de los sacerdotes, de todo el país. Incluso se especulaba la consagración de un extranjero, posibilidad rechazada por el jefe de estado. Finalmente eligieron al señor Juan Nsue. Cabe saber si fue por idoneidad o por afinidad con la dictadura.
En los últimos momentos se ha visto a los tres prelados de Guinea, Ildefonso Obama Obono, Juan Matogo Oyana y Juan Nsue Edjang participando activamente en los actos públicos del estado guineano en apoyo a la dictadura, sin que su presencia fuera ni pertinente ni necesaria. Las noticias y las fotos lo dicen todo, pueden mirar la web del gobierno de Guinea Ecuatorial. En otros países los prelados son piezas fundamentales en los destinos del país. En nuestra tierra es todo lo contrario, los obispos callan porque reciben subvenciones económicas y regalos del dictador (coches de lujo y reforma de las iglesias y centros educativos), así como el mantenimiento de sus familiares fuera del país. Es una pena que los que pueden decir algo, tratando de pastores de la Iglesia, se jacten por los bienes efímeros de este mundo. Ellos se consideran los sucesores de los apóstoles. ¿Así actuó Pedro o Pablo? Desde luego, lamentable, lastima y pena. En todo caso, si algún día Obiang es destituido por un gobierno democrático, los obispos de Guinea Ecuatorial tendrán mucho que declarar y, es posible que alguno tenga que dimitir.
Pedimos disculpas a todos los fieles de nuestro país. No difamamos a nadie. Denunciamos, simplemente, los hechos reales que todos conocemos. Quisiéramos que por el bien y la imagen de nuestra santa Madre Iglesia de Guinea Ecuatorial, los que tienen potestad, como los obispos, corrigieran actitudes que manchan la reputación de la Iglesia, por sentido común y por el bien de todos. Ésta es su misión y no la de enriquecerse.
¡¡¡Feliz año nuevo a todos!!!
Cristianos de Guinea Ecuatorial.
Fuente: Varios adulterios detectados en las diócesis de Ba
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