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Editorial

G.E.: UN ESTADOPLURINACIONAL II


publicado por: José Luis Nvumba Mañana el 12/06/2012 20:08:34 CET


G.E. : Un Estado Plurinacional II; prejuicios, temores y alternativas

José Luis Nvumba Mañana.


No parece temerario o desacertado afirmar que si G.E., desde su acceso a la Independencia, se hubiera desenvuelto como un Estado Democrático de Derecho, sobre la base inicial de la Constitución con la que se dotó, a día de hoy HABRÍA EVOLUCIONADO HACIA LA CONSOLIDACIÓN DE LA IDENTIDAD NACIONAL. Gran parte de los ciudadanos ya se sentirían genuinamente guineoecuatorianos y de los diversos pueblos originarios de su territorio, habría podido emerger, por compartir sentimientos, cultura, lengua, destino y espacio político nacional, es decir, unos genuinos rasgos identitarios compartidos, el PUEBLO DE G.E., integrado por el conjunto de los ciudadanos de este estado.

Así sería sobre todo si, con la normalidad de la alternancia política, se hubiera producido el acceso a la Jefatura del Estado de algún Presidente perteneciente a las etnias minoritarias y se disfrutara de la experiencia de ex Presidentes que, agotados sus mandatos, estuvieran tranquilamente viviendo en el País, reintegrados en la vida civil y privada. Querría decir, que habría emergido la figura del CIUDADAN@, que al expresar su derecho al voto priorizaría los programas, capacidades y la integridad humana de los contendientes políticos, sobre aspectos meramente accidentales como su adscripción étnica o familiar. En este contexto, la normalidad política estaría posiblemente marcada por la preeminencia, y alternancia en el Poder, de partidos políticos de ámbito nacional, liderados indistintamente por personas de las diversas etnias, sobre aquellos partidos políticos, que también posiblemente existirían, cuya acción se circunscribiera al ámbito nacionalista étnico.

Desafortunadamente, todos sabemos qué ha pasado desde pocos meses después del acceso de G.E. a la Independencia. Esta triste realidad nos ha conducido a la actualidad de un Estado fracasado, que no ha avanzado hacia la nacionalidad y ha creado la desafección de la mayoría de los que debieran ser sus ciudadanos y la existencia de tensiones interétnicas. Esta realidad es la que nos lleva a afirmar expresamente, a un número cada vez mayor de los que aspiramos a ser ciudadanos de pleno derecho, que UN FUTURO DE SIGNO CONTRARIO HABRÍA DE PARTIR NECESARIAMENTE POR LA REFUNDACIÓN DE LA REPÚBLICA DE G.E., necesaria para intentar, y quizás lograr, implicar a todos los nacionales en un PROYECTO COMÚN con el que todos se pudieran sentir libres, seguros e identificados. Por este motivo, al tiempo que nos implicamos en la lucha contra el régimen (des)gobernante, también creemos que, desde ya, hemos de expresar, proponer, debatir y empezar a prepararnos para la ardua y compleja labor que nos espera a TODOS, a partir del día después de su caída. La primera piedra habría de ser sentar las bases para la recomposición de la sociedad. Ya ha advertido el Ilustre compatriota, y simple ciudadano de a pie, aunque muy digno, Sr. Abaga Edjang, sobre los grandes retos que habrá que abordar, ante el párramo del que se partirá, y ante una ciudadanía que esperará, y exigirá, resultados inmediatos y por ello realmente milagrosos.

A mi entender, el 12 de octubre de 1968 no se acabó de producir la total Emancipación de todos los Pueblos, y ciudadanos, que habían de convivir en el naciente Estado. Si así hubiera sido, no le hubiera resultado tan fácil a Francisco Macías instaurar, pocos meses después, su dictadura sin apenas contestación social y ante la estupefacción de los pocos ciudadanos que fueron conscientes de lo que se les venía encima. Este precedente nos ofrece una lección que abarca al menos estas dos vertientes:

1ª) Que los Padres de la Independencia focalizaron su lucha en la liberalización de colonialismo y no debatieron, contrastaron, planificaron e interiorizaron suficientemente TODOS LOS RETOS QUE SE LES PLANTEARÍAN A PARTIR DEL 12 DE OCTUBRE DE 1968. Se centraron en la lucha por la libertad y creyeron que acabado el colonialismo, todo vendría rodado. No podemos volver a caer en el error de creer que acabado el Obianguemismo todo nos vendrá dado. Antes al contrario, sólo se podrá comenzar a edificar un futuro sólido y esperanzador, de libertad e integración social, si previamente nos preparamos adecuadamente para ello.

2ª) Que el modelo de Estado que heredamos de la metrópoli colonial, muy centralista y unitario, era eso: una herencia ajena a nuestra experiencia previa y a nuestra realidad plural. No podemos volver a caer en el error de intentar la refundación de la República de G.E. obviando lo que somos y lo que nos identifica. Somos una pluralidad de pueblos africanos a los que ha unido la historia. Una futura convivencia en paz, igualdad y libertad habría de basarse, a partir del consenso de convivencia en común, en la creación de unas estructuras, instituciones y fundamentos socio-políticos que no sólo fueran legítimos, sostenibles y operativos, sino con los que nos identificásemos, partiendo de los rasgos inherentes de nuestra africanidad y de las exigencias universales propias del S. XXI. Que, en definitiva, nos permitieran desplegar todas nuestras potencialidades tanto individuales, como colectivas.

Si estamos hablando realmente de la evocación y el deseo de un futuro de libertad y derechos, habríamos de comenzar necesariamente por asumir los Derechos Fundamentales inherentes a todo ser humano y a todo colectivo de ellos. ¿Se puede debatir y dudar fundadamente del hecho de que antes de que los territorios que hoy constituyen G.E. fueran sometidos a la dominación de metrópolis extranjeras europeas, éstos se hallaban habitados por verdaderos PUEBLOS E INCLUSO NACIONES AFRICANAS?. ¿Qué consideración ha de merecer un colectivo de personas que comparten lengua, cultura, incluso rasgos étnicos, una organización social y política y una forma de gobierno propia?¿ Podemos dudar que estos Pueblos perdieron su soberanía a partir del hecho de quedar sometidos a la dominación de potencias extranjeras europeas?¿ Estamos seguros que la Independencia retornó a estos Pueblos en 1968 su soberanía?¿ En su caso, alguien duda de que a partir de marzo de 1969 y hasta el día de hoy han regido dictaduras en G.E. que han secuestrado y desconocen los derechos fundamentales y las libertades públicas individuales y colectivos?

Lo más fácil es hacernos la crítica de que ignoramos las consecuencias derivantes de acontecimientos históricos insoslayables. Que es utópico pretender una regresión a los tiempos previos al sometimiento de los pueblos africanos, además de que ya no podemos ignorar nuestra identidad hispano africana. No es esta nuestra pretensión ni la de tantos africanistas, que además nos caracterizamos por ser panafricanistas y no caer en el sostenimiento y la defensa a ultranza de las divisiones en entidades políticas artificiales que se nos ha dado en la pretendida descolonización, que únicamente han servido de caldo de cultivo para someternos a la vergüenza y el deshonor de ser testigos de feroces enfrentamientos tribalistas, hasta incurrir en genocidios y en comportamientos racistas y xenófobos con nuestros hermanos.

Reivindico nuestra dignidad como africanos, los valores de hermandad, hospitalidad y solidaridad que han caracterizado nuestras tradiciones y culturas( Es vergonzoso el trato denigrante que tantos humildes inmigrantes africanos sufren hoy día en G.E.). En suma, valores que no tengo motivos para pensar que no deban y puedan ser actuales, dignos y plenamente vigentes. Sólo podremos conquistar, mantener y consolidar la libertad si previamente nos hacemos personas libres, capaces de empatizar con el prójimo y reconocer el derecho a la libertad inherente a cualquiera de nuestros semejantes. Y semejante es cualquier herman@ african@, independientemente de su adscripción étnica, y ello sin perjuicio de que todo ser humano se merece respeto y dignidad.

A partir de ello debemos tener el valor de luchar por la libertad de TOD@S, por reconocer que esta libertad nos es inherente como individuos y como miembros de los colectivos o Pueblos a los que cada uno pertenecemos. La consolidación de la convivencia plural en libertad sólo puede darse si derribamos todos los espacios que dan lugar al sometimiento. Ni se justifica que la llamada mayoría ponga objeciones a la libertad inherente a las llamadas minorías, ni éstas debieran incurrir en la xenofobia y el racismo contra la mayoría y la colectivización de la culpa. Ambos comportamientos se aproximan e incluso asimilan al fascismo. Es decir, constituyen nuestro fracaso como seres humanos.

JoséLuis NVUMBA.
Barcelona, junio del 2012.


Fuente: Propia

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