En estos últimos dias estamos leyendo los artículos de los jóvenes guineoecuatorianos, seguimos sus iniciativas con interés. Parece que se está despertando en esta nueva generación un alto sentido de Estado y una conciencia reaccionaria contra la situación de profunda crisis generalizada y institucionalizada que vive el País desde su creación. Ellos manifiestan un cierto grado de toma de conciencia de que no van ha heredar nada de serio de nuestra sociedad. En esto tienen toda la razón; por que, no heredarán algo significativo de las cleses políticas y sociales actuales. Concretamente a nivel de conquistas civiles, no hay nada hecho, fuera de la conquista puramente nominal de la Indenpendencia, que es obra heroica de los Padres fundadores. Los jóvenes tendrán que enfrentarse con el desafío de una nación que es sin estatus propia, sin idiosincracia, porque no se ha arquitectado sobre los valores fuertes, resistentes y sanos de las tradiciones de sus habitantes, estos valores no han sido recuperados para que sean funcionales a nivel político-social. Ellos tienen que saber que no hemos sido capaces de recuperar en modo creativo y con inteligencia estos escombros de las tradiciones de nuestros antepasados que han resistido al sistema colonial, en modo que puedan servir de fundamiento y constituir la identidad guineoecuatoriana. Por esto nuestros jóvenes, a diferencia de los demás de otras latitudes, son más vulnerables y no están en condiciones de defenderse ante los peligros que esconde el mundo globalizado.
El aspecto que quiero orientar mis reflexiones no es tanto esta situación de crisis general que han percibido bien nuestros jóvenes. Quiero concentrar la atención más bien sobre algunos de los problemas más notables y profundos que padecemos, casi todos, y que necesitan ser extirpados en la raíz, si de verdad queremos progresar. Por esto indicaré algunas posibles vías de salida. Soy consciente que, hablar aqui de vías de salidas es pretender mucho, en una simple reflexión como esta. Con todo, intentaré indicar algunos modelos o ejemplos que pueden ser iluminantes para quien quiera cambiar de rumbo. Pasamos inmediatamente a indicar los dos problemas, que son sintomáticos, con sus desafíos: uno es la falta de espíritu de trabajo que caracteriza el guineoecuatoriano en general (excluimos la generación de nuestros pobres padres y madres campesinos) y la otra es la dominante mentalidad clánica o tribal. Estos dos problemas, cuando caracterizan el compotamiento del ciudadano en las instituciones adminstrativas del Estado y en la sociedad, comprometen gravemente el destino del Estado, haciendo perder su finalidad, que es defender y garantizar el bien común de todos sus ciudadanos.
En cuanto al primer problema, hay que recordar la crítica que muchos expatriados occidentales invierten contra sus colegas de trabajo, los nativos guineoecuatorianos, aunque muchas veces predomina un aire racista. El guineoecuatoriano “no le gusta trabajar”, es ocioso, vago, quiere solo ganar y ser servido en la bandeja, sin haberse sudado, es uno que piensa solo al divertimiento y no al futuro. A este tipo de conclusiones llegan también los mismos guineoecuatorianos, cuando comparan el modo de trabajar de ambos colegas, o de un funcionario publico. A estos malos trabajadores les faltan el rigor, la tenacidad y la disciplina en sus funciones. Les faltan el amor al trabajo y a la profeción. Esta es una tónica general y se puede observar desde los altos funcionarios del Estado hasta los peones y mozas de casa; se comportan así en la administración pública, en las empresas, y un poco también en las actividades privadas. El mal funcionamiento del sistema administrativo central del Estado con su presidente es el ejemplo visible y emblemático de este problema que caracterizan la mentalidad general del guineoecuatoriano. El modo en que Teodorín gasta, o despilfarra el dinero de todos, en poco tiempo, es la máxima expresión de esta mentalidad común, él exprime y encarna una tónica general del guineoecuatoriano cuando, por ejemplo, este último, una vez cobrado su paga, vuelve loco este dia, exagerando en el gasto en bebidas con los amigos, sin pensar el después ni en la familla. Por que, según se dice: “se vive una vez”. ¿Cómo superar esta situación? ¿Dónde se puede encontrar los ejemplos positivos para seguir? Este es el problema. Se trata de educar a la joven generación al concepto de trabajo riguroso, de transmitirles el espíritu de trabajo, la sana mania de precisión y al trabajo bien hecho.
Hay ejemplos, por su puesto, aún hay en nuestra sociedad modelos que pueden seguir la joven generación y adquirir el sentido alto del trabajo, del amor al trabajo bien hecho y de las virtudes de paciencia, perseverancia y sacrificio. Son nuestros campesinos y campesinas; ellos son, para mí, los mejores modelos que deben iluminar y suscitar en la joven generación el amor y el espiritu de sacrificio en la gestión del bien público de la sociedad moderna. Este espíritu trabajador es transferible, es el que los jóvenes deben imitar en sus responsabilidades sociales. Se puede comprobar la verdad de estas afirmaciones. Muchos de nosotros han nacido en famillas pobres, de padres que se han sacrificado sus vida para tirar a delante la familla, trabajando durro en el campo. Muchos también hemos valorado este sacrificio y, animados del mismo espíritu, hemos entregado con pasión en los estudios, jurando de no desepcionarles. Son estos campesinos que saben aplicar la “lógica” de las gotas de agua: las gotas caen lentamente, una a una, gota por gota, hasta llenar un bidón. Esta es una lógica que garantiza el éxito en el campo económico, es también un principio de fuerza, de resistencia. De hecho, las gotas, en este modo, son en grado de romper hasta una piedra, por muy dura que sea, siempre: gata por gota, con costancia y perseverancia. Se suele decir también que son las virtudes de los fuertes. ¿Cuanto el guineoecuatoriano podría beneficiarse mucho si practicara estas virtudes en sus responsabilidades sociales? ¿Cuanto podría beneficiarse la sociedad?.
El segundo problema que hemos indicado es la lacra de la mentalidad clánica, tribalista y regionalista. Es una cuestión que ya se ha hablado mucho, pero es claro que hasta que resiste el actual régimen que gobierna Guinea, se puede cambiar poco, pero sí, se puede trabajar para un futuro mejor al menos para la joven generación; pera ello, tenemos que encontrar los modelos luminosos. Entonces, ¿que esperiencia comunitaria de guineoecuatorianos se puede tomar como modelo? Dónde se ha experimentado ya una cultura pluralista guineoecuatoriana? Para mí los ciudadanos del distrito de Mbini pueden enseñarnos esta convivencia multietnica. En esta zona del país viven cinco etinias, y parece ser que estas han logrado asimilar la cultura de cada una en profundidad, sin perder la propia; la diversidad no parece que haya sido de obstáculo o límite, sino más bien una riqueza. En Mbini no es fácil de saber quién es Kombe, Bujeba, Benga, Bisio o Fang; todos conviven y conocen las lenguas y costumbres de los demás. Yo creo que es un modelo de vida que tenemos que aprender. Este ejemplo de equilibrio comunitario puede ser útil para otros distritos, come el de Malabo: donde desgraciadamente los fangs no se esfuerzan en aprender el bubi, tampoco lo bubis quieren aprender el fang y esto pasa también con las demás etinas que viven en la Isla. Domina, al contrario, la prepotencia y el espíritu de usurpación de muchos de etnia fang. El uso de la lengua fang en lugares oficiale sirve a veces para discriminar, mientras que el bubi, quedando en emarginación, ayuda a defenderse y a coaligarse ante la amenaza de los demás. Mbini es un ejemplo, para todos, de convivencia enriquecedor. Ciertamente no es todo ideal, pero al menos este aspecto de convivecia sus habitantes ya lo han adquirido en buena medida. Creo que es en este distrito donde se ha logrado a realizar lo que entiendo por identidad pluralista guineoecuatoriano que debe caracterizar al Estado Guineoecuatoriano.
Fuente: propia
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