LO HA VUELTO A HACER
“A los que me llaman dictador, (les diré que) dictador viene de dictar, que dirigente no es dictador”.
En el discurso estrambótico que hizo el dictador Obiang a los primeros cuatro designados del gobierno, pudimos apreciar que Obiang cada vez mas esta perdiendo la razón, si es que alguna vez la tuvo.
Dijo muchas cosas, mezclo muchas cosas y una vez más se autoproclamo dictador porque el dicta las normas … y dictador viene de dictar.
Parece que desde que se proclamo dictador de normas, ha repasado todos los diccionarios del mundo buscando la palabra dictador y se ha reafirmado en lo que dijo: “soy dictador porque dicto las normas”.
Cierto. Obiang es un dictador y de los peores. Aquí en Guinea, país desorganizado donde los haya, nada se hace si no es bajo el control del dictador. Y en algo tiene razón, es dictador porque es el único que dicta las normas, de modo que el parlamento, que es el órgano que dicta las leyes en cualquier otra parte donde hay un Estado de Derecho, no tiene aquí ninguna razón para existir.
Por supuesto, las leyes aquí apenas existen. Todo son decretos y el que dicta los decretos es el dictador. Los alcaldes, los ministros y los directores generales aquí no dictan nada, porque no son nada, no tienen autoridad y con frecuencia no saben lo que tienen que hacer. Aquellos pocos que han interpretado que son nombrados para ejercer sus funciones, son inmediatamente desautorizados por el dictador de normas.
En ese discurso sin curso, se oyeron las mismas tonterías de siempre. No es extraño que Obiang Nguema vuelva a repetir sus tonterías. Obiang se reproduce fielmente a si mismo. Tiene un equipo de aduladores, una especie de lista de reproducción musical, a los que nombra siempre, cambiando el orden, para seguir siempre con los mismos, el mismo gobierno inútil. Los que no entran en su innumerable gobierno porque ya no quedan nombres para designar ministerios, los nombra consejeros, con los mismos nombres de su gobierno multitudinario. Esta vez ha rizado el rizo: Tomas Mecheba, que era ministro de Sanidad, ha sido re designado ministro del SIDA. Podía haberle nombrado ministro del PALUDISMO y hubiera quedado algo comprensible, porque el paludismo es la primera enfermedad de Guinea. Pero Obiang no hace las cosas comprensibles. Es el maestro del absurdo.
Y ese absurdo que es Guinea, es el lugar ideal para todo tipo de especulaciones. Todos intentan comprender las acciones del dictador, todos intentan explicar sus acciones en base al principio de causalidad, todos creen que hay una gran maniobra en cada decisión, porque nadie las entiende. Pero esto es lo mismo que querer entender las decisiones de alguien que ha perdido la razón. No hay ninguna razón o causa racional, al menos de Estado, en las decisiones del dictador.
Obiang ha nombrado un primer ministro, que en cualquier parte es el jefe de gobierno, cuando su propia constitución dice que el presidente es el jefe de gobierno. Un absurdo, que se hace más absurdo cuando ese señor bajito que está a punto de estallar, declara a la televisión del dictador que agradece a Obiang el nombramiento que le confirma como responsable del gobierno. No se ha enterado que no es responsable del gobierno.
En los sistemas presidencialistas como el que Obiang hizo aprobar hace dos años, no existe un jefe o responsable del gobierno, nunca hay un primer ministro ya que ese nombre se reserva para el jefe del gobierno. Y Obiang es el jefe de su gobierno dictatorial. Que hace entonces un primer ministro?.
Y tras el primer ministro absurdo, siguen los viceprimeros ministros, tres en total, primero, segundo y tercero, a los que el dictador reclama que trabajen coordinados, como si de un mini gobierno se tratara, supuestamente bajo la egida del primer ministro. No se entiende tampoco que habiendo un vicepresidente (esperemos que no vuelva a nombrar dos violando su constitución) que son una especie de viceprimeros ministros, el dictador designe viceprimeros ministros. Podría haberlos llamado ministros de confianza dictatorial o algo así para no crear tanta incoherencia, claro, suponiendo que la coherencia sea un principio que rige las acciones de Obiang, algo que hay que dudar a estas alturas.
Un señor, que no hizo ni el bachillerato elemental, Lucas Nguema Esono, ha sido nombrado ministro de educación. Obiang se prepara para atacar a los estudiantes en lugar de introducir las reformas que necesita el país en materia de educación, una Educación que esta por los suelos mientras el dictador dilapida los recursos en aeropuertos sin aviones, ciudades vacías en la jungla y presas sin agua. Y nadie mejor para atacar a los estudiantes que Lucas Nguema Esono, un autentico comisario político entre los estudiantes. Alguien le ha debido decir al dictador que los estudiantes suelen ser un peligro para regímenes dictatoriales y como no ve más allá, lo que ha hecho es meter un comisario político para controlar a los estudiantes.
Seguimos sin electricidad en Bata. Algunas tardes suele haber corriente eléctrica que sobre las 8 de la noche se evanesce, dejando a veces 50 voltios. La falta de electricidad es un drama. Son miles de perdidas en alimentos y en productos que no pueden mantenerse en condiciones normales. Pero al dictador de normas poco le importa lo que sufre la población. Solo espera que esa población deje de ser pobre de espíritu y se haga como el, un dechado de virtudes, de razón y de inteligencia.
Seguimos sin acceso libre a internet. Cuando se pone la dirección de guinea-ecuatorial.net en el navegador, tras un titubeo, aparece la página del gobierno. Porque si, por pura chulería, porque la bala llega antes que la Ley. Han decidido que los que quieren tener acceso a la información, tienen que leer forzosamente la pagina del gobierno. Luego en sus discursos, Obiang afirma que Guinea vive una democracia y hay paz.
Lleva usando la bala contra la población desde que esta en el poder. La ley aquí no existe.
Fuente: Cokenve