Guinea Ecuatorial acude a las urnas en una nueva farsa electoral de Obiang
La ex colonia española elige presidente con la oposición otra vez amordazada
Guinea Ecuatorial celebra hoy elecciones presidenciales bajo el sello del fraude tras una campaña impregnada de irregularidades y violaciones de los derechos y libertades por parte de la dictadura. La moderada oposición socialdemócrata vislumbra, sin embargo, la agonía del régimen de Obiang, en el poder desde 1979.
LA VANGUARDIA - 02.46 horas - 15/12/2002
La represión, el torpedeo de los mítines o la violación de libertades y derechos no amilanan al opositor CPDS
. La oposición denuncia que el régimen de Obiang ha falseado las listas de los colegios electorales en Guinea Ecuatorial LVD - 09.35 horas - 15/12/2002
MYRIAM JOSA
Barcelona. – El dictador Teodoro Obiang Nguema inició su particular campaña para las elecciones presidenciales que se celebran hoy en Guinea Ecuatorial ahondando en la represión para diezmar a sus oponentes. Tras inventar un complot contra la seguridad del Estado, montó, en mayo pasado, otro macrojuicio en el cine Marfil de Malabo en el que, sin pruebas ni garantías judiciales y con la tortura de fondo, 65 de los 144 acusados fueron condenados a penas de cárcel que oscilaron entre 6 y 20 años.
Entre ellos está Plácido Micó, líder del principal partido opositor, Convergencia para la Democracia Social (CPDS, socialdemócrata), encerrado en Black Beach, uno de los sombríos penales guineanos. La represión, el adelanto ilegal de los comicios, el torpedeo de los mítines opositores por parte de los Hijos de Obiang (ASHO) o el sinfín de trampas –a veces criminales– del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE), en el poder, no han amilanado al CPDS. Esta formación sostiene que la acogida popular a su campaña proyecta en el horizonte el post-Obiang, y está convencida de que sólo el fraude puede dar el triunfo al dictador.
Obiang, candidato a su sucesión, ha centrado su propaganda en que el país, como en la Biblia, ya ha llegado a la “época de las vacas gordas”. Evidentemente, silencia que las vacas gordas procedentes del petróleo sólo favorecen al 5% de la población, es decir, al clan Obiang y a sus camarillas. El autócrata, que en 1979 derrocó a su tío, el dictador Macías, intenta ganarse a mujeres, jóvenes y tránsfugas de otros partido. A ellas les promete que en caso de divorcio se les devolverá la dote. A los chicos les anuncia becas para estudiar en EE.UU. (sólo iban los cachorros del régimen) y a los tránsfugas les dice: “Probad vuestra lealtad al partido que os considera hijos pródigos... Entramos en tiempo de vacas gordas y el partido recompensará a sus militantes más activos”.
Pero la verdadera campaña del dictador son las intimidaciones –como a la familia y los vecinos del pueblo de Celestino Bacale, el candidato del CPDS–; las listas manipuladas; la petición del voto público para que los ciudadanos se amedranten y opten por el PDGE; la ausencia de observadores internacionales rigurosos; las trabas a la oposición, que apenas sale en los medios públicos; la utilización del Ejército para fines del PDGE... Todo pagado con fondos procedentes del petróleo o impuestos a empresas.
En Bata, las fuerzas de seguridad llegaron a amenazar con que “vuestras casas son de Obiang y si vais al mitin –del CPDS– os quedáis sin ellas”. Ante esto, el CPDS ha esgrimido consignas significativas como “Vence tu miedo” o “La libertad está en tus manos”.
El candidato de Convergencia, Celestino Bacale, plantea como objetivo la “reconciliación nacional” y recalca que hay que contar con los bubis –la etnia originaria de la isla de Bioko, 9% de la población–, represaliados por la dictadura (la etnia mayoritaria, un 90%, son los fang). Bacale ha denunciado durante la campaña la corrupción, la ausencia de libertades y la violación de los derechos humanos. Y ha sido especialmente duro con la incautación de los beneficios del crudo, a los que da una alternativa: “Queremos construir una sociedad en que los ingentes recursos económicos, no sólo del petróleo, sino también la madera o la pesca, se utilicen en beneficio de todos”.
Además de las dos aspirantes de peso, Obiang y Bacale, se presentan Jeremías Ngomo, de la fracción pro Obiang de Unión Popular; Secundino Oyono, de Convergencia Democrática y Popular, y Buenaventura Moswy, de Coalición Socialdemócrata. Los dos primeros son afines al poder, y Moswy es más crítico. Pero el fraude está al acecho. Obiang adelantó que ganaría con un 80% y se rumorea que ya están listas algunas actas electorales.
15 diciembre 2002
Fuente: La Vanguardia