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CURA, AMANTE Y ASESINO. publicado por: GEMMA MARIA JIMENEZ RASO el 23/03/2008 8:51:15 CET
Transcribimos esta noticia publicada por el periódico EL MUNDO el 31 de enero de 2008 por su interés en cuanto a la actuación de ciertos miembros del clero católico y la hipocresía de la cúpula de la Iglesia católica en la mayor parte de los países del Tercer Mundo, fundamentalmente en Asia, America Latina y Africa.
” José Francey Días Toro .El Párroco de una localidad colombiana, mató a su amante y su hija para evitar que se destape el escándalo.
BOGOTÁ. Durante 11 años logró ocultar su doble vida de sacerdote de día y amante y padre de noche. Hasta que la mujer con la que compartía su existencia , bajo el manto de una abnegada madre soltera que se ocupaba de las labores domésticas de la casa del cura, le sorprendió con otra.
María del Carmen Arango, una rubia guapa, alegre , de 31 años, estalló en cólera , consumida por los celos. Le amenazó con desvelar a sus superiores eclesiásticos el secreto de su larga convivencia, de la hija de ambos , de la cadena interminable de mentiras.
El párroco de Mistrató, población departamental del departamento cafetero de Risaralda, José Francey Díaz Toro, de 50 años, intentó convencerla de que no destapara el escándalo. Discutieron de forma acalorada hasta que el hombre dibió sentir pánico al ver que ningun argumento lograba aplacar la ira de su compañera. Optó entonces por borrar las dos pruebas irrefutables de su pecado.
A garratozos asesinó a la madre y a la niña , María camila, de cinco años, en la casa que había sido su hogar en el último lustro, adjunta al templo donde su padre impartía su ministerio. Luego, como si fuera un consumado criminal, urdió un plan casi perfecto para encubrir el horrendo crimen.
Pero un minúsculo detalle terminó por delatarle. Y el lunes , el juez encargado del caso le condenó a 23 años de cárcel . Merecía el doble de ese tiempo, pero por confesar su atrocidad, la Ley le premió rebajándole a la mitad de la pena.
-Pido perdón a la Iglesia, a mi familia, a la familia de ellas. Nadie sabe lo de nadie-, balbuceó el reo, que había permanecido con la cabeza gacha durante toda la audiencia. Su suegra, que siempre estuvo al tanto de una relación que comenzó cuando María del Carmen era muy joven y José Francey era el párroco de la localidad donde ambos vivían entonces, exigió jusiticia a gritos.
- No lo perdono-, afirmaba indignada Ana Beiba. - Es muy poco tiempo. Me parece injusto. Se debía pudrir en la cárcel.Es que estamos hablando de un tipo que mató a su señora y a su hija , un ser indefenso que no tenía la culpa de lo que pasara entre ellos- le recriminaba.
Los hechos sucedieron el 12 de febrero de 2007. Tras matarlas, el padre Diaz metió en bolsas negras los cadáveres, limpió los rastros de sangre, y transportó en su Crysler Samurai color blanco su carga macabra hasta un paraje deshabitado, cercano al río Guártica. Roció los cuerpos de gasolina, les prendió fuego y sin esperar a que se consumieran por completo, salió disparado.
Regresó a su parroquia como si nada, a continuar su labor apostólica y predicar el camino de Dios ante unos feligreses que le estimaban por su bondad y rectitud. Como a veces la chica viajaba a Calí, donde residía su familia, nadie sospechó de la ausencia . Sin embargo, pocos días después, el día 15 de febrero alguien se topó con los restos calcinados, irreconocibles.
Como no habia ninguna denuncia de desaparición, la policía concluyó que se trataba de dos víctimas sin nombre de un rito satánico o de una venganza entre pandillas rivales.
Pero los avispados investigadores de CTI de la Fiscalía General Colombiana quisieron llegar al fondo del asunto. Examinaron las pocas pertenencias que los agentes encontraron y dieron con varios negativos de fotografías, todos quemados, menos la mitad de uno de ellos. En el pedacito aparecían sonrientes el sacerdote y la chica, ante la Iglesia de Mistrató.
Siguieron la pista hasta lograr indentificar los cadáveres y tener la certeza de que el cura era la persona que buscaban. En noviembre pasado fueron a detenerle a la iglesia, justo antes de oficiar misa. El padre pidió que le permitieran celebrar ese último ministerio. - Mejor la celebra en el carro, coche policial, le respondieron-.
En el vehículo , el asesino se desmoronó y aceptó su responsabilidad, pero en cuanto llegó a la comisaría volvió a acumular fuerzas y se retractó de todo. Asi siguió varios meses, negando la realidad, hasta que se vió acorralado de nuevo. Ante el inminente proceso judicial, el párraco parricida confesó haber matado a la mujer con la que mantuvo una relación sentimental y a la hija fruto de esta. Lo hizo con el fin de conseguir una reducción sustantiva de la pena.
- FALLÓ EL INDIVIDUO, NO LA INSTITUCIÓN- , aseguró el obispo de Pereira, capital de Risaralda, monseñor Tulio Duque. ”.
Esta historia en sí es espeluznante, pero lo es más la actitud y la frase del obispo en cuya diocésis oficiaba el cura asesino.
Con esta ” sentencia ” del obispo Pereira, ” falló el individuo y no la Institución ” así nos encontramos en Guinea Ecuatorial, con sacerdotes fornicadores, algunos con más de veinte hijos abandonados por medio País, ladrones, violadores, agentes de seguridad, torturadores, corruptos, proxenetas, alcahuetes, discotequeros, borrachos y colaboradores indignos de la maldad que reina en el régimen del caos...sólo porque ” falla el individuo no la Institución ”.
Jesuscristo cuando fundó su Institución, lo fundó con individuos que con su abnegación, fe, entrega y sacrificios hicieron posible la cimentación de la Iglesia Católica, hoy como ayer, infiltrada por Judas Iscariotes de toda calaña.
Una de las razones de la actual alianza entre la cúpula de la Iglesia católica de Guinea Ecuatorial y muchos de sus párrracos y sus obispos se debe a la impunidad y la protección que les brinda el régimen ante sus desmanes, perversidades y crímenes. Un hecho como el final del relato arriba descrito es inconcebible en el régimen del caos ( la detención, juicio, condena y encarcelamiento de un sacerdote por haber cometido un delito). Al sacerdote ese, le dejarían libre y sólo lo reclutarían como asesino a tiempo parcial del régimen.
La indigna y maldita cúpula eclesiástica de Guinea Ecuatorial es incapaz de pronunciarse ante hechos tan graves como la muerte en condiciones horrendas de Saturnino Nkogo Mbomio, ni solicitar un trato humano a varios de los detenidos ilegalmente, que están siendo vilmente torturados y que seguramente, irán muriéndose en días y semanas venideros. Pero, en cambio, los torturadores y asesinos de los hijos del Pueblo de Dios, siguen acudiendo escrupulosamente a misa en sus delumbrantes vehículos, trajeados a lo grande, comulgando como cristianos ejemplares y manteniendo charlas amigables con los supuestos representantes de Cristo, símbolo de la moral, ética, compasión, fe, rectitud y vida. Los supuestos representantes del camino de la verdad, la luz y la vida, charlando amigablemente con los representantes de satanás, príncipe de las tinieblas, espiritu del mal, la maldad, la crueldad, la muerte, el caos y la destrucción. Un cuadro realmente digno de una película que a buen seguro, ganaría varios óscars, por lo bien que realizan su papel, tanto unos, falsos representantes de Cristo, como otros, decididos y aplicados representantes del príncipe de las tinieblas.
El infierno que les espera tanto a unos como a otros no tiene descripción en lenguaje humano: desafiar a Dios nunca ha tenido buenos resultados.
Vuestras víctimas ya gozan de la Paz del Señor, más vosotros ¿ Dónde esperáis reposar y descansar, después de una vida llena de maldades ?....En este Domingo de Resurección os maldecimos a todos, jefes , colaboradores y defensores del régimen del caos, asesinos y torturadores de los hijos del Pueblo de Dios, corruptos y ladrones de los bienes del Pueblo, chivatos y soplones de la dictadura, curas y obispos aliados con la dictadura...en nombre de Jesucristo Nuestro Señor Resucitado. Amén.
Fuente: MBO OBA
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