Madrid.- 14 de julio de 2008. El día 15 de julio de 2008 se cumplen tres meses desde que Severo Moto fuera detenido y acusado de encabezar presuntamente una red de tráfico de armas con destino a Guinea Ecuatorial. La acusación, basada en unas escuchas telefónicas y en tres armas de desguace encontradas en el maletero de un coche que iba a ser embarcado a Guinea, ha mantenido una febril persecución contra Severo Moto, llegando a tacharlo de terrorista, consiguiendo quizás el primer objetivo de Obiang y los enemigos de la libertad en Guinea Ecuatorial: mantener en silencio a la oposición para poder engañar al pueblo y al mundo con las elecciones del pasado mayo, y por supuesto, continuar con la campaña de acoso y derribo contra opositores en España y en el resto del mundo.

Eran cerca de las once de la noche del 15 de abril de 2008 cuando Severo Moto, acompañado por Armengol Engonga, daba un paseo por la localidad toledana de Fuensalida, en la que reside gracias a la caridad de ciudadanos españoles

Era un día de celebración para Moto y sus colaboradores. La situación de la oposición exiliada no podía ser más favorable. El Tribunal Supremo acababa de dictar sentencia favorable a Moto, devolviéndole el estatuto de refugiado político, suprimido 2 años antes por el Gobierno socialista a petición formal de Obiang Nguema. La decisión del Supremo suponía un jarro de agua fría para Obiang y sus apoyos en España, y un fuerte espaldarazo al proyecto político de Severo Moto y sus colaboradores. Soplaban vientos de cambio y la oposición en el exilio los iba a recoger desplegando todas las velas.




Sin embargo, la infamia ya estaba tejida en torno al líder opositor. Obiang, alertado del peligro que suponía tener a Severo Moto restaurado y fortalecido ante la opinión pública internacional, empezó a llamar a sus marionetas para que actuaran de inmediato, costara lo que costara, prometiendo, como siempre, petróleo por colaborar en sus planes terroristas. Así se produce el contacto con un hombre de confianza bien introducido en la Corte de Madrid, Ignacio Milam Tang, ex embajador de la dictadura ante el Estado español y ahora “hombre de paja” de Obiang- quien recibió instrucciones para intensificar su rueda de contactos y silenciar de una vez por todas el grito que desde España intentaba liberar Guinea Ecuatorial. El resultado, apadrinado por algún que otro alto cargo de un país democrático, no se hizo esperar. Detención, acusación, humillación y destronamiento de la cabeza visible de la verdadera oposición a la dictadura. Severo Moto, dormiría a partir de esa noche en la prisión de Navalcarnero, y con él el proyecto, el sueño de libertad de un pueblo que acostumbrado a ver sus aspiraciones rotas. Vía libre por tanto para el fraude y el terrorismo de estado perpretado por Obiang. Sin Severo Moto no hay oposición. Y el resto de partidos, es fácil, seguro que pensó Obiang. Al resto se les compra con escaños y con dinero.

No habían pasado ni 24 horas de la publicación de la sentencia del Supremo, cuando Severo Moto era detenido, sin mediar explicación, en mitad de la calle, y en plena noche. En un instante, dos individuos que se identificaron como policías, pese a no enseñar ninguna acreditación, metieron a Severo en un coche y se lo llevaron a toda velocidad hacia un destino incierto, impidiéndole incluso recoger las medicinas de su domicilio, situado a unas decenas de metros del lugar en que fue detenido. Comenzaba así uno de los hechos más vergonzosos de las relaciones de España con Guinea Ecuatorial.

Severo Moto fue enredado en una trampa, urdida desde Guinea y con fuertes asentamientos en España. Hubo quien, a cambio de su libertad, no dudó en señalar con el dedo a Severo Moto de ser el responsable de una trama que parece salida de una comedia ligera. Severo Moto está pagando por lo que otros –en libertad- pensaron y organizaron. Desde la cárcel, fiel a sus principios democráticos, Severo Moto espera a que su caso se resuelva judicialmente con tranquilidad y, pese a todo, con una fe ciega en las instituciones democráticas de España, basadas en la dignidad, la justicia y la igualdad de todos ante la Ley.




Más unidos que nunca. Más fuertes que nunca.
El encarcelamiento de Moto provocó una verdadera efervescencia en Guinea, España y en el resto del mundo. Cientos de personas nos comunicaron su apoyo a nuestra causa. Quien conoce a Severo Moto no puede creer las acusaciones. Y quien no lo conocía, lo conoce desde entonces, y desde entonces miles de personas esperan una aclaración que no llega, pues a nadie se le ha escapado la debilidad de las acusaciones, la falta de pruebas y lo que es más evidente, el tufo a conspiración contra un hombre que solo ha predicado la paz, la libertad y los derechos humanos. Era una operación destinada a silenciar a la oposición del Partido del Progreso y del Gobierno en el exilio, pero este fuerte golpe contra nuestra estructura y nuestro proyecto se ha traducido en pocas semanas en un fortalecimiento antes nunca conocido. Más unidos que nunca, más fuertes que nunca. Severo Moto está demostrando que no es un hombre, es una idea.

Tanto el Partido del Progreso como el Gobierno en el exilio han intensificado su campaña de denuncia de la dictadura de Guinea Ecuatorial, difundiendo la verdad por todos los rincones del planeta. Incluso en el entorno del dictador se levantaron voces a favor de Moto y del Gobierno en el exilio, en una demostración de que a Obiang ya no se le teme tanto como antes, pues todos se están dando cuenta de que el tirano tiene los días contados y que su gobierno del terror pagará por sus crímenes.


La dimisión en bloque del Gobierno de Guinea Ecuatorial confirma los peores temores del dictador, a quien no le queda más apoyo que el que pueda comprar con dinero. Y en España la única oposición útil al régimen de Obiang, la del Partido del Progreso y la del Gobierno en el exilio, se organiza, se reúne y se deciden procedimientos de lucha contra la cada día más debilitada dictadura. La detención de Moto ha servido para que todo el mundo lo conozca y se cuestione la veracidad de las acusaciones. Severo Moto es para los medios internacionales y para nosotros un preso político de Obiang encarcelado en la España de Zapatero.




Las continuas reuniones entre los miembros del Gobierno en el exilio, la manifestación de los primeros sábados de mes frente a la prisión donde se encuentra Moto, las acciones conjuntas con medios de comunicación, el contacto con líderes democráticos de otros países africanos, la nutrida agenda de contactos con empresas e instituciones de todo el mundo, han fortalecido de tal manera el proyecto político de Severo Moto que a día de hoy, pese a todas la s dificultades, se ha convertido en la más solvente y creíble alternativa a la dictadura, frente al resto de grupos de oposición que no son otra cosa que marionetas manejadas por Obiang. El Gobierno en el exilio y el Partido del Progreso, siempre en primera línea por la dignidad y la libertad del Pueblo de Guinea Ecuatorial.

Petróleo por Severo Moto.
Solo en la mente de unos cuantos ilusos la tiranía de Obiang tiene continuidad en el tiempo. Es difícil de entender porqué los gobiernos prefieren apoyar a un dictador que a un líder opositor. Las supuestas ventajas que España conseguiría en el área de hidrocarburos de Guinea, se están viendo disipadas por la falta de palabra del dictador. Obiang promete, pero Obiang incumple., Y así ha sido siempre. Pero España no aprende y vuelve a caer una y otra vez en la trampa.

El Gobierno en el exilio ya ha expresado abiertamente su proespañolismo en más de una ocasión. Cualquier Gobierno de España contaría siempre con la confianza de un Gobierno democrático de Guinea Ecuatorial, pudiendo llegar a acuerdos y a compromisos económicos que se cumplirían y estarían regidos por las leyes del país y las internacionales. Sin embargo, los gobiernos que apoyan a Obiang siempre han tenido la ilusión de ”meter la mano” en la bolsa energética del país y que Obiang mire para otro lado, huyendo de esta forma del procedimiento legal de acuerdo económico entre dos países y predicando con el ejemplo de la piratería y la indignidad.



Con Severo Moto o cualquier otro líder democrático en el poder en Guinea, España tendría garantizada su participación en el sector energético, podría tener empresas y personal y contar con garantías jurídicas y de todo tipo para que la inversión en nuestro país fuera fluida y rentable. Pero por el contrario el Gobierno español cede al chantaje de la dictadura entregando la cabeza de Severo Moto a cambio de unos supuestos contratos petrolíferos que Obiang nunca cumplirá y unas relaciones bilaterales fluidas que al dictador ni le interesan ni le convencen, pues en más de una ocasión ya ha demostrado su fuerte sentimiento antiespañol, así como su intención de no dejar nuca que España participe en modo alguno en los beneficios del petróleo guineano.

Por ello, aun con Severo Moto en la cárcel, y pese a la presunta conspiración urdida contra nuestro presidente, el Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio no ha variado ni un milímetro su posición respecto a España, tendiendo la mano a un Gobierno español dispuesto a negociar con grupos democráticos y no con terroristas ni dictadores como Obiang Nguema.

Noventa días sin Severo Moto en la lucha política, aunque 90 días de continuo compromiso por gestionar las fuerzas de oposición de nuestro pueblo. La familia de Severo Moto, en difícil situación económica, vive hoy en día gracias a la inestimable ayuda de muchos amigos españoles y de otros países, no así del Gobierno español, que fiel a su política de hostigamiento hacia Moto, permite que la mujer y los hijos y nietos de Severo Moto pasen necesidades, hambre y miseria. No entendemos que premio espera el Gobierno español por negar la dignidad a personas inocentes.



El equipo de Severo Moto, su gabinete y sus colaboradores no hemos abandonado en ningún momento nuestro puesto. Acostumbrados a los sinsabores del combate político contra el dictador, sabemos que estamos escribiendo una página de la oscura historia de Guinea Ecuatorial, pese a todo llena de ilusión y proyecto. La dictadura de Obiang se devora a sí misma y llegará un día en que será pisoteada por nuestro pueblo puesto en pie para acabar con 40 años de sangre y olvido.

Por último, queremos hacer llegar un afectuoso abrazo a nuestro amigo y Presidente Severo Moto. Sabemos que la prisión no lo ha doblegado. Que se encuentra tranquilo y confiado, y que aprovecha los días para leer y pensar. Querido Presidente, estamos donde nos dejó. No pensamos rendirnos nunca. Sabemos que tenemos razón. Sabemos que usted es inocente. Esta usted presente en todos nuestros momentos. Presidente, no está solo, todo el pueblo de Guinea Ecuatorial cumple condena con usted.

¡¡Libertad para Guinea Ecuatorial, Libertad para el pueblo de Guinea Ecuatorial, Libertad para Severo Moto, Libertad para los presos políticos!!




Fuente: Gobierno en el exilio.

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