Buen empuje, la iniciativa del presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, de reunirse con los jóvenes africanos del 3 al 5 de Agosto en Washington. Por que es la primera vez que un presidente americano escucha y discute temas africanos con los jóvenes africanos. No estamos, todavía al tanto, de qué mensajes finales les habrá transmitido Sr. Obama y qué puntos claves ha trazado para que la verdadera y añorada democracia llegue, por fin, a nuestras tierras devastadas, desde medio siglo, por los cleptómanos y déspotas presidentes africanos.


Cualquier africano, que vive y soporta las aflicciones que nos causan los timadores gobiernos africanos, sabrá explicar con luz y taquígrafos, los serios problemas que agolpan a una África; cada día más arruinada, más devastada y más aniquilada por la corrupción, nepotismo, tribalismo, clientelismo, robo, saqueo de las riquezas naturales, etc. etc. Y muy seguro estamos, que nuestros representantes han vuelto ha decir a Obama, lo que está sobradamente dicho en los informes de organismos internacionales, partidos póliticos de la oposición, intelectuales, ONGs, grupos de derechos humanos, que cada año llegan al despacho oval. Los cuales Obama conoce de sobra y mejor que nadie. Pero de todos modos, agradecemos sinceramente la iniciativa.


Siempre tenemos la tentación de generalizar los problemas de África y de los africanos y más todavía sus causas. Y equivocadamente proponemos soluciones generalizadas. Sin necesidad de hacer mayores análisis, los problemas de África, no tienen las mismas causas, aunque tengan los mismos efectos: la miseria y la pobreza que aflige a todo el continente de Norte a Sur y del Este al Oeste, lo sufrimos todos los africanos por igual.


Salvando las diferencias, en mi opinión, hay una idea óptima y clara, que los jóvenes africanos tienen que trasmitir a Obama, que es que “nunca solucionaremos los problemas de África mientras los sátrapas, déspotas, corruptos, opresores, autócratas, inmorales, oligarcas presidentes africanos, encuentren amparo y oasis en los Estados Unidos de América”, mientras esa horda de desalmados presidentes: Obiang, Kagame, Mugabe, Biya, Sasegueso, Idris Deby, wade, etc. y sus bastardos hijos, siguen entrando y saliendo en los Estados Unidos moviéndose a sus anchas con el beneplácito del gobierno americano y haciendo con los millones que roban al famélico pueblo africano, lo que les venga en gana, ningún diálogo, Sr. Obama, dará buenos frutos.


En mi opinión éste debe ser el punto de inflexión, el punto que marca cualquier iniciativa que busca el desarrollo de África, que los jóvenes africanos deben formular y pronunciar, unánimemente, al presidente de los Estados Unidos. Lo demás son muchas trama y pocas nueces. Si no asentamos éste primer presupuesto, estamos empezando a construir la casa por el tejado y esta iniciativa será otra vez música celestial y otra estrategia más para alargar todavía, el sufrimiento del continente y su gente.


Si Estados Unidos y sus aliados, no apartan la doble moral y el doble estándar, cualquier propuesta, o iniciativa, es un mero merodeos de perdices. Los jóvenes africanos deben hablar claro y rotundo, y no empezar con soserías para terminar con lo de siempre, fotos, risas y buen ambiente.

Alguien debe de decirle a Obama, y a cualquier presidente de los Estados Unidos, que tenemos problemas porque su país y sus aliados nos condenan a vivir en la sempiterna pobreza; y la solución nunca llegaría, mientras nuestros cleptómanos presidentes reciben mayor apoyo en occidente, en sus cuerpos diplomáticos, que, a menudo, califican las relaciones con los dictadores, de excelentes. Pero parece que tal valentía no lo ha tenido ninguno de los 115 jóvenes africanos que han reunido con Obama, en Whasintong del 3-5 de agosto. Todos, deseosos de hacer fotos con Obama, se olvodaron el dolor el sufrimiento y la miseria que padecen millones de africanos en sus propias tierras.


Obama no debería sorprenderse, que millones de africanos depositen las esperanzas en él. Porque, todos sabemos, sin ninguna duda, lo que respresenta América para el mundo en general y para África en particular, y el presidente de los Estados Unidos de América, tiene mucho que decir sobre la política internacional. El presidente Obama tiene ese doble compromiso con África por sus raíces africana y por ser presidente de la primera potencia del mundo, además de las innumerables inversiones que las empresas americanas realizan en el continente. Ya se debe notar esas raíces africanas que él pavonea en cada momento. Ya ha llegado el momento, señor Obama, de dejar atrás los discursos grandilocuentes y pasar a las acciones.


El tema africano nunca debería ocupar el mismo rango del que ocupó en los anteriores gobiernos americanos; con Obama, África debería tener sitió y prioridad en el mapa de las preocupaciones políticas del gobierno americano, como siempre lo ha ocupado Europa en anteriores gobiernos de los Estados Unidos. No le crea duda a nadie, que las raíces europeas de los anteriores presidentes americanos sirvieron para dar solución a los graves problemas que tuvo Europa en el siglo pasado; por tanto, no sería estrafalario por nuestra parte, pedirle a Obama, que haga lo mismo con África. Tenemos todavía mucha esperanza.





Fuente: propia

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