He leído que “Los Jóvenes Indignados” se quejaban de mi largo silencio. Yo les digo que mi silencio se debía a una razón práctica: Llevo una vida de pájaro desde septiembre de 1999: volando de país en país. La transición de un país a otro es muy complicada, con enormes problemas logísticos, incluso psicológicos. Justamente, estoy en la recta final de una de estas transiciones. Durante ese periodo de transición, no tengo la necesaria concentración ni dispongo de suficiente tiempo para escribir. Establecido ya en mi nuevo destino, la tormenta ha pasado y la tranquilidad esta regresando. Ya puedo escribir.
Llegué a Malabo en octubre de 1974. Me llamó la atención inmediatamente la finura, la educación y la cortesía de la gente, en claro contraste con la gente de Bata, que era “La Cuna de la Revolución”. Malabo parecía pertenecer a otro país y no parte de Guinea Ecuatorial. En el instituto “Rey Malabo” los estudiantes eran formales, estudiosos, progresistas, y al día de lo que pasaba en las otras partes del mundo incluyendo la moda y la música. Escuchaban a Bob Marley, Jimmy Cliff, Peter Tosh, Jackson 5, Eddy Grant, ABBA, Donna Summer, Boney M., el incombustible Fela Kuti, etc. Esta es, en pocas palabras, la situación que yo encontré en Malabo.
Pero, desde 1975 empezaron a ocurrir cosas muy extrañas. Apareció lo de la “Juventud Hormiga”, que ya había echado raíces en Bata con la famosa Gimnasia Masiva. De repente empezaron a llegar grupos de jóvenes procedentes de Bata, ”Revolucionarios”, con la sola intención de maltratar a los mansos y educados jóvenes de Malabo. Muchas agresiones tuvieron lugar en las calles, en el Cine Marfil, en cualquier parte, sin otra razón que “Los chicos de Malabo presumen mucho”. Se introdujo, en el instituto, la famosa “Formación Política Revolucionaria y Anticolonialista”, que también hacia mucho se había introducido en Bata. Se nombraron “Comisarios Políticos” para impartir dichas clases y algunos de esos “Comisarios Políticos” eran estudiantes del instituto, delegados de curso subidos de rango. Por primera vez, teníamos a estudiantes con la responsabilidad de vigilar a los demás estudiantes. De repente, las clases empezaban con las llamadas “Condenas” dirigidas por un estudiante, muchas veces designado al azar, otras por un exaltado que se ofrecía voluntariamente. Como si aquello no fuese el no va mas, varios de nuestros profesores fueron detenidos: Jonas (Jefe de Estudios), Eduardo, Megogo, el Padre Jose Esono (Director), el Padre Buaki, etc. Algunos de ellos, como el Padre Jose Esono y el Padre Buaki, murieron en la cárcel. Se produjo una huelga de profesores españoles, como reacción a las condenas dirigidas contra España y sus instituciones. El régimen reaccionó con su expulsión del país, sustituyéndolos por guineanos que, si bien eran profesionales en diferentes campos, no tenían la vocación docente: Miguel Oyono Ndong Mifumu, Gervasio Evuna, Patricio Eka Nguema, etc. Fue como en los tiempos de “La Emergencia” después de la independencia. Se introdujo el programa llamado “Salvamento de Cosecha”, mediante el cual nos llevaban a todos los estudiantes del instituto a trabajar en las fincas de cacao, concretamente a desgranar el cacao. Llegaron varios pelotones de milicianos de Bata, con el objetivo de “domesticar a los subversivos de Malabo”, según declaraban ellos mismos. Aumentaron las agresiones y las palizas a inocentes ciudadanos de Malabo. Se impuso el terror, que hacia tiempo reinaba en Bata y en el resto de Rio Muni.
Con los cambios presentados arriba, el nivel académico del instituto “Rey Malabo” bajó drásticamente. De hecho, ya no hacia falta estudiar. Bastaba con memorizar “La Decisión Invariable”, texto fundamental que se utilizaba en las clases de “Formación Política Revolucionaria y Anticolonialista” y aprobar dicha asignatura para tener todas las demás asignaturas aprobadas. El que se suspendía en dicha asignatura, no pasaba al curso siguiente aunque tuviera buenas notas en las demás asignaturas. Muchos estudiantes se vieron obligados a abandonar el país, en busca de oportunidades para continuar sus estudios en otros países. Muchos de ellos murieron en alta mar, en la travesía entre Bioko y Limbe. Es así cómo el fino, educado y cortes ciudadano de Malabo fue sustituido por una nueva figura: la del Fanfarrón. De repente, se hizo normal escuchar a un joven, un estudiante del instituto, decir en publico: “Yo soy un fanfarrón”. Y es así cómo se filtra en nuestra cultura un fenómeno extraño: el fanfarrón, que era repudiado, se convirtió en el modelo a seguir, mientras que la persona fina, educada y cortes pasaba a la oscuridad.
Muchas veces cuando hablamos de la cultura, lo hacemos como si fuese una roca, inmutable en el tiempo. Si embargo, cuando se observa la evolución de Guinea Ecuatorial desde que accediera la independencia, se nota la incorporación progresiva de valores extraños, derivados del régimen político imperante, a nuestra cultura. El desprecio a la vida y al saber hacer, la elevación del Fanfarrón en el altar social. El latrocinio, la violencia, el desenfrenado amor por el dinero y los bienes materiales constituyen importantes valores en nuestro país. No siempre fue así. Nuestra juventud, que no tiene otra referencia que lo ven hoy en día, cree que es lo normal, que nuestro país siempre fue así. Y el problema estriba en el hecho de que, cuando se habla de la juventud, se esta hablando de la población de Guinea Ecuatorial, teniendo en cuenta la pirámide de la población de Guinea Ecuatorial. Y esto pone de relieve la gravedad de la situación de nuestro país. Las escasas referencias que pudieran existir están fuera del país. ¿Qué clase de país será Guinea Ecuatorial cuando nuestra generación y las que precedieran a la nuestra hayan desaparecido? ¿Seguirá existiendo Guinea Ecuatorial si no cambiamos las cosas rapidamente?
Volvamos al Fanfarrón, que es el objeto de este artículo. Un fanfarrón es, en términos generales, una persona que pretende ser lo que no es o que exagera sus cualidades. Esta definición no es muy satisfactoria. Pues, el fenómeno o síndrome va más allá. En vez de perder el tiempo en definiciones, voy a describir las características de los Fanfarrón a través de ejemplos emblemáticos.
Como lo recordaran los estimados lectores, se celebró en noviembre de 1997 en la ciudad de Bata lo que el régimen llamo “Conferencia Económica Nacional”. Yo participé y se me dio la palabra para una intervención. Presenté mis planteamientos. Pero, después de esto y ya durante el descanso, se me acerco Jerónimo Osa Osa Ekoro para decirme que no era correcto lo que había dicho. Yo le hice ver que no tenia entidad para corregirme sobre temas económicos, que había gente que si podía hacerlo, ellos Hinestrosa Ikaka (q.e.p.d), que no lo hicieron no por miedo sino porque lo que dije tenia sentido para ellos. Pero, no, seguía, erre que erre. Fíjense que Jerónimo Osa Osa se formó en un cursillo en ISSEA en Camerún (como Agent Statistique o algo así). Y con esa formación, se atreve a contradecirme en temas económicos. Aquí aparece una de las características de los fanfarrones: No saben que no saben, y al no saber que no saben, terminan creyendo que saben. Y no solo eso, creen que lo saben todo. La ignorancia es atrevida, como se dice. Es así que le vemos al Fundador impartiendo “sabias orientaciones” a todo el mundo: a los ingenieros en materia de ingeniería; a los economistas, en materia de economía; a los médicos en materia de medicina, etc. Estoy seguro que si el Fundador tuviera la oportunidad de visitar la NASA, le veríamos impartiendo sus “sabias orientaciones” a los astronautas de la NASA en materia de astronomía. El Fundador es un Fanfarrón, Jerónimo Osa Osa es otro Fanfarrón, un gran Fanfarrón.
Y como la ignorancia es atrevida, en ningún otro terreno se ha hecho palpable esta máxima que en el sector petrolífero. Las operaciones anuales de empresas como Exxon Mobil superan el Producto Nacional Bruto de varios países europeos. Son así de enormes y disponen de enormes recursos, y no solo financieros sino también humanos. Negociar con esas empresas no es un juego infantil, si bien así se lo tomaron los fanfarrones del poder. Para negociar con ellas, había que reunir a los mejores cerebros disponibles, tanto en el país como en la diáspora para obtener los mejores resultados posibles para el país. Pero, no, los fanfarrones no razonan así. Es así que los arquitectos del desmadre petrolífero son una mezcolanza de elementos inservibles, tales como Jose Ela Oyana, un señor que dice ser economista, pero que estudio magisterio en Cuba; Marcelino Owono Edu, otro que dice ser economista, pero, que no puede explicar la ley de la oferta y la demanda además de dificultades para articular frases; Abia Biteo, un señor que no parece tener la capacidad de coordinar sus ideas y estaba mas interesado en su enriquecimiento personal que en defender los intereses de Guinea Ecuatorial en la mesa de negociaciones, etc. En condiciones normales, esos y otros señores que participaron en la mayor traición que hubiera sufrido nuestro país, en vez de manifestar su incapacidad para la enorme tarea que les encargaba el Primer “Fanfarrón de la Nación”, y como buenos fanfarrones ellos mismos, salieron pitando para Houston cual palomos, para vender el petróleo guineano a precio de subasta, lo que resultó en unos contratos cuyas condiciones son peores que los demás países africanos productores de petróleo.
Otra de las características de los fanfarrones es su nula capacidad de escucha. No saben escuchar. El PDGE es la cuna, el caldo de cultivo de fanfarrones. No podría ser de otro modo, puesto que su Fundador es el “Primer Fanfarrón de la Nación”. Conversar con un hermano militante es una tortura. No hay conversación ni dialogo. Hablan sin parar, sin dejarte colar una palabrita al interlocutor. Es como si estuviesen predicando todo el tiempo. Repiten y repiten las mismas palabras sin cansar. Y relacionado a esto, siempre hablan en voz alta, siempre gritando. Todo el mundo tiene que escucharles. Y es que, como es característico en ellos, a los fanfarrones no les gusta pasar desapercibidos, puesto que desconocen la humildad. Y es que les gusta hablar solos, se prestan al monologo, y no se ofrecen al debate de ideas ni admiten las críticas. Los fanfarrones son intolerantes, violentos y brutos.
El fenómeno del Fanfarrón no es exclusivamente guineano. Los hay en todas partes. Todos los dictadores son fanfarrones. Ya se sabe que los dictadores siempre confunden el silencio de la población con la aprobación de sus fanfarronadas, cuando el silencio simplemente es el resultado de la opresión y la represión brutal y permanente a la que tienen sometida a la población. Gadafi, Saddam Husein, Ben Ali, Mubarak, el Fundador, Paul Biya. La lista es lamentablemente larga. Siempre dicen contar con el apoyo del pueblo y actuar en nombre del pueblo incluso cuando el pueblo se ha levantado contra ellos, tal como hemos visto en el caso de Gadafi, Ben Ali, Mubarak, y otros. En sus mentes enfermas no cabe la posibilidad de que pudieran perder el poder. Creen que el poder les pertenece, que el país les pertenece. Y sin la mínima vergüenza, ponen sus fotos en los despachos, edificios públicos y privados, las calles, etc. y sus nombres aparecen en todas partes: las avenidas, los aeropuertos, las escuelas, etc. Se pasan todo el tiempo fanfarroneando y hablando en nombre de un pueblo que realmente les odia con pasion. Son incapaces de concebir la posibilidad de que fueran echados del poder. Pero, cuando llega el tiempo, se escapan: a Saddam le pillaron en un higuera, a Gadafi, en una cuneta mientras que Ben Ali se escapó del país y Hosni Mubarak salía pitando de Cairo. Ah, ¿alguien se acuerda del general Noriega de Panamá? Se refugió en un convento desde donde lanzaba mensajes diciendo que se encontraba en las trincheras fusil en mano luchando contra los Americanos que habían invadido su país para echarlo del poder. Sin embargo, a ninguno de ellos se le pilló con un fusil en las manos. Y es que los fanfarrones son siempre unos cobardes. El Fundador es un cobarde. Mientras que Oyo Riquesa y otros luchaban para echar a Macías, Obiang se quedó tranquilamente en Malabo tomando Champagne para mas tarde atribuirse el derrocamiento de Macías. El nuevo “hobby” de Paul Biya es de encerrar a sus ministros y antiguos ministros. La cárcel de Kondengui esta llena y la “Brigade d’Intervention Rapide” esta muy ocupada. Bueno, también manda ahí a activistas políticas, periodistas y a …Lapiro de Mbanga. Paul Biya también es un gran Fanfarrón.
Además de cobardes, los Fanfarrones son también traidores y desconocen la lealtad. Con el fin de la segunda Guerra mundial, se instituyó el tribunal de Nuremberg para juzgar a los colabores de Hitler, los Nazis. Contrario a lo que era de esperar, es decir, asumir con orgullo los actos por los que se les juzgaba, salieron con eso de que se habían limitado a cumplir órdenes, dando lugar a lo que se conoce con el nombre “The Nuremberg Defence”. Pero, ¿no eran esos señores que no hacia mucho llevaban con mucho orgullo el uniforme Nazi y apoyaban también con mucho orgullo a Hitler, su partido nacionalsocialista alemán así como el concepto de la pureza racial de la raza aria, que, para ellos era superior a las demás razas del mundo? Los Nazis eran puros fanfarrones. Y la cosa no termina ahí.
Con la creación del estado de Israel, los israelíes lanzaron una agresiva operación que sigue en pie para descubrir a antiguos Nazis y llevarlos a Israel para su juicio. Como es sabido, muchos Nazis se escaparon a varios países tras la derrota de Alemania y la caída de Hitler. En esta operación han caído varios notables Nazis, entre ellos el famoso Adolfo Eichmann, que fue capturado en Argentina donde vivía con el nombre de Ricardo Klement. Hasta un antiguo Secretario General de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim resultó ser un antiguo Nazi camuflado. Pero, ¿por qué se escaparon? ¿Por qué se escondieron? Había que seguir defendiendo con dignidad la ideología por la que cometieron tantos crímenes. Y es que los fanfarrones carecen de principios. Y son impulsados por su propia vanidad. Todos estos Nazis capturados negaron ser ellos cuando fueron identificados y descubiertos. A pesar de toda esa altanería, los Nazis, al igual que todos los fanfarrones, en el fondo eran unos cobardes.
Los fanfarrones suelen olvidar un principio importante de vida: las decisiones que tomamos y las acciones que ejecutamos tienen consecuencias. En el mundo de los fanfarrones, no funcionan así las cosas o eso creen ellos en su delirio. El fundador nos llama “enemigos de la patria” por denunciar sus aberraciones. O sea, en su mente, es peor denunciar sus actuaciones que cometerlas. Dicho de otra manera, denunciar un asesinato es peor que cometer un asesinato. Siempre invita a organismos y personalidades internacionales para que visiten guinea ecuatorial para conocer “in situ” la realidad de Guinea Ecuatorial. Las consecuencias de sus actuaciones las atribuye a otros, sobre todos a los que llama “enemigos exógenos y endógenos”. Así, lo niega todo, tal como esta haciendo ahora con los juicios que le esta lloviendo encima en Paris, España, USA.
”La mejor defensa contra la democracia consiste en distraer al pueblo”, nos recuerda Noam Chomsky. ¿Y cual es la manera más eficaz de distraer al pueblo? ¡La organización de celebraciones! Es curioso, ¿verdad? Porque, efectivamente, no es nada nuevo. Ya se practicaba en la antigua Roma. El caso es que, a diferencia de la situación actual de Guinea Ecuatorial, los romanos vivían bien. Tenían suficiente comida. Ahí tenemos los “Vomitariums” como prueba de su buen vivir. También tenemos las lamentaciones del poeta Juvenal sobre la política del “panem et circenses”, que para él explica la decadencia de Roma, incluyendo la perdida de capacidad del pueblo romano de gobernarse. Pero, había dos Romas: la de los ricos y la de los pobres, mayoritariamente esclavos. Para distraer a esa parte de la población, el emperador organizaba celebraciones y espectáculos para distraerles y evitar así que se sublevaran contra el poder establecido.
Stalin también hizo uso extensivo de esta práctica. Curiosamente, esto ocurría a medida que se intensificaba la represión. En ese caso, esta práctica se adoptó como un instrumento para apoyar su proyecto de crear un nuevo hombre soviético. Precisamente, dichas celebraciones constituían la vía para traer la ilustración social y cultural al pueblo. En ese sentido, los dirigentes soviéticos se esforzaban por fusionar los valores tradicionales existentes antes de la revolución y la ideología soviética con el fin ultimo de educar a la población y fomentar su apoyo al régimen.
O sea, no es nada nuevo lo que esta haciendo el Fundador. Es una práctica que se encuentra en los manuales de dictadores para mantenerse en el poder. Pues, no hay duda: en Guinea Ecuatorial del Fundador, tenemos dos países: el país del Fundador y su gente, que es la Guinea Ecuatorial de la opulencia; y el otro, que consiste en el casi 80% de la población que vive en la pobreza, en un país con una renta per cápita similar a la de España y de Italia, según se lee por ahí. Con el creciente aislamiento internacional del Fundador así como los enormes fracasos cosechados desde el escandalo del “Riggs Bank” en 2003, todo ello, en un momento en que se profundizan las desigualdades en el país en que, como queda dicho, casi un 80% de la población vive en la pobreza, al Fundador, como buen Fanfarrón que es, no le queda otro remedio que organizar celebraciones y espectáculos, con los siguientes fines: intentar proteger lo poco que le queda de legitimidad internacional y anestesiar a la población. Pues, la represión tiene límites. Ahora nos trae a Julio Iglesias, a escasas semanas de “The Sullivan Celebrations”.
Como prototipo del hombre del poder, Gabriel Nze Obiang es un gran Fanfarrón. Cuando se le ha recordado sus propias actuaciones cuando se encontraba cómodamente en la cúpula militar del régimen del Fundador, ha salido vomitando sapos y culebras contra todo el mundo. Lo esta negando todo a la vez que saca unas historias fantasticas que solo pueden haber salido de una mente demencial. Y es que los fanfarrones son también dementes. Basta leer lo que esta publicando este señor para darse cuenta de que algo no funciona bien en su cabeza, que podría tener algunos tornillos sueltos. Como militar que dice ser, debería aceptar morir con las botas puestas, admitiendo con dignidad los actos cometidos “voluntariamente y sin coacción alguna” durante su tiempo de hegemonía, en que ostentaba varios cargos en el aparato militar y de la seguridad del Presidente Fundador. Negar sus propias actuaciones, que es lo mismo que hace su Fundador y por lo que nos acusa de ser “enemigos de la patria” por denunciarle, es propio de fanfarrones y constituye una irresponsabilidad y un acto de cobardía.
Gabriel Nze Obiang dice que quiere ser presidente de Guinea Ecuatorial. Lo más probable es que vaya a dar con sus huesos en la cárcel en EL DIA DESPUES. Los habitantes de Belebu Balacha, que de momento prefieren guardar el silencio por razones obvias, pudieran, cuando llego el momento, decidir llevarlo a los tribunales por la matanza que se le atribuye haber cometido en dicho poblado. En cuanto a lo acaecido en aquel fatídico día en la “Jefatura Superior de Policía” que Gabriel esta negando, pongo como testigos a las siguientes personas: Armengol Ondo Nguema, que vino por unos minutos pero sin decir nada; Paco Babanguida, Fausto Garriga Abeso Fuma, que entraba y salía, con papelitos en la mano, Edu Foret, Tenso-Tenso, que aunque no entró, debía saber quienes me estaban interrogando; Arsenio Moro Malongua, Celestino Bakale, Jose Luis Nvumba, Placido Miko, la guineana que ha presentado su testimonio en Radio Macuto, y algunos matones del régimen cuyos nombres no recuerdo. Esta lista incluye a gente del régimen, a opositores y a antiguos opositores que ya son comensales en la “cosina” del Presidente Fundador. Me reservo el derecho de emprender una querella criminal contra Gabriel Nze Obiang EL DIA DESPUES. Ya ira a decir ahi que ”no hacia mas que cumplir ordenes”, es decir el ”Nuremberg Defence”. Si este fuese el caso, ya dira quien le dio las ordenes que no hacia mas que cumplir.
Y esta cuestión nos llega al interrogante que he planteado en varias ocasiones: ¿Tiene sentido perdonar a alguien que no ha pedido ser perdonado? Hay que pensar seriamente en este asunto. ¿Se perdona o se hace justicia para acabar con la cultura de impunidad y la irresponsabilidad, una cultura dominada por los Fanfarrones y la fanfarronería? El pueblo tiene la respuesta.
Fernando ABAGA EDJANG
(Simple Ciudadano de a Pie, expresandose a titulo estrictamente personal)
Fuente: Propia