¿Qué sabemos sobre el coronavirus (2019-nCoV) que amenaza con causar una epidemia global?

El epicentro inicial gira en torno a un mercado de alimentos de Wuhan, donde se detectaron los primeros pacientes humanos. La primera alerta fue a fines de diciembre de 2019  cuando Li WenLiang, un médico en Wuhan, que ha muerto a causa de la enfermedad, comentó que varios pacientes parecían tener neumonías atípicas que recordaban al SARS (2002) y MERS (2012 ). El comentario en las redes sociales fue poco apreciado por la policía china, que le hizo firmar una declaración que le ordenaba guardar silencio. Unos días después, se dio la alerta oficial y el 7 de enero de 2020, el agente patógeno fue identificado como un coronavirus.

El análisis retrospectivo muestra que el primer paciente se remonta al 1 de diciembre de 2019, lo que sugiere que la enfermedad comenzó a funcionar en noviembre de 2019. La mayoría de los pacientes son hombres.

Análisis genético del coronavirus (2019-nCoV) en la revista Lancet

Un análisis publicado en The Lancet muestra que el coronavirus (2019-nCoV) es similar a los coronavirus de murciélago ya conocidos, en particular (bat-SL-CoVZC45) y (bat-SL-CoVZXC21). Para ser precisos, el nuevo virus es un betacoronavirus del grupo Sarbecovirus. Pertenece a una rama diferente a la vez del SARS y del MERS.

Sin embargo,  hay que notar que el coronavirus (2019-nCoV) difiere del (bat-SL-CoVZC45) y (bat-SL-CoVZXC21) en más del 10%, lo que indica que estos dos virus de murciélago no pueden ser los antepasados directos del (2019-nCoV).  La transmisión directa del murciélago a los humanos no parece posible. La brecha genética es demasiado grande.

Debemos agregar que todos los coronavirus (2019-nCoV) analizados en el estudio  de Lancet son idénticos en más del 99.9%, lo que indica una notable homogeneidad.

Análisis genético de coronavirus (2019-nCoV) en BioRxiv

Mucho más extraño es el análisis realizado por los indios y publicado previamente el 31 de enero de 2020. Muestra que el genoma del coronavirus (2019-nCoV) es en general similar a los coronavirus normales ya conocidos.

Pero también muestra que el genoma contiene cuatro insertos, y sorprendentemente, estos insertos son proteínas del virus del SIDA VIH-1. Tres insertos codifican la glicoproteína de superficie gp120 y el cuarto codifica la proteína Gag. Estas dos proteínas respectivamente permiten la unión al objetivo y el ensamblaje del virus del SIDA VIH-1.

Los autores del análisis se sorprenden de la presencia de estos insertos del virus del SIDA humano VIH-1 en el genoma de un coronavirus de murciélago. Sin ir tan lejos como para decir explícitamente que estos insertos son una creación artificial, no creen que su presencia pueda ser accidental. Cito: "es poco probable que los 4 insertos en la glicoproteína de pico de 2019-nCoV coincidan fortuitamente con 2 proteínas estructurales clave de un virus no relacionado (VIH-1)". Es poco probable que los cuatro insertos en la glicoproteína (2019-nCoV) coincidan con dos proteínas estructuralmente esenciales de otro virus no relacionado (VIH-1).