Apenas han transcurrido 72 horas para que los guineanos que se manifestaron delante del Congreso de los Diputados de España se vuelvan a encontrarse con lo de siempre: la indiferencia total de España en los asuntos de Guinea Ecuatorial, o mejor dicho en los asuntos políticos que no tienen que ver con la corrupción. España, la España política y la de los medios de comunicaciones, la España de los Bonos, Aznar, Villarejo, Moratinos; en la españa de la selección española que sólo mira a Guinea Ecuatorial cuando se trata de adquirir réditos del petróleo. Una España que nunca se pone de lado de aquellos que luchan por los derechos humanos en Guinea: ninguna referencia en medios españoles, ninguna declaración ni presencia de algún político español en la manifestación contra el gobierno de Guinea Ecuatorial que los exiliados realizaron el día 12 de octubre fiesta de la Hispanidad y de la Independencia de Guinea Ecuatorial.

Es curioso que un nutrido grupo de guineanos sigue todavía saliendo a la calle y en las redes sociales, incluso algunos medios de comunicación casera a reclamar a España compromiso con la situación de Guinea Ecuatorial. Escuché soflamas de “España madre que abandona a sus hijos”. Llamar a España madre de Guinea Ecuatorial después de doscientos años de sionismo, es un insulto a la inteligencia. Parece mentira lo que se habla de España en los asuntos de Guinea Ecuatorial. Como si echaran en falta volver a la colonización, al sionismo salvaje, a la ocupación extranjera de nuestros territorios para explotarlo y dominarnos administrativa, militar y económicamente.


Aunque parezca mentira, hay vida en Guinea Ecuatorial sin España. Malas noticias para los que ponen sus esperanzas en España y los españoles. Que después de doscientos años haya quedado el castellano y otras exiguas rarezas culturales españolas en Guinea Ecuatorial que despiertan tantas ansias de España, se me antoja un tanto caricaturesco, un ejemplo más de fascinaciones de gestas imposibles de guineanos pro-españoles. ¿A quién se le ocurre pensar que los españoles pueden llegar a hacer algo interesante en Guinea Ecuatorial? Ya se puede apreciar lo mucho que hizo España durante la colonia como para pensar que ahora si van a hacer algo mejor cuando ya no están en Guinea Ecuatorial. NADA es NADA

España es un país que destaca por su ausencia y puede presumir de que han puesto picas en algunos Flandes concretos, pero de ahí a creer que los políticos e intelectuales españoles y España en general puedan compararse con los ingleses, franceses y alemanes va un enorme abismo repleto de ilusiones ópticas. Los exiliados políticos guineanos con largos años en el exilio y en la lucha por los derechos humanos en Guinea, que algunos jóvenes acaban de engrosar la hilada, acumulan esperanzas vanas para obtener algo de beneficio en esta España que lucha por la propia supervivencia. En este infernal círculo vicioso se realimentan expectativas imposibles de realizarse, que les aboca a esta cansina añoranza melancólica en la que han crecido la mayoría de los guineanos.

Si fuésemos más consecuentes con nuestros 53 años de independencia, no nos llevaríamos esos soponcios colectivos que abochornan a la razón cuando España no interesa a Guinea. Evidentemente, a todo guineano con sentimiento de pertenencia a España le gustaría que España apoye el forjamiento de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial, como en Sahara, Cuba o en Venezuela, incluso en la política inmigratoria, pero hay que tener un poco de perspectiva y trabajar con el realismo que ofrece las frías estadísticas: España no es lo que los guineanos creen que es. No hizo ni va a hacer nada en Guinea Ecuatorial, no hizo ni va a hacer nada en Cuba ni en Sahara, ni en Venezuela, no tiene esa capacidad. Sin embargo, si posee políticos y españoles que hagan negocios con esas paises.

¿Dónde se fundamenta tanta simpatía a España? ¿En los abuelos que nos asesinaron? ¿En el café y Cacao que nos saquearon? ¿En las potentes universidades que construyeron en Guinea? ¿En la educación y cultura que forjaron en la sociedad guineana? ¿En la religiosidad y sincretismo religioso que impusieron a nuestros antepasados? ¿En Villarejo? ¿En la pícara justicia española que archivan casos de corrupción guineana? ¿En la selección española que cobra millones de euros para jugar un amistoso en Guinea?

Guinea Ecuatorial o algunos guineanos achacan a los infortunios de no codearse con los políticos españoles porque Guinea Ecuatorial es ?materia reservada? olvidan completamente de una España plagada de políticos que no acaban de estar nunca en una foto significativa de la historia moderna y que cuando lo están, optan por quitarse de en medio acogotados por la transcendencia de la realidad, siempre y cuando no sea participar en el botín en Irak, Venezuela o en el petroleo de Guinea.

No trato de denigrar a los políticos ni disipar la esperanza en ésa población hipocondríaca que añora tanto a España, ni de achacarles a su falta de huevos para asumir los contratiempos que asolan a Guinea Ecuatorial. Creo que ellos quieren ganar y se dejan la piel en el intento, pero es que no dan para más. Cuando lo intentan, siempre hay alguien, algo o la misma España que tanto confían que les aleja del camino de la gloria.

Guinea Ecuatorial es un país que no se cree en él. Ha sido educado en no creer en sus propios hijos y lo que pueden llegar a ser.¡Una pena! Si toda la pasión que muchos guineanos, políticos guineanos incluidos, ponemos en abrigar esperanzas en España la pusiéran en abrigar esperanzas en nosotros mismos, otro gallo cantará y no esta pita desafinada en la que vuelan nuestras esperanzas y que se convierte en el vacío destino de todo un pueblo. Lamento decirlo, pero lo de España en Guinea Ecuatorial es una historia pasada y perdida, no obstante, dentro de un año, el próximo 12 de octubre, los que creen en esta España mustia, acobardada, ausente; regresarán con las emociones cargadas y volverán a especular con España y sus políticos que arrastran el olor a azufre de la extrema derecha y comunismo para pedirles otra vez apoyo.


Es curiosísimo que después de cada alternancia política en el gobierno de España, se incorporan nuevos nombres que despertarán otro entusiasmo en los guineanos y políticos guineanos que triplican en edad a los cachorros salidos de la LOGSE y así sucesivamente; sin que nadie valore la poquísima calidad que poseen estos españoles que tanto añoran. No hay nada que hacer con España señores, pónganse a trabajar y confien en lo que es nuestro.


Fuente: Reflexión

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