Después de todo lo que está pasando en Guinea Ecuatorial sobre la expulsión de los extranjeros, una conclusión dolorosa me aplasta y deja en aire un aroma de decepción particularmente muy molesto: Guinea Ecuatorial y sus gobernantes, son en realidad tan superficiales como parecen y son muy mentirosos. Decir eso no significa que hayamos descubierto la rueda, ni apartarse de la duda del desorden gubernamental y la corrupción desarmada para saber que los que nos gobierna son tramposos; simplemente es una constatación de la realidad.
Es muy difuso y ambiguo la expulsión de extranjeros en el territorio nacional sabiendo que muchos de ellos entraron en nuestras fronteras de la mano de los miembros de la dictadura. Los extranjeros atravesaron las fronteras pagando sumas de dinero a los oficiales y suboficiales de este ejercito que ahora rastrea casa por casa y calle por calle. Que no se hagan ahora de la novia ofendida. Pero esta dictadura ya no puede justificar sus indigencias.
Hay muchos comentarios malintencionados que corretean alegremente por cenáculos de redes sociales, tertulias etc., que con razón o no demuestran una vez más que El gobierno de Guinea Ecuatorial siempre miente. Cuando tiene la oportunidad de desdecir o aclarar una situación, lamentablemente no lo hace. No se sabe por qué, porque no pueden, porque no quieren o no tienen argumentos como para afrontar un asunto de la envergadura del que evidencia a las claras la nadería que se oculta tras el leve barniz que recubre el débil argumentario de una ley orgánica numero 3/2010 de fecha 30 de mayo reguladora del derecho de extranjería en nuestro país, un precepto legal que condiciona las modalidades de estancia en Guinea Ecuatorial que salió hace 11 años y que viene a recordar su aplicación en 2021. Surrealista.
Aunque le conozcamos, al menos una virtud a esta dictadura, que desea salvaguardar el territorio nacional y que tenga alguna alerta sobre Boko Haram es muy difícil no preguntar, ¿Por qué ahora? ¿Por qué 10 años después vienen controlar la documentación de los extranjeros que viven en Guinea Ecuatorial? ¿Por qué contrataron en la administración pública, como es el ayuntamiento de Malabo, a personas ilegales? En la apresurada carrera a la presidencia de Teodoro Nguema Obiang Mangue, alguien debería pararle los pies y decirle que se equivoca, que Guinea Ecuatorial no es ASHO (Asociación Hijos de Obiang). Ha llegado en momentos de debilidad del padre con el entusiasmo de un colegial en busca de una merienda, sin darse cuenta de que un país no es el patio de un colegio, debe saber que los países de la subregión van a enmendarle la plana, porque Guinea Ecuatorial ha suscrito varios convenios internacionales. La buena o mala intención de regular la ley de extranjería no será suficiente para aquellos que anteayer besaron los pies a su padre y le han salvado la vida en más de una ocasión.
¿Cómo algunos de masa cerebral contrastada pueden aplaudir cortésmente esta simpleza discursiva que está exhibiendo la dictadura de Guinea en manos de su Vicepresidente? ¿Cómo pueden montar tanto paripé sin abochornarse ante tanto disimulo teatral? Esta dictadura dice muchas cosas que son prácticamente mentiras y no son creíbles. Muchos guineanos sabemos que las autoridades guineanas traficaban con personas, iban a Benín, Burkina-Faso, Mali, Costa de Marfil, Togo, Camerún etc. para traer a muchos extranjeros para regentar sus bienes. Siguen siendo los extranjeros quienes cuidan y custodian los bienes de la propia familia del Vicepresidente, el harén de hermanos que tiene y todos los de la dictadura. No vengan a decir ahora que están regulando la situación de los extranjeros nadie se cree esa mentira.
Permítanme que os diga algo que sé de primera mano, aunque dirán que somos antipatrióticos, que cualquier estado controla los indocumentados y otras gaitas. En realidad, los que han vendido el país son ellos, la hora hacen amago barato de defenderlo. Ellos mismos manejan el mínimo común denominador que los guineanos son gandules y que no quieren trabajar. Cuando sabemos todos que la razón por la cual no quieren contratar a guineanos y no tenerlos cerca es para que nunca sepan las fechorías y las corruptelas que a diario realizan, mientras que los extranjeros son los mejores aliados que les ayudan a evadir impuestos, blanquear dinero, vender droga, llevar maletas de nuestro dinero a paraísos fiscales incluso las prácticas brujeriles son protagonizados por esos mismos extranjeros defendidos siempre por algún gerifalte de la dictadura. Ya había pasado tiempo sin la sospecha de un golpe del estado, pero parece que la cosa va por allí.
Pediría a esta maltrecha dictadura que deje a los extranjeros que desean residir en nuestro país en paz, que abre las fronteras para activar la economía, que deja ya de publicar decretos sobre el Covid que no hace nada más que hundir el país. Que recupere la sensatez y conviene recordarle a esta dictadura la necesidad de no engañar con arrogancias explosivas de las tantas chuflas de la Dictadura. Toda la trama de inmigración, el Covid son excusas perfectas para seguir debilitando al país y pisar los derechos humanos y enredar. Que no busquen atajos agrarios para un país que estás volviendo progresivamente a la época de la dictadura de Macías.
Fuente: REFLEXIÓN
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