AFP nos informa recientemente de la grave penuria de agua que dura ya meses en Malabo. La estructura de distribución, la red de distribución, data ni más ni menos de los años 60, con un volumen de población que no tiene nada que ver con los actuales 150.000 habitantes que han acudido a Malabo como atraídos por la ostentación manifiesta de los momios del régimen, por la ilusión que produce el acercarse al despilfarro de riqueza apropiada y privatizada y a tratar de conseguir algo en esa espera eterna a Godot.
Es de vergüenza y una auténtica declaración no ya de incapacidad, sino de inexistencia de una mínima organización, de un mínimo gobierno, de una mínima asunción de lo que es la responsabilidad con lo público, la inexistencia de una mínima identificación con una ciudad, su entorno, su colectividad, el compromiso de potenciar su nervio, su dinámica de cara a un futuro autosostenible. Ni siquiera agua.
Es una apariencia de estado que no llega ni a mínimos requerimientos de organización y gobierno.
Este régimen de Obiang es el auténtico enemigo del pueblo y, ya se sabe, al enemigo, ni agua.
Bata todavía está peor. No teníamos ni una mínima red de distribución de agua en los tiempos del criminal perfume y, resulta que seguimos igual ahora que, en teoría, se ha recobrado, no ya la soberanía sobre los recursos¿?, también la iniciativa¿?, el nervio¿?, la identidad plena¿?, ...¿qué hacen estos momios del régimen sino pervertir la identidad en todas sus dimensiones? ¿quién puede decir con orgullo: ¡yo soy de Bata!, ¡de Malabo!, ...? Pero sin agua corriente, sin servicios de eliminación de basuras, sin servicios de bomberos, sin servicios de alcantarillado, sin control urbanístico, sin distribución racional del suelo entre vivienda, industria-servicios, zona-pulmón verde, espacios de ocio...sin una mínima planificación urbanística integral y diseñada por todos, que abarcara incluso a los poblados del bosque, del interior.
¿Se han previsto, por ejemplo, desaladoras en el caso de Malabo, para épocas de sequía, para épocas de escasez? ¿Quién cubriría el servicio? Es una total desorganización y, al mismo tiempo, un problema acumulativo en el que el capital humano, su mantenimiento no ya homeostático, sino de salud, de acomodo en el entorno, de satisfacción de necesidades públicas ... está bajo mínimos y en peligro de llegar a un deterioro serio y de llegar a marcar la zona como altamente insalubre, con las primas necesarias para vivir en ella, primas que ha impuesto el mismo régimen. Creo que eso es lo que persiguen los momios del régimen. Ellos van a curarse al extranjero y, en el mejor de los casos, salen a vivir fuera como embajadores o cargos de ”representación”
en el exterior, lo que debe ser un auténtico alivio y recuperación o, por lo
menos, su no exposición a la miseria, a la enfermedad, a la incomodidad,
...por un tiempo, fuera de esa servidumbre impuesta de insalubridad, falta de servicios, incomodidades, ....
Este régimen kalunga no solo no se identifica con ningún proyecto de la
República de Guinea Ecuatorial, no se identifica en absoluto con el pueblo, se
identifica en un espejismo que tiene como ideal la ostentación exclusiva de riqueza individual, señaladora de poder, producto de la aproximación absurda y limitadora de una riqueza que es de todos y también del seguimiento de ese régimen que, fuera de eso, no hace nada por el Pueblo, por la colectividad, sino destrozarla, destrozar el tejido social, desestructurar poblados, tradiciones, costumbres, ... sin ofrecer nada a cambio.
Y el problema es que las necesidades colectivas, no se acometen ni por lo municipal, ni por otros estamentos también inexistentes o con recursos
mediatizados por el poder personal y arbitrario de Obiang. No hay una
estructura mínima de cometidos, con sus ingresos, con sus presupuestos de gastos, ... no hay nada más que el consejillo de los ”analfabetos”: la Efusila, el Armengol, la Ko y el momio principal, el golpista mayor del reino, el kalunga mayor, Obiang.
La UE ¿puede solucionar algo con sus ayudas el problema del agua? Ni mucho menos, es una ilusión y lo peor, es que conocen esto. Realizadas las infraestructuras, hay temas conexos que ya no dependen de una voluntad exterior, sino de una mínima gestión interior: es la gestión integral del agua, la búsqueda de alternativas para momentos de sequía, la gestión de acometidas por edificio o vivienda, exigencia de requisitos mínimos de habitabilidad de las nuevas construcciones, cobro de recibos o tasas (en función de su gestión pública o privada) en función de un precio que recoja también los gastos de mantenimiento de las instalaciones y su amortización. Tal vez eso implicaría una cierta redistribución de los que más tienen y más gasten en lo privado, para incluso poder financiar las fuentes públicas e incluso multiplicar sus ubicaciones. Pero eso es imposible en la Corte Kalunga. La redistribución es a la inversa, de los que menos a los que más tienen y de todo se apropian.
Lo correcto sería exigir unas mínimas medidas de gestión e inversión propia como contrapartidas a las ayudas de la cooperación exterior. Eso ya impondría una organización, una gestión, su control, unos gastos asumidos conjuntamente y no fundamentalmente con el recurso a la caridad exterior en un servicio básico, utilizando la salud del pueblo como rehén coactivo para recabar esas donaciones periódicas que se caen con el tiempo por falta de continuidad gestora e inversora. Pero eso significaría ya democracia y racionalidad.
Esta Corte de Obiang, es un auténtico golpe de estado continuo contra el
pueblo y, ya se sabe, al enemigo, ni agua.

Liga Espartaco


Fuente: AFP y propia opinión.

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