NIGER: Por qué los falsos demócratas de hoy son los aliados de los golpistas de mañana

por Mateo Oliver,  periodista de Jeune Afrique. © JA EDICIÓN: Vincent Fournier/JA.

14 de agosto de 2023

¿Se imaginaba Mohamed Bazoum, menos de tres años después de su elección, que movilizaría tanto a las multitudes en su contra? Este pasado 6 de agosto, en el corazón de Niamey, más de 30.000 nigerinos se reunieron para apoyar a los golpistas del Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CNSP) y, al mismo tiempo, para reclamar a gritos al Jefe de Estado, secuestrado desde el 26 de julio, la renuncia.

Profesor de filosofía, seguidor de los pensadores del comunismo, Mohamed Bazoum lo sabe: las multitudes son peligrosas, impredecibles, a veces ingratas. Pero las imágenes, que pudieron llegarle a pesar de su aislamiento, no son por ello menos duras de encajar para un político, en esencia apegado a su imagen.

A Leer en exclusiva – Revelaciones sobre el secuestro de Mohamed Bazoum

En el reducto de la residencia presidencial que hoy le sirve de cárcel, tal vez Mohamed Bazoum se detenga en los escritos de Marx, quien en su tiempo describió a las multitudes como multitudes empobrecidas que, al tomar conciencia de su alienación, se convierten en las clases sociales capaces de cambiar la historia.

¿Se aplica esta teoría a Níger? Incluso en la rebelde Niamey, el argumento monetario, como a menudo, ha jugado un papel importante en estas manifestaciones a favor de la junta, los golpistas no han dudado en echar mano de las magras arcas de un Estado bajo sanciones para asegurarse el apoyo. Los seguidores de Mohamed Bazoum, que todavía intentan resistir, no han dejado de repetirlo.

“¿Por qué iba yo a luchar por la democracia? »

¿Pero no será el mal más profundo? Hace apenas unos días, uno de nuestros interlocutores, cuestionado sobre la reticencia de los nigerianos a salir a la calle a protestar contra la confiscación de la democracia, respondió así, en términos menos civilizados: "¿Por qué iría yo a luchar por la democracia? Todo lo que sabemos es corrupción, nepotismo, favoritismo, malversación de fondos…” Este nigeriano tiene 28 años. Graduado universitario, no vivió la ola de democratización de la década de 1990. Conoció, de adulto, un solo poder: el del Partido Nigerino para la Democracia y el Socialismo (PNDS), Mahamadou Issoufou, entre 2011 y 2021, y Mohamed Bazoum. Para él, como para tantos otros, la democracia es ante todo el régimen de las promesas incumplidas y de una definición -un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo- que tiene (muy) poco que ver con la realidad.

Si bien está lejos de haber sido el peor ejemplo en la región de África Occidental y, más allá, en el continente, el PNDS, durante sus años en el poder, ha usado ciertas leyes a su antojo, arrestado a opositores, maltratado a la sociedad civil y, sobre todo, aprovechó su posición para enriquecer a algunos de sus ejecutivos. De la obediencia socialista -una ideología que se supone volcada hacia la distribución de la riqueza y el bienestar del pueblo-, ciertamente no lo ha hecho peor que otros -ni mucho menos-, bajo otros cielos.

IBK, Alpha y los demás

Pero no lo hizo mejor. Al haber fracasado Mohamed Bazoum a otorgar a la democracia nigerina sus cartas de nobleza, a pesar de una voluntad que pocos se atreverían a negar, ha pagado un alto precio, incluso si la CEDEAO logra restituirlo en sus funciones. Otros antes que él bebieron este cáliz hasta las heces. En Malí, Ibrahim Boubacar Keïta, otro socialista, cayó tras elecciones disputadas y detenciones de opositores.

Alpha Condé fue expulsado de su palacio tras intentar ganar un tercer mandato, abusando de la Constitución en el proceso. En cada momento, pocas voces se alzaron para apoyarle, una gran parte de la población se alineó por defecto detrás de sus asesinos golpistas.

Leer¿Podrá el ejército de Níger hacerle frente a la CEDEAO?

 Otros presidentes, como el camerunés Paul Biya -listo para ir al asalto de un octavo mandato- han bloqueado mejor a su ejército y se ha puesto, a priori, a salvo de golpes militares. Y a pesar de eso, se ha refugiado en una torre de marfil desde la cual le es más fácil ignorar a la multitud. Mohamed Bazoum no había llegado a estos extremos. A mitad de su primer mandato, parecía sincero en su deseo de apaciguar el clima social en Níger. ¿Actuó con suficiente rapidez y fuerza en esta dirección? Por no haber logrado instaurar un régimen y una administración orientados al servicio de su pueblo y no a la satisfacción de sus propios intereses, podría ver su nombre añadido a la larga lista de víctimas de los golpistas, sacrificadas en el altar de una democracia inconclusa. ¿Antes de que otros se le unan?

Original https://www.jeuneafrique.com/1472688/politique/pourquoi-les-faux-democrates-daujourdhui-sont-les-allies-des-putschs-de-demain-par-mathieu-olivier/