LA DIRECCIÓN DE LA EMPRESA ¨COMPAÑÍA DE PRODUCTOS TROPICALES S.A.¨, está manteniendo reuniones con empresarios expoliados en Guinea Ecuatorial. En estas reuniones se han mantenido contactos con antiguos colonos, cuyos intereses fueron puestos en manos del letrado Jiménez de Parga, con escaso éxito.

En estas reuniones se ha estudiado la posibilidad de demandar ante el Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional al Gobierno de Guinea Ecuatorial e, incluso, solicitar el embargo preventivo de sus bienes y Cuentas bancarias en Europa. A tal efecto, se está procediendo a la localización de los mismos a través de los rEGSITROS DE LA pROPIEDAD.

AL PARECER, LAS AUTORIDADES ESPAÑOLAS, PREOCUPADAS POR EL MALESTAR EXISTENTE EN MUCHOS ÁMBITOS DE LA aDMINISTRACIÓN eSPAÑOLA Y DE SECTORES EMPRESARIALES, HA PROPUESTO AL gOBIERNO DE mALABO, ALGÚN TIPO DE SOLUCIÓN. PERO TODO HACE PENSAR QUE LA SITUACIÓN SE SEGUIRÁ MANTENIENDO.

Los Gobiernos de Madrid y Malabo, enfrascados en plena batalla electoral, sólo se van a preocupar de seguir manteniendo su estattus de poder. Y mucho nos tememos, que la situación seguirá eternamente, mientras las condiciones de inseguridad jurídica continuen en Guinea.

El ministerio de AA.EE., al parecer, sólo se ocupa de que Malabo le siga prometiendo petróleo. Algo que Obiang si puede hacer, PROMETER; pero resulta que nuestros grandes aliados, los EE.UU., se lo impiden. Francia y España han quedado marginadas de esa bolsa de rqueza, que, por otro lado, sólo debe pertenecer al pueblo guineano.

La presencia del señor Gil Casares en Malabo ahora en Malabo, no será debida, con toda seguridad, para tratar de conseguir el respeto del Gobierno de Obiang hacia las inversiones españolas en Guinea, sino, con toda seguridad, para tratar de conseguir promesas de negocios petroleros.

Lo cierto es que España sigue gastando ingentes cantidades de dinero, a través de la AECI, sin que el Tribunal de Cuentas haga públicos sus resultados de ese gasto. El retaso en ese control y la carencia legal de medidas tendentes a exigir responsabilidades en el mismo, son un grifo abierto para quién detenta la llave de esa enorme caja de caudales.

Esperemos que las presiones de empresarios, particulares y ONG de todo tipo, contribuyan a que la situación actual se vea modificada en aras de conseguir mejoras que hagan posible una mejora en los intercambios comerciales.

Madrid, 14 de noviembre de 2002.

Fuente: cptsa

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