Domingo, 15 de Diciembre de 2002

ELECCIONES EN GUINEA ECUATORIAL / LA ENTREVISTA / TEODORO OBIANG. Presidente de Guinea Ecuatorial

«Confío más en mi guardia marroquí que en la seguridad que me den los locales»

El único partido que se enfrenta hoy en las urnas al actual presidente tiene a su secretario general y a buena parte de su dirigencia en prisión

ALFONSO ROJO. Enviado especial

«Según las encuestas previas, recibo una aceptación masiva del pueblo. Se supone que los electores renovarán mi mandato en las elecciones de hoy». «No existe persecución alguna contra los políticos». «Estamos a punto de alcanzar los 200.000 barriles diarios de petróleo». «Habría que aclarar qué inversiones tengo para calificarme como el hombre más rico. Tengo mis empresas, pero todo está aquí»

MALABO.- Me recibe en el Palacio Presidencial, donde residían antaño los gobernadores cuando Guinea Ecuatorial era todavía colonia española y Malabo se llamaba Santa Isabel. En los soportales. Sentados a la sombra, hay soldados negros de uniforme. En la entrada están los guardaespaldas marroquíes, todos con corbata y serios como esfinges. Son ellos los que te cachean y registran hasta el último centímetro de tu cuaderno de notas o de tu cámara de fotos.


El presidente va embutido en un impecable traje Príncipe de Gales. Lleva una corbata azul oscura y varios anillos en la mano izquierda.Se mueve y habla despacio, con una engañosa suavidad, que acentúan un tono apacible y un aspecto levemente triste. Sus respuestas son muy cortas, como si su paso por la Academia Militar de Zaragoza y sus años de militar hubieran inculcado en su cerebro la irreprimible tendencia a ahorrar palabras.


Teodoro Obiang Nguema cumplió el 5 de junio los 60 años y lleva 23 en el poder. No da la impresión de tener mala salud, ni de estar enfermo. Tampoco de sentirse inseguro. Hace algo más de 10 años, lo había entrevistado en su residencia, que aquí llaman la Casa Blanca, y en aquella ocasión me dio la impresión de estar inquieto y algo dubitativo. Ayer me pareció muy firme, mucho más asentado en el trono presidencial.


Hoy, seis meses después de un sonoro y controvertido proceso que concluyó con el envío a prisión de más de medio centenar de disidentes, se celebran elecciones en Guinea Ecuatorial y con absoluta certeza, Obiang volverá a ser reelegido presidente.La gran diferencia con respecto a comicios anteriores no será el porcentaje del vencedor -superior al 90%- ni la escasa presencia de la oposición, sino el contexto en que se realiza la consulta.Gracias al petróleo, que es explotado por compañías norteamericanas, Guinea Ecuatorial crece de forma espectacular. Empiezan a aflorar las mansiones, abundan los coches todoterreno y un país cuya población agonizaba soñando con marcharse, recibe ahora un verdadero aluvión de emigrantes, procedentes de otros países de Africa.


-Hoy se celebran elecciones presidenciales en Guinea Ecuatorial.¿Qué resultado espera?


-De acuerdo con las encuestas previas, recibo una aceptación masiva del pueblo. Se supone que los electores renovarán mi mandato.


-¿Con qué porcentaje se daría por satisfecho?


-Es difícil hacer pronósticos, pero creo que será bastante elevado.


-En anteriores comicios, usted ha emergido vencedor con el 99% de los votos. ¿No crea un pequeño problema de imagen para la democracia en Guinea Ecuatorial?


-Aparentemente es malo, según la concepción de los observadores, pero la realidad es que nosotros no coaccionamos a la gente.Los electores votan voluntariamente y es la Junta Electoral quien se encarga de supervisar el proceso y comprobar si los comicios son transparentes, justos y todo esto.


-Lleva usted 23 años como presidente. ¿Cuánto tiempo piensa permanecer aún en el poder?


-No soy yo quien pueda certificar eso, porque se trata de algo que depende de la voluntad popular. He sido elegido como candidato por el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial. El presentarme de nuevo, no ha sido un deseo mío personal, sino la decisión del congreso del PDGE.


-A nadie le cabe duda alguna de que ganará usted las elecciones este domingo y que lo hará de forma abrumadora. Una vez reelegido, ¿piensa ser generoso con sus enemigos y aprobar medidas de gracia para los opositores que fueron condenados en junio y están en prisión?


-Si analiza el tiempo que llevo en el poder, comprobará que en todas las etapas de mi Presidencia he estado concediendo medidas de gracia a los encarcelados. Durante el próximo mandato también habrá medidas de gracia.


-Da la impresión de que su poder está firmemente asentado y de que Guinea Ecuatorial no sufre amenazas internas ni externas.Pensando en la buena imagen del país, ¿no le preocupa que una buena parte de los opositores vivan en el exilio en España y otros estén en la cárcel?


-En primer lugar, yo descarto la oposición que se encuentra en el exterior, porque no hay razón alguna para que vivan fuera.No existe persecución alguna contra los políticos en Guinea Ecuatorial.La política hay que hacerla en el interior del país y los que están fuera deberían retornar y hacer oposición política aquí, a la vista del pueblo.


-En su programa electoral, hay un epígrafe en el que -a propósito de la necesidad de Guinea de abrirse al mundo- se habla de «especial preferencia a las relaciones con España». ¿Qué significa eso en términos prácticos?


-No es algo nuevo. Siempre hemos dado preferencia a nuestra relación con España. En 1979, apenas llegados al poder, llamamos a España y dimos toda la preferencia a la cooperación española. Seguimos priorizando nuestras relaciones con España y creemos que debe ser un puntal de nuestra política exterior, pero desgraciadamente la actitud de las autoridades españolas pasa por altibajos.


-Si su actitud es tan abierta, ¿cómo explica que las relaciones con España hayan sido y sean tan malas?


-Creo que España debe hacer una política realista con sus antiguas colonias. No ha habido transparencia en la cooperación con Guinea Ecuatorial. En tiempos de Franco, Guinea era «materia reservada» y la gente moría de miseria aquí sin que en Madrid se molestasen en levantar el velo.


-No le pregunto por el pasado y la sucesión de desencuentros, que todos conocemos muy bien, sino por el presente. ¿Qué razón existe ahora para llevarse mal?


-Bueno lo cierto es que desde el fin del periodo de Adolfo Suárez, la política española es una contínua hostilidad. Un ejemplo es la frase del antiguo ministro de Exteriores, el señor Morán, quien sostenía que a Guinea Ecuatorial había que aplicarle la política «del palo y la zanahoria». ¿Qué significa esto?


-En su autobiografía ´Mi vida por mi pueblo´ usted relata su etapa de escolar en La Salle o su paso por la Academia Militar de Zaragoza. Y llama la atención que al final, en las páginas dedicadas a «testimonios», escriban desde un antiguo embajador francés al ex embajador americano Chester Morris, pero no aparecen los hermanos españoles que le dieron clase o algún compañero de la Academia. Da la impresión de que se intenta quitar cualquier referencia positiva a España.


-Han sido las circunstancias. No he tenido contacto reciente con compañeros de la Academia o con mis antiguos profesores, que podían haber escrito perfectamente. Quizá haya influido un poco que el libro se editó en Francia.


-Ha dicho y escrito usted que en alguna visita a España «hasta» intentaron humillarle. ¿De qué forma?


-Como periodista, habrá seguido usted de cerca los acontecimientos.En una de mis visitas, fue bochornosa la forma en que me recibió Felipe González.


-¿Ha sido mejor su relación con el presidente Aznar de lo que fue con el presidente González?


-Sí, creo que Aznar actúa de forma más política que González.Si hubiera que buscar un adjetivo, se podría decir que Felipe González era muy soberbio.


-¿Y con el Rey Juan Carlos?


-El Rey es un amigo personal, al margen de los problemas políticos.


-Corren muchos rumores malvados por Malabo y uno de ellos es que está usted muy enfermo y que viaja de vez en cuando a Estados Unidos a tratarse.


-Creo que tengo muy buena salud, pero soy un ser humano y por lo tanto susceptible de enfermar. Lo que sí quiero dejarle claro es que no tengo enfermedad crónica alguna. Todas las mañanas, antes del amanecer, corro seis kilómetros y le invito a que mañana, si tiene ganas y madruga, venga y me acompañe.


-Guinea ha dejado de ser muy pobre y va camino, según algunos, de convertirse en una especie de Kuwait africano. Persiste, sin embargo, una deuda con España que enturbia la normalización de las relaciones entre ambos países. Dado que no es una cantidad grande, apenas 72 millones de euros, y que el petróleo genera cuantiosos ingresos, ¿no cree que sería conveniente cancelar esa deuda y solventar un problema?


-Estamos dispuestos a hacerlo, pero hemos pedido a la parte española que antes se esclarezcan algunos conceptos. Hubo momentos oscuros en la cooperación y me atrevo a decir que se desvió mucho dinero.En lugar de invertir esos fondos en el país, retornaron de forma turbia a España. El Parlamento de Guinea exige al Gobierno que aclare en qué se invirtieron esos 72 millones que dicen debemos a España.


-Es un secreto a voces que hubo quien se lucró con esos créditos y que el dinero fue en parte a parar a los bolsillos de unos cuantos caraduras, españoles y guineanos. En cualquier caso, era y es el Estado a quien le corresponde pedir responsabilidades.La deuda habrá que pagarla, en cualquier caso.


-Sí, pero por eso insistimos en que se detallen los nombres y las identidades de todos aquellos que utilizaron mal esos créditos.


-Corren muchas cifras por ahí, pero en realidad ¿cuántos barriles de petróleo produce diariamente Guinea Ecuatorial?


-Según las informaciones que me pasan, estamos a punto de alcanzar los 200.000 barriles diarios. La producción sufre fluctuaciones.


-Sostienen que las empresas españolas perdieron una gran oportunidad en su momento, ya que durante 10 años Hispanoil tuvo la exclusiva de la prospección y explotación del crudo guineano, pero ¿resta una oportunidad para las empresas españolas?


-Ya hemos invitado a Repsol y creo que en breve vendrá una delegación de la compañía. No tenemos nada en contra de las empresas españolas y si decimos que perdieron una oportunidad, lo hacemos con base.Estuvieron 10 años buscando petróleo y concluyeron que no había, lo cual ha sido contradicho por los hechos.


-¿Qué porcentaje del Producto Nacional Bruto representa el petróleo en Guinea?


-Cerca del 80%, pero no se puede magnificar. Desde hace siete años, Guinea Ecuatorial es el país con mayor tasa de crecimiento de Africa, pero no se debe olvidar que nosotros no tenemos ni capital ni tecnología. Todo eso es importado por las mismas empresas que explotan el petróleo y ha hecho que el reparto no sea igualitario.


-¿Qué porcentaje de los ingresos petroleros se queda Guinea?


-Un 20%, que es menor al de países como Nigeria. A grandes rasgos, dada nuestra debilidad inicial, firmamos acuerdos por los cuales el 75% se destina a recuperación de inversiones y gastos y el resto se reparte entre la empresa y el Gobierno.


-¿Juegan limpio las empresas norteamericanas o extraen más de lo que dicen?


-Creo que juegan limpio. Las primeras empresas, por el hecho de haber llegado al principio, tienen acuerdos que les son muy favorables y es a partir de ahora, cuando podemos establecer nuevos y mejores contratos.


-¿Entra en sus proyectos ingresar en la OPEP?


-Estamos haciendo gestiones.


-Inicialmente, hubo serias desavenencias con algunos países vecinos debido a la plataforma continental y las zonas de explotación del petróleo. ¿Siguen teniendo problemas?


-Creo que ya hemos solucionado las diferencias. Con Nigeria ya hemos firmado el acuerdo de delimitación y hemos demostrado a Camerún que no hay motivo para que estén recelosos.


-Se nota el dinero en las calles de Malabo, hay muchos coches buenos, fluye la electricidad, gana usted las elecciones de forma abrumadora, crecen los puestos de trabajo y Guinea ha ganado peso e importancia. Sin embargo, conserva usted los guardaespaldas marroquíes y tiene una guardia presidencial suministrada por Marruecos. ¿No se siente seguro?


-Se trata de una decisión personal. La Guardia marroquí no tiene como función controlar todo el país. Está a mi servicio personal.Yo confío más en la seguridad aportada por extranjeros, sin intereses concretos en Guinea Ecuatorial, que rodearme de locales.


-Ahora que habla usted de seguridad Guinea es un país pequeño, que oficialmente tiene apenas un millón de habitantes, pero se nota en las calles una enorme afluencia de nigerianos, senegaleses, cameruneses y gentes de otros países que no hablan español, incluidos más de 2.000 norteamericanos. ¿No le preocupa verse sumergido por vecinos más poblados y poderosos?


-Si ha oído mis mensajes de campaña, habrá comprobado el énfasis que ponemos en la creación de mano de obra nacional. El problema es que no tenemos suficientes especialistas para trabajar en las plataformas o en otras actividades vinculadas al sector del petróleo y que no se pueden adoptar medidas restrictivas, que supondrían frenar la actividad económica a la espera de que nuestra mano de obra esté preparada. Lo que hacemos es controlar la inmigración, con visados, cartas de trabajo y todo lo necesario.


-Hay muchos miembros de su familia en puestos clave, su hermano en Defensa, su hijo Teodoro es ministro de Bosques, su hijo Gabriel es secretario de Estado de Hidrocarburos ¿Le parece normal tanto pariente tan bien situado?


-No creo que haya tantos. Quizá en la seguridad, donde es lógico que haya parientes cercanos porque yo tengo más confianza en ellos. En cuanto al Gobierno, siento discrepar con usted porque no hay muchos.


-¿Se está perdiendo el idioma español aquí?


-Por muchas razones, el español está más defendido ahora que antes. Incluso se hace una inversión importante y vamos a firmar un convenio con el Instituto de la Lengua Española para que se cree aquí un centro dedicado a enseñar y propagar el español.Es nuestra lengua oficial, se usa en la radio y en la televisión y somos el único país de Africa que habla español. Hemos conseguido hasta convertir el español en idioma oficial dentro de la Unión Africana.


-Aunque las revistas no siempre dicen toda la verdad, me ha llamado la atención que según la revista ´Forbes´ es usted uno de los hombres más ricos de Africa.


-No entiendo bien cómo miden la riqueza. Habría que aclarar qué recursos e inversiones tengo para calificarme como el hombre más rico. Llevo mucho tiempo en el poder, tengo mis pequeñas actividades comerciales, mis pequeñas empresas, pero todo está aquí en el país. Soy de los que prefieren invertir en Guinea a sacar el dinero fuera. Ahora estoy produciendo cemento y me alegro de que comience a surgir el espíritu empresarial y que muchos guineanos inviertan y creen cosas aquí, lo que se transformará en progreso.


-Muchos de sus ministros y la madre de varios de sus hijos, poseen casas en España. ¿Tiene usted casa en Madrid?


-No, no tengo nada.


-Pero tiene una casa en París


-Tengo un piso, porque voy con mucha frecuencia y, dado lo caros que resultan los hoteles, es más rentable disponer de un pequeño apartamento. Es una forma de ahorrar dinero.


-¿Cuántos hijos tiene usted?


-Muchos Legítimos tengo tres. También tengo hijos con otras mujeres, pero son hijos que tengo como puro africano.


-¿Y mujeres? ¿Cuántas tiene?


-Yo tengo oficialmente una que es Constancia.


-Transcurridos 33 años desde la independencia de Guinea Ecuatorial y después de 23 años con usted en la Presidencia, ¿quedan muchas cicatrices con España?


-No tengo ninguna cicatriz y lo que aflora en mi libro no es resquemor, sino recelo. Me siento como un hijo maltratado. España no me da la consideración de hijo y lo expreso.



Fuente: EL MUNDO

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