Domingo, 15 de Diciembre de 2002
La sufrida oposición guineana
El único partido que se enfrenta hoy en las urnas al actual presidente tiene a su secretario general y a buena parte de su dirigencia en prisión
ALFONSO ROJO. Enviado especial
MALABO.- En la pared del descuajeringado apartamento de Malabo, que sirve de «sede central» a la Convergencia por la Democracia Social (CPDS), han pegado una fotocopia donde aparece un loro y al lado, con grandes caracteres tipográficos, la frase: «Hace un día precioso, ya verás cómo viene alguno y lo jode».
No es fácil ser opositor en Africa y en Guinea Ecuatorial, donde el presidente Teodoro Obiang lo controla todo, lo posee casi todo y suele ganar las elecciones con el 99% de los votos, enfrentarse al poder o disentir es una tarea heroica.
Hoy se celebran elecciones presidenciales en la antigua colonia española y en teoría concurren 13 partidos, pero hay ocho que han renunciado a presentar candidato y apoyan a Obiang. Otros tres están liderados por personajes que figuraban en el Gabinete o disfrutaban de suculentos puestos oficiales hasta unas horas antes de iniciarse la campaña. Los únicos que restan, luchando con denuedo, cuesta arriba y en solitario, son los del CPDS, que tienen a su secretario general, Plácido Micó, y a buena parte de su dirigencia en la cárcel, desde junio.
Ayer, víspera de los comicios y con un entusiasmo conmovedor, sobre todo cuando se observa el sombrío panorama, se agolpaban militantes en la sede del CPDS. Casi todos eran jóvenes y acudían a recibir instrucciones y ofreciéndose como interventores de mesa. Pregunté por Celestino Bacalé, el ingeniero agrónomo de 45 años a quien postulan como candidato presidencial, y alguien comentó que estaba en su casa.
No hubo ni que salir a la calle. La casa de Bacalé queda en el mismo piso que la sede central del partido. Al otro lado del descansillo. La razón, según el candidato opositor, es que casi nadie se atreve a alquilarles locales. «Es la ley del por si acaso», explica con una sonrisa Bacalé, quien se tituló en España y ha visto cómo se le cerraban una tras otra las oportunidades de conseguir empleo.
Bacalé, que a diferencia de otros compañeros de partido no ha encontrado refugio como profesor en el Colegio Español, sobrevive con el sueldo que gana su mujer como empleada de la ONU.
«Si estas elecciones fueran limpias y hubiera transparencia, Teodoro Obiang no ganaba», afirma Bacalé, antes de matizar que habrá que fijarse en los resultados de Bata y Malabo. «En las dos ciudades, sobre todo en la capital, no es tan sencillo manipular papeletas o intimidar a la gente y ahí veremos si la gente apoya o no a Obiang».
Cosas chocantes
Hay mucho de torpeza y bastante de mala gestión, pero algo huele a podrido en el proceso electoral. Y no sólo porque Obiang lo haya adelantado un mes, infringiendo la Constitución y sin explicación alguna, o porque los únicos observadores internacionales sean unos sujetos de nacionalidad norteamericana, amplia barriga y escasas credenciales. Pasan cosas chocantes. Bacalé carecía de carné de elector hasta el viernes y ayer, después de denunciar la tropelía ante la prensa, se lo hicieron llegar a toda prisa.
«Lo indignante es que son tan malvados que me han cambiado el nombre (Calestino, en vez de Celestino) en las papeletas», dice Bacalé. «Pero lo más terrible es lo que se ha gastado el PDGE en esta campaña», prosigue. «Han pedido dinero a las empresas extranjeras, han esquilmado a los comerciantes y han dilapidado más fondos en hacer camisetas con la cara de Obiang, de lo que invierte el estado en hospitales o sanidad en varios años».
El candidato del CPDS asegura que Obiang ha empleado en su campaña 12.000 millones de francos CFR, casi 20 millones de euros.
«Hacer el Colegio Español, donde ahora mandan a sus hijos los ministros a pesar de que dan clase allí profesores a los que represaliaron y echaron de los institutos, costó 600 millones de francos, menos de lo que se han gastado en telas los del PDGE», comenta sardónico Bacalé. «Para operarte en el Hospital de Malabo tienes que llevar tu propio bisturí y el hilo de sutura y muchos nos preguntamos si no hubiera sido mejor que los millones gastados en pagar cerveza a las mujeres para que bailen hasta agotarse o en repartir camisetas con la cara de Obiang, se hubieran destinado a algo constructivo».
A pesar del fervor con que ha batallado el CPDS hasta última hora, todo indica que Teodoro Obiang renovará hoy su mandato y que lo hará con un resultado abrumador.
La confusión sigue siendo notable y en los días precedentes nos habían facilitado cifras dispares, pero ayer nos confirmaron como definitivo que hay 215.000 electores convocados a las urnas.El PDGE de Obiang asegura contar con 158.000 militantes, lo que en teoría significa que el 73,4% del censo electoral son votantes suyos. Otra cosa es lo que ocurra en el momento de depositar la papeleta. Todo funcionario recibe automáticamente el carné del partido y no se puede trabajar en el lucrativo sector petrolero sin estar afiliado al PDGE. No hay que descartar que algunos militantes voten distinto a lo que desean sus jefes. Por lo que respecta al CPDS, dice tener 12.000 militantes y esos votarán en bloque a Celestino Bacalé.
Todo el mundo da por seguro que después de la elección, confirmado Obiang por otros siete años, el presidente ejercerá el derecho de gracia y pondrá en libertad a Micó y a sus compañeros. «Le es más rentable tenerlos en la calle que dentro, al contrario de lo que pasaba hasta ahora», comenta Bacalé.
Fuente: EL MUNDO
Seguir a @guinea_net
