En una perfecta maniobra de confusión, se ha intentado desviar la atención hacia los servicios secretos del Reino Unido, Estados Unidos y España, acusándoles de estar detrás de la organización de este intento de golpe de Estado, pero la realidad es otra muy distinta. Efectivamente, tal y como ha anunciado el Gobierno ecuatoguineano, la mano del prófugo Severo Moto ha sido la que ha movido los hilos de esta nueva conspiración que podría haber terminado en una auténtico baño de sangre, tal y como ya lo ha intentado en otras ocasiones.
Severo Moto sabía que poner en marcha un “Gobierno en el exilio” no tenía razón de ser ni tampoco se podía mantener por mucho tiempo sin caer en el esperpento; pero la estrategia de crear ese autogobierno fantasma no está basada en unas simples aspiraciones políticas con delirios de grandeza, sino que, al contrario, seguían al pie de la letra un guión perfectamente estudiado para concitar adhesiones de quienes ven en la riqueza de Guinea Ecuatorial una importante fuente de ingresos que no se puede dejar escapar.
La operación de constitución de ese “Gobierno en el exilio” fue pensada como fase preliminar del golpe por importantes elementos de la extrema derecha española con los que Severo Moto se relaciona desde hace años. Uno de los individuos que forma parte de este complot es Eduardo García Serrano, director del programa “Punto de vista” que se emite diariamente en España a través de onda media en Radio Intercontinental. Todos los sábados de 16,30 a 18 horas este programa trata sobre Guinea Ecuatorial, atacando duramente a su Gobierno legítimo. Eduardo García Serrano es nieto de Ramón Serrano Suñer, cuñado del general Franco, ministro de la Gobernación, de Interior y de Asuntos Exteriores durante la dictadura y fundador de Radio Intercontinental. Una de sus acciones más importantes como ministro de Exteriores fue la de desarrollar una política de apoyo al Eje Roma Berlín, entrevistándose para ello con los máximos mandatarios alemán e italiano, Adolfo Hitler y Benito Mussolini.
También forman parte de la operación Gustavo Morales, el que fuera jefe nacional de Falange Española y actual director adjunto del periódico “El Rotativo” en la Universidad San Pablo-CEU. Este periódico tiene una distribución a nivel de universitarios, autoridades e instituciones, y su nivel de contactos se demostró cuando se distribuyó a decenas de miles de personas como medio de comunicación oficial de la última visita del Papa a España. El periódico mantiene una actitud tremendamente hostil contra el Gobierno de Obiang Nguema, al igual que un programa televisivo de debate que se emite en el Canal 7 de Madrid y que ataca igualmente al país africano. Hay que destacar que este canal de televisión pertenece al empresario José Frade, actual pareja de la vedette Norma Duval, la que fuera musa del Partido Popular en anteriores campañas electorales. Morales tiene también unos excelentes contactos con diversos partidos extremistas europeos y con miembros en activo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en España, encontrándose entre ellos miembros de la Guardia Civil afectos a la ideología de extrema derecha que conocen perfectamente Guinea Ecuatorial por haber realizado allí diversos trabajos.
Ha habido muchos colaboradores necesarios para llevar a efecto esta operación, sin embargo dos de ellos destacan entre los demás por su implicación directa en el caso, son el físico Juan Antonio de Aguilar, hombre de confianza de García Serrano y Morales, y Eugenio Pordomingo, personaje muy vinculado a la facción dura del PP español y que con la excusa de un supuesto problema empresarial privado con su Compañía de Productos Tropicales ha conseguido montar un perfecto servicio de información para Severo Moto a través de una asociación denominada “Adecugui”.
El operativo final de los comandos se preparó de manera precipitada a última hora para hacerlo coincidir con la crisis de Haití, pretendiendo que la llama popular encendida en el país caribeño, alentada por su repercusión internacional, pudiese prender también en Guinea Ecuatorial. Sin embargo la construcción general de la operación llevó muchos meses de preparación; el clan de extrema derecha de Severo Moto se puso en contacto en Francia con el Frente Nacional de Jean Marie le Pen para manifestarle su plan y la necesidad que tenían de cobertura paramilitar, y ahí fue cuando todo el montaje empezó a tomar forma.
La gente de Le Pen, sabedora que las promesas de riqueza hechas por Severo a través de sus colaboradores podían hacerse realidad si conseguían desbancar a Obiang Nguema del poder, se puso manos a la obra y le hizo el encargo a un hombre de la casa y uno de los mayores expertos mundiales en mercenarios y desestabilizaciones de gobiernos, Bob Denard, quien fuera jefe de seguridad del Presidente Omar Bongo de Gabón, al que se le acusó del asesinato del Presidente de Comores y a quien también se relaciona directamente con la muerte de Lumumba. Como Denard ya tiene una edad avanzada para realizar sobre el terreno este tipo de operaciones fue uno de sus socios, Dominique Malacrino, quien se desplazó a Sudáfrica para contratar los servicios, compartiendo parte de los beneficios, de Executive Outcomes a través de Eeben Barlow.
Por otra parte, el Gobierno de Angola pudo advertir al Gobierno de Guinea Ecuatorial de la inminencia de los preparativos del golpe porque hubo una filtración a sus servicios secretos, quienes conocen perfectamente a la gente de Bob Denard debido a su amplia participación mercenaria en ese país con UNITA. Además, la gente de Denard ha tenido un amplio protagonismo en las grandes conspiraciones del continente negro, por eso otro de los hombres de Denard, Jean Marie Lapierre, que dirige una empresa de tránsito de aduanas filial del grupo Bolloré, ayudó en su día a escapar a Alfred Sirven, número 2 de la empresa Elf, consiguiéndole un pasaporte falso, y ello, entre otras cosas, por el compromiso personal que tenía con el hombre de Elf en Gabón, André Tarallo.
Todo este operativo no podía pasar desapercibido para los servicios secretos franceses, por eso aprovecharon la necesidad que tenían los implicados de financiar la operación del golpe en Guinea Ecuatorial para infiltrar a uno de sus hombres. Se trataba de André Catanzaro, antiguo colaborador y amigo del coronel Robert Maurice, que fuera responsable del SDECE para África. Catanzaro vive en Calella, un pueblo de Barcelona (España) bajo la apariencia de empresario con una empresa denominada “X Catanzaro s.l.” especializada en “negocios internacionales”. Así pues, la financiación se realizó a través de Catanzaro, haciendo creer a todos que quien financiaba era Jean Pierre Bamba, millonario, antiamericano y líder del Movimiento Congolés de Liberación (MLC). La cosa tenía todos los visos de verosimilitud para los hombres de Severo Moto porque precisamente en ese momento Catanzaro andaba tras Bamba para ofrecerle una importante documentación que podría dañar de manera importante la imagen del presidente Joseph Kabila.
Los gobiernos de Blair, Bush y Aznar, ni tampoco sus servicios secretos, han tenido nada que ver en esta intentona golpista, que ha sido llevada en secreto por el espionaje francés ante la ignorancia de jefes mercenarios, extremistas españoles y franceses y, sobre todo, de quien consintió que se hiciera, el “presidente de Guinea Ecuatorial en el exilio”.
Fuente: Nick Chen
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