POR LA DEFENSA DE NUESTRO PAIS

por

Comité Director
Movimiento por las Libertades y el Cambio (MLC/PRR)
nvok_etofili@hotmail.com


El régimen dictatorial de Guinea Ecuatorial utiliza y manipula la administración del Estado en su política de represión y de extorsión a nuestro Pueblo (las fuerzas armadas, las diferentes fuerzas de seguridad, policía, gendarmería, servicios de inteligencia, las fuerzas mercenarias extranjeras marroquíes, cubanas y aquéllas procedentes de diversos países del este de Europa), a los jueces y magistrados, a los funcionarios de la administración civil y de las empresas públicas, es decir, a todo el aparato del Estado.

Estos servicios que en un Estado normal son para promocionar el progreso y desarrollo del país, proteger a la población y defender la unidad y la integridad territorial de Guinea Ecuatorial, son utilizados por el régimen de Teodoro Obiang Nguema para amedrentar a la población, acrecentar sus privilegios y los de sus protectores extranjeros por medio del robo masivo de nuestras riquezas y de la corrupción.

La evidencia hoy, a medida que transcurren los años, es que la población está cansada de Teodoro Obiang y de sus métodos. Ya no puede engañar más que a los oportunistas sin escrúpulos. La población empieza a tener conciencia de que hay que movilizarse
y rebelarse contra el yugo del poder. Diversos sectores del aparato del poder, incluso del propio PDGE, empiezan a percibir que en muchos casos son utilizados por el régimen en su cruzada contra la supervivencia de la población mayoritaria, empiezan a reconocer las contradicciones entre la sociedad, que reclama cada vez más sus derechos para mejorar sus condiciones de vida, y el gobierno, que con su arrogancia nos encamina directamente hacia la ruptura total.

Tenemos que estar ciertamente vigilantes porque se trata de un proceso sin retorno aunque incipiente, una cuestión abierta susceptible de ser neutralizada o también manipulada o desviada de sus objetivos por las fuerzas criminales y explotadoras antiguineanas que se manifiestan con diferentes y múltiples caras contrarias al cambio para democratizar el país y poner el aparato del Estado al servicio de la sociedad. No se puede seguir negando la evidencia, hoy existen en el país dos poderes: el principal, empresarial extranjero asegurado por las diversas brigadas de fuerzas militares extranjeras, y el ficticio, representado por el régimen sometido al dictado del primero e incapaz de controlarlo por depender de su propia supervivencia.

Lo que ha pasado en Guinea Ecuatorial las noches de 3 y 4 de diciembre de 2OO7 por la indecisión del Presidente de la República a la hora de neutralizar los movimientos palaciegos del sector inmovilista del poder para forzar su sustitución, declarar su incapacidad y frenar en seco cualquier intento de Teodoro Obiang Nguema de efectuar una gran apertura política que debía haber sido hecha en su mensaje de fin de año creó una fuerte irritación en este sector minoritario, exclusivo de su Clan familiar, mientras que los aperturistas aunque perplejos lo consideran un avance.

Con éste panorama nada alentador interviene la dudosa irrupción armada del 5 de diciembre que crea una confusión general entre ambos bandos, sobre todo en cuanto a la irracionalidad de la reacción del régimen en el traslado de la información de los hechos a la opinión pública, con medias verdades y falseando la realidad, pues quedaba comprometida la imagen internacional del país, un Estado inseguro, mientras que las medidas desproporcionadas y coercitivas contra la población militar y civil siguen alimentando toda clase de especulación y no ayudan a esclarecer las cosas, aunque visto lo visto, el Jefe de Estado no está interesado personalmente en dar este paso al encontrarse tocado en primer término.

Desde el punto de vista de la atribución de la autoría de la incursión armada no se puede afirmar que han sido extranjeros ni tampoco que procedieron del exterior, pues bien podían ser elementos organizados por el propio régimen para hacerse con el dinero y simular el robo ¿Cómo es posible que la persecución de la marina apoyada por helicópteros se difuminase? Demasiadas lagunas para ser creíble.
En el corazón de la ciudad de Bata y en presencia del propio Obiang. La supuesta incapacidad de respuesta o de reacción de las fuerzas de seguridad y de las fuerzas armadas para hacer frente a los supuestos asaltantes “extranjeros” deja en evidencia por lo menos tres cosas:
1. que todas las fronteras del País, aéreas, marítimas, terrestres están desprotegidas y a merced de cualquier incursión, es decir, sin ninguna seria vigilancia.
2. que el gobierno es incapaz de garantizar la seguridad de la población y defender la integridad territorial de la nación, que debe ser su principal deber en lugar de perseguir, reprimir y torturar a la población que es donde tristemente demuestra su fuerza y supuesta firmeza.
3. que si el objetivo del comando armado hubiera sido un golpe de Estado, a estas alturas sería otra historia, todo es posible en ese país de tantos generales y coroneles y comandantes comerciantes. Si relacionamos los dos hechos con el supuesto robo “organizado” por la cúpula del mismo régimen en bancos fuertemente vigilados, no se puede descartar nada sobre la autoría del tinglado.

La realidad demuestra que no está en cuestión ni la profesionalidad ni la valía de las fuerzas de seguridad ni de las fuerzas armadas. Con estos hechos, el sector aperturista ha dado un aviso serio a Teodoro Obiang Nguema al tomar una actitud valientemente pasiva frente a los hechos. El mensaje es que están hartos de ser utilizados por el régimen a cambio de miserables salarios con los que siquiera pueden mantener o alimentar decentemente a sus hijos, hartos de carecer de servicios sanitarios y de educación, mientras que los jefes del régimen y sus familias rozan la indecencia moral exhibiendo su opulencia, despilfarrando. Por ello decidieron que es momento de que los beneficiarios de la corrupción y del chantaje defiendan ellos mismos sus privilegios. Han decidido no seguir muriendo inútilmente ni seguir siendo los malos del corrupto régimen.

Esta indiferencia esta impregnada no solamente entre los militares guineanos humillados también por la masiva presencia de brigadas de fuerzas mercenarias extranjeras, sino también, aunque disimuladamente, en el funcionariado y en la mayoría de la población civil autóctona.

La paradoja es que esto poderosos, algunos promocionados a dedo a altos empleos militares sin haber realizado ningún curso académico, sólo saben usar sus armas y exhibir sus estrellas para agredir y maltratar a la indefensa población. Les caracteriza su cobardía. A la hora de la verdad, cuando se trata de hacer frente a la más mínima adversidad pliegan el rabo y corren a esconderse para salvar sus riquezas en lugar enfrentarse con la situación.

Lo francamente positivo, aún con reservas de los hechos del 5 de diciembre, es la lección para Teodoro Obiang Nguema y los bravucones de su régimen de que a un país lo defienden sólo sus propios hijos. Ningún extranjero fuera de beneficiarse y de hacer fortuna fácil de nuestras riquezas gracias a la benevolencia de su régimen, está dispuesto nunca a morir por Guinea Ecuatorial ni por su régimen salvo por un accidente imprevisible. Ni los mercenarios marroquíes, cubanos, angolanos, centroafricanos, zimbawes, los procedentes del Este, ni los “asesores” españoles, americanos, franceses e italianos.

Los acontecimientos también deberían ser una oportunidad para tomar el control de la situación y apartar de una vez del poder al sector inmovilista e impulsar de inmediato un diálogo interguineano con vista a un acuerdo entre todos para la transición democrática plural pendiente. Es evidente que todos los que se sienten perjudicados y estafados por el régimen permanecen movilizados para saldar sus cuentas con él, sin diferenciarlo de nuestro País y de nuestro Pueblo. Sólo un gobierno de transición de amplia representación puede hacer frente con seriedad y sin complejos a esta complicada situación, el gobierno actual está invalidado por sus compromisos que limitan su acción al estar muy hipotecado frente a sus acreedores.

Cesar a los mandos intermediarios de las fuerzas de seguridad y de las fuerzas armadas es un atajo erróneo que no soluciona nada. La responsabilidad directa es de los altos mandos políticos y militares (ministros y generales) del sector: el
Viceprimer ministro de asuntos políticos, el ministro del interior, el ministro de seguridad nacional, el delegado general de seguridad nacional, el director general de seguridad, el director general de la seguridad presidencial, el ministro de estado de presidencia, el ministro de integración regional, el ministro de transportes y el secretario de estado de tesoro.

nvok_etofili@hotmail.com

Madrid,25 de febrero de 2OO8


Fuente: Movimiento por las Libertades y el Cambio (MLC/PRR

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