Hace unos días en el Foro de Guinea Ecuatorial (a mí me agrada más, la Casa de la Palabra Democrática) una asidua participante en la denuncia de la situación en Guinea daba el siguiente título a su intervención: “lo nunca visto: elecciones sin candidatos”. Me va a permitir que la corrija y deje el título de la siguiente forma: ”lo nunca visto en cualquier parte del mundo se produce en Guinea: elecciones sin candidatos”.

Porque todos los comicios convocados hasta el momento en Guinea han reunido tal cantidad de irregularidades, comenzando por la elaboración del censo, manipulaciones, amenazas hacia los electores, voto público por orden de la superioridad, etc, etc, que ningún observador medianamente honrado/objetivo podría certificarlas como válidas. Todas, todas, han reunido la misma característica de fraudulentas al máximo nivel. Y eso se sabe y se consiente por quienes debieran haber tomado medidas, la tan sonada e ineficaz en los asuntos de Guinea, comunidad internacional. Sobre todo, España, un país que más que ayudar (iba a escribir parece, pero no) obstaculiza la solución del asunto guineano. Y lo hace desde siempre cometiendo los mismos errores y omisiones causando con ello bastante dolor y frustración al pueblo guineano que siempre, siempre ha estado a la espera de soluciones provenientes de la antigua metrópoli. En la actualidad la persistencia de España en mantener su política errónea con respecto a Guinea (sobre todo el amparo y cobijo que al “parecer”, “supuestamente” presta al dictador Obiang) ha permitido que una mayoría del pueblo guineano cambie sus sentimientos hacia España. Los artículos y comentarios de guineanos en esta y otras páginas sobre Guinea lo muestran fehacientemente. La esperanza se ha convertido en desconfianza y rencor. Yo me atrevería a afirmar en venganza si las cosas cambian en un futuro que como es de esperar, cambiarán y quizá con otro dirigente bien distinto al que España pretende imponer (este es otro mal endémico del que ha dado muestras España con respecto a Guinea).

Por ejemplo: ¿por qué ese empeño de España y sus diferentes gobiernos y sistemas en elegir ellos los candidatos que creen más adecuados no solo para ostentar la presidencia del país sino también para la liza política? ¿Cuándo se ha tenido en cuenta la opinión del guineano y la libertad de cualquier ciudadano de optar por desempeñar un papel en la política de Guinea sin que se haya tenido que someter al juicio y aprobación de los partidos españoles (algunos) y asociaciones de carácter solidario (una)? ¿Por qué esa radiografía previa e interesada, por supuesto, y cómo es que los propios guineanos se han prestado y consentido esta especie de preselección? Bien caro lo han pagado en muchos aspecto los que han seguido ese sometimiento hasta que las circunstancias le han puesto ante los ojos los resultados de este mal procedimiento. Otros siguen y siguen sin que las críticas les afecten en ese camino tan dispar al sentimiento de la mayoría del pueblo al que deberían escuchar y respetar en sus argumentos. Esa huida hacia delante sin prestar oídos a esas exigencias quizá les resulte en un futuro cara, bastante cara.

Recuerdo en años pasados (creo que aún continúa, aunque en menor medida) todo lo que concernía a la oposición guineana pasaba por ciertos tamices españoles que daban o no su visto bueno y lo más curioso es que casi toda la oposición ( al principio) estaba como abducida en seguir las directrices que se le marcaban. Como recuerdo haber sido testigo (desde la puerta entreabierta de la sala donde estaban reunidos) cómo trataba a los dirigentes de la oposición guineana un “super” embajador especial ( bastante especial, ya lo creo) que durante dos ocasiones fue nombrado como tal por la administración socialista española para los asuntos de Guinea.

Me refiero a Joaquin Perez Gomez, con años de diplomacia a sus espaldas y que sin embargo en la práctica no dejaba ni entrever dicha experiencia. Este “inefable” diplomático, ya fallecido y muy amigo del Sr Moratinos, se dirigía a los opositores como si de niños de primaria se tratara, con total y absoluta falta de respeto y abundancia de prepotencia. Ordenaba, proyectaba, etc, todo ello con gran soberbia y ya digo casi a voces como si los dirigentes fuesen sordos o cortos de entendederas. No vi en esa ocasión que nadie se levantara de sus asientos y le pusiera a este señor donde debía estar, silencio por parte de todos los guineanos y un poco de temor es lo que advertí. Daba la impresión de que nada de lo que ocurría en su país fuese con ellos o lo que es peor, que no tenían ideas o temían exponerlas y con ello poner en peligro las ayudas que se les prometían. Una bagatela de ayudas teniendo en cuenta el sometimiento exigido por el país donante. Claro que los había díscolos y nunca aceptaron tal padrinazgo, ni tan siquiera mantuvieron conversaciones con nadie relacionado con los “padrinos” siempre dispuestos a controlar el mínimo movimiento de la oposición ya fuera dentro o fuera de Guinea. Al menos eso creo y sirva como ejemplo el caso de RENAGE, una organización que fue bien al principio pero que más tarde hizo aguas a causa de la irresponsable y prepotente actitud de su dirigente y que dejó heridas bastante profundas en la mayoría de los que secundaron el proyecto. Hay que añadir que RENAGE jamás contó con el apoyo y simpatías de, sobre todo, los socialistas españoles que esgrimían como argumento para su no aceptación que su responsable, Daniel Oyono, procedía del régimen de Macías. Al buen observador no se le escapa que también lo es quien ahora goza de las buenas relaciones y apoyos de los socialdemócratas españoles, Obiang y su régimen destructor de seres, haciendas, ilusiones y esperanzas de futuro, de todo un pueblo, el de Guinea así como de procesos y elecciones democráticas.

En fin, como siempre digo, lo concerniente a Guinea Ecuatorial es un cuento triste, trágico del nunca acabar a consecuencia de la crueldad y falta de voluntad de uno, Obiang, en cambiar su régimen tiránico, mantenerse en el poder utilizando todo tipo de violaciones hacia el país que malgobierna, personas, fauna y flora incluidas; la permisividad/acatamiento de la oposición interior de actos e imposiciones endógenas y exógenas; el arbitrio mal realizado por España, colmado de errores, demasiado subjetivo y tolerante con determinadas partes, el ataque sistemático hacia ciertos opositores que no son tan malos como nos los quieren presentar a la opinión pública, etc, etc… El caso reciente de Severo Moto, demuestra de forma calra y contundente que la línea seguida por el gobierno español es equidistante con lo que desea o prefiere el ciudadano de Guinea. Mientras que para el ejecutivo y la justicia española, Severo Moto, responde a la figura de un traficante de armas, un terrorista, golpista y por ello le mantienen en la cárcel a espera de juicio, para muchos guineanos, Severo Moto y su Partido del Progreso, representan una esperanza, un derecho de todo un pueblo a defenderse de la expropiación de que está siendo objeto por un individuo que llegó al poder tras un golpe de estado. ¿Cómo se puede considerar a Obiang el legítimo presidente del país cuando desde su “golpe de libertad condicionada a sus deseos e intereses” ni un solo proceso electoral convocado por él ha reunido la mínima garantía de transparencia y legalidad democráticas?

Cronistas interesados en no sé qué ¡qué sé yo! Vienen a darnos puntualmente la visión de una campaña electoral a todas luces previsible teniendo en cuenta las precedentes. No es necesario ese relato con revisar las que les antecedieron con las mismas líneas de procedimiento por parte del PDGE y su presidente fundador. Aquí no tiene cabida la sorpresa. Es más de lo mismo: reventón a mítines, amenazas a electores y políticos y un sinfín de anormalidades, como siempre, hasta siempre mientras esté Obiang en el poder. ¿Es esta campaña la más difícil de las realizadas en Guinea? No; es el vivo retrato de las precedentes. ¿Entonces por qué concurrir sabiendo de antemano lo que va a ocurrir incluidos los resultados? ¿Qué pasa con el censo, ya está verificado por todas las partes concurrentes y observadores internacionales? ¿Se ha solicitado con tiempo la asistencia internacional a la jornada electoral? ¿Será el voto secreto o a voluntad de quien convoca al pueblo a pronunciarse, público, a la guineana como acostumbra a calificarlo Obiang? Nada nuevo aportan estas elecciones a quienes desde hace años vienen observando la situación guineana, todo sigue igual…de mal, de ilegal, de injusto para miles de guineanos que ante tal aberración debieran quedarse en sus casas y presentar cara a estas irregularidades boicoteando el fraude preparado. Es lo que haría el pueblo español o cualquier otro de la esfera llamada democrática. Por tanto los guineanos están en su derecho de decir NO AL FRAUDE y abstenerse en lo que pinta como otro más realizado por el mismo autor de las anteriores.

Obiang no debe temer ningún sobresalto en estos días electorales, su principales opositores, al menos los que más teme, están en sitio ¿seguro? y controlado: el llamado en argot carcelario, el trullo. De ahí nadie se mueve ni tiene posibilidades de nada, nada. Unos en Guinea y el “otro” en España. Proceda, Sr dictador a su manera y voluntad.

Concluyo con el título inicial: ”lo nunca visto en cualquier parte del mundo se produce en Guinea, por un régimen corrupto, la permisividad y amparo de gobiernos como el de España, una oposición interior actuando y creada a imagen y semejanza del dictador y una población silenciada por el temor y la amenaza”, añado.



Fuente: Propia

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