El político y neurólogo británico DAVID OWEN, analiza en su nuevo libro ” IN SICKNESS IN POWER ” - EN LA ENFERMEDAD Y EN EL PODER-, la locura que provoca el poder. Los síntomas , según OWEN, son claramente visibles : exagerada confianza en sí mismos , desprecio a los consejos de quienes los rodean y alejamiento progresivo de la realidad.

DAVID OWEN explica asimismo en su ilustrativo libro que las presiones y la responsabilidad que conllevan el poder termina afectando a la mente, conclusión de seís años de estudio del cerebro de algunos líderes politicos. El poder intoxica tanto, según OWEN, que acaba afectando el juicio de los dirigentes.

Llega un momento en que quienes gobiernan dejan de escuchar, se vuelven imprudentes y toman decisiones por su cuenta y riesgo, sin consultar a sus asesores y colaboradores más capacitados y juiciosos, porque piensan que sus ideas son las más correctas.

El Psiquiatra Manuel Franco, jefe de servicio del complejo de Zamora, explica lo que pasa con los dirigentes políticos:

” Una persona más o menos normal, se mete en política y de repente alcanza el poder o un cargo importante. Interiormente tiene un principio de duda sobre si realmente tiene capacidad para ello. Pero pronto surgen la legión de incondicionales que le felicitan y reconocen su valía. Poco a poco, la primera duda sobre su capacidad se transforma en confianza y empieza a pensar que está ahí por méritos propios . Todo el mundo quiere saludarle, hablar con él, recibe halagos....

Esta es sólo la primera fase , después se entra en la ideación megalo-maníaca, cuyos síntomas son la infalibilidad y de creerse insustituible ”.

Tras un tiempo en el poder, según Manuel Franco, los afectados por el síndorme de Hubrís padecen lo que psicopatológicamente se llama desarrollo paranoide: Todo el que se opone a él o a sus ideas son enemigos personales, que responden a envidias. Puede llegar incluso a la paranoia o trastarno delirante, que consiste en sospechar de todo el mundo que haga una mínima crítica y a progesivamente aislarse más de la sociedad.

Como castigo al SINDROME DE HUBRIS está la NEMESIS que devuelve a la persona a la realidad a través de un fracaso o cuando pierde el poder.

Las situaciones descritas más arriba por el Dr. Manuel Franco y Owen, pueden entenderse perfectamente en los casos de los dictadores africanos, muy propensos al apego al poder y a la destrucción de sus supuestos opositores por una simple crítica sobre la realidad social, económica y política de los paises que gobiernan con mano de hierro, en contra de la voluntad de sus conciudadanos, a los que se les niega, como primera medida, la posilibidad de elegir libremente a otro dirigente.

En el caso concreto del tirano de Malabo, amigo de los gobiernos de España, creemos que debe estar su sindrome de hubrís en una fase bastante avanzada, dado el tiempo que lleva en el poder ( el próximo 3 de agosto del 2009 cumplirá los 30 años al frente de Guinea Ecuatorial), las decisiones erróneas que adopta todos los días, su apego morboso a la silla presidencial y el gusto a los halagos, títulos honoríficos inservibles que lleva recibiendo desde hace varios años.

El culto que se rinde a su persona y a sus familiares directos roza el sometimiento a los dioses paganos de las pueblos de la prehistoria, se ha autoproclamado libertador de Guinea Ecuatorial, el día de su nacimiento se ha bautizado como día de la revolución cultural, y es fiesta nacional, y una serie de boberías incontables a las que se prestan sus incondiccionales seguidores y familiares, que más que un Estado moderno, Guinea Ecuatorial parece hoy en día a una república bananera de bufones y payasos, o a una teocracia, cuyo dios es alabado desde la mañana hasta la noche. Las rídiculas escenas de alabanzas, halagos y sometimiento al tirano y a su familia, superan las organizadas por los fanáticos de Corea del Norte, en memoria de su ” eterno dirigente ” KIM MIN SUNG y su retoño KIM JONG IL.

El desprecio del tirano de Malabo a todas las normas de decencia democrática y a las libertades y derechos de sus conciudadanos le ha llevado a tomar decisiones que en cualquier país normal, serían motivo de escándalo y de su evicción del poder: jubilación forzosa a todos sus compañeros del ejército que contribuyeron más que él en el derrocamiento de Macías Nguema, designación de ineptos y analfabetos en cargos de responsabilidad a nivel del gobierno central, autoridades períféricas y personas sin ninguna formación ni experiencia, familiares suyos, en el servicio diplomático; acaparamiento de todas los bienes y propiedades del Estado; uso público y abusivo de los fondos públicos para financiar el tren de vida alocado de su familia de su familia; atribución ilegal de mercados de obras públicas a empresas de sus familiares y amigos sin reunir las más mínimas condiciones, ni licitación pública;....todo esa vorágine de ilegalidades sólo es posible y factible en unas condiciones mentales explicadas por el británico OWEN en su libro EN LA ENFERMEDAD Y EN EL PODER.

La pérdida del sentido de la realidad del tirano es tan agudo que la caótica situación en la que ha dejado el país, después de 29 años de tiranía, para él y sus incondicionales aduladores, son casi un milagro para los ecuatoguineanos: vivir sin agua, sin luz, sin educación, sin salud, sin pensiones, sin transportes fiables, con salarios miserables, edificar obras que se caen al año de inaugurarse,....mientras los afortunados del régimen, con el tirano y su familia en cabeza, que no llegan ni al 0,5 % de toda la población ecuatoguineana, atesoran más de 30.000 millones de € que nunca se gastarán ni en este mundo ni en el otro.

Con el sindrome de hubris a cuestas, otros achaques de la edad y otras enfermedades, la caótica realidad social por todas partes, y el miedo permanente de un levantamiento popular o una invasión mercenaria: así le van los días al tirano capitán general. Días que deben ser amargos, a la espera de NEMESIS.

Fuente: MBO OBA

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