Tras las pasadas mal llamadas elecciones (fraudulentas, añado) del cuator de mayo en Guinea Ecuatorial, se ha ido observando como un repliegue de ciertos sectores guineanos en cuanto a su participación en foros y páginas dedicadas a ese país, único punto de referencia para los que se encuentran a muchos kilómetros de distancia o para aquellos que siguen interesados en seguir la involución cada vez más creciente que se registra en el país centroafricano. Efectivamente, para cualquier observador objetivo y bien intencionado la situación guineana se ha ido deteriorando conforme los petrodólares (hurtados a sus legítimos dueños) se han ido distribuyendo a gabinetes de imagen, bufetes de abogados, lobbys influyentes etc. junto a promesas de licencias para la explotación del maná negro realizadas a países críticos en el pasado con el régimen y que durante un tiempo a esta parte, más que suavizar sus políticas con el “repartidor” de riquezas, se han convertido en sus principales aliados dejando de lado las justas reivindicaciones de los guineanos a una apertura o cambio político.

Es curioso que cada caso que se produce en Guinea sirve de lectura explícita, a modo de barómetro, para calibrar de donde se viene, como se está y como se perfila el futuro. La farsa reciente ha surtido ese efecto entre los guineanos de forma contundente despejando las dudas o posibles esperanzas que pudieran albergar en cuanto a la actitud del dictador que ha demostrado con sus acciones no dar ni un solo pasito hacia adelante en la democratización del país, sino grandes zancadas hacia atrás, cada vez en más franca regresión. Al mismo tiempo en este proceso que podemos considerar una burla hacia todos y hacia todo, ha dejado bien claro de que lado están los diferentes actores en este complejo y malversado asunto guineano. Se puede afirmar que ahora ya no quedan más sorpresas en el sombrero del mago. Todo lo malo y bueno de Guinea ha quedado al descubierto. Nadie se puede llamar a engaños ni engañar a otros. Tampoco se deben esperar cambios de dirección tanto del que ejerce como dueño de Guinea como de los que le han servido de colaboradores hasta llegar a la actualidad. A partir de ahora los guineanos ya saben quién es quién y qué defienden en esta historia.

Hoy muchos guineanos se saben solos en su causa; huérfanos y traicionados por la que fue considerada erróneamente (a los hechos me remito) su “madre patria”; les ha costado tiempo llegar a admitirlo, a constatarlo y quizá este nuevo fraude haya servido de aldabonazo para hacerles conscientes de esa soledad así como la necesidad de tomar las riendas por sí mismos para que se opere ese cambio tan ansiado sin depender de ayudas, consejos e incluso imposiciones exógenas en sus conductas y planteamientos políticos. Lo que se tendrá que ir viendo es si esta circunstancia ha fortalecido a algunos para seguir en su empeño en la denuncia, en la reivindicación, en el cambio de estrategias y hay que contar con el efecto contrario en otros, tirar la toalla y preparar las maletas para volver al país a pesar de todo. Los ejemplos conocidos de los que se decidieron por esta última opción son muy elocuentes del futuro que les aguarda…En cuanto al repliegue al que me refería al principio, puede tener varias interpretaciones, pero, este síntoma de abstinencia expositiva, para no caer en la especulación debido a la sempiterna carencia de información tanto oficial como oficiosa a la que somete “sus cosas” el régimen guineano, será el tiempo y los acontecimientos quienes nos marquen su etiología.

Lo que se ha evidenciado y está claro es que apenas se han producido comentarios a lo sucedido antes, durante y después de la jornada electoral y sus posibles consecuencias dentro y fuera del país como ha ocurrido en otras convocatorias electorales. Todo lo relacionado al simulacro electoral se ha hecho muy deprisa, con grandes lagunas legales y no se sabe si estas circunstancias y la convicción de que el fraude estaba cantado es lo que ha provocado que esas posibles intervenciones no se hayan producido Se podría calificar de “éxito” la constante del régimen en cerrar vías de información (las pocas existentes) para que no trasciendan datos, de lo que se cuece en Guinea. Poco a poco a poco, tacita a tacita de represión y otros ingredientes de intereses o vaya usted a saber, se va consiguiendo que cada vez sea más difícil contar con la crónica puntual y objetiva de lo que en el país africano acontece. La cuestión, según se desprende de los resultados que se ven y algún otro signo que la propia intuición indica es que la libertad, el derecho a la información es cada vez más escasa (siempre lo fue) y que seguramente se le han puesto más puertas y cerrojos a fin de que no trascienda, salvo lo que le interese destacar al nuevamente revalidado dictador, Obiang. Al igual que la mayoría de la población guineana desprovista de cualquier derecho, la libertad de expresión es objeto de secuestro, extorsión, manipulación, etc. etc. por orden de la superioridad.

Aun así, cualquier guineano podría, en caso de considerarlo oportuno, recurrir a esta u otras webs para manifestarse o denunciar hechos verídicos. ¿Entonces porqué no lo hace? Algunos periodistas ya veteranos en esto de los silencios oficiales tenemos aprendido que cuando no hay noticias provenientes de un caso o un país como Guinea no es que no esté ocurriendo nada fuera de lo normal; todo lo contrario. Se evidencia con ello que la “cosa” de la información está atada y bien atada, parafraseando a otro dictador, Franco, cuando se refería a las condiciones que había previsto para la España del futuro sin él y que se han ido cumpliendo, incluso mejorado, en sus previsiones.

Aparte de esta percepción que forma parte de mi introducción y cuyas respuestas iremos consiguiendo por azar o como he indicado, siguiendo el hilo de los acontecimientos, hay otras que sí se saben como por ejemplo la reacción “moderada” del CPDS a los resultados de la esperpéntica convocatoria electoral en la que ha participado aun a pesar de determinados casos/caos ocurridos antes, durante y post elecciones y que no hicieron, aun siendo muy graves, que desistiera de formar parte de la mascarada. No es posible, ni creíble que personas que están viviendo in situ desconocieran lo que otras a muchos a miles de kilómetros predijeron sobre la farsa del día 4 de mayo. ¿Cómo se debería interpretar por los guineanos que consumado el fraude con menos diputados de los que se “figuraba” el CPDS, este les venga a decir que recurrirá ante la JEN o cualquier otro organismo? Allá los guineanos crédulos pero, este recurso, como otros presentados en el pasado no verá la luz del procedimiento debido. Es como una huída hacia delante del CPDS, al que ya se le han acabado los “recursos” para justificar su presencia en un “parlamiento” de características dudosas. Más aún; ilegales, puesto que para llegar a formarse no se ha tenido en cuenta la voluntad de quien debe, con su voto libre y secreto, conformarlo: el pueblo de Guinea Ecuatorial. Ojala, que a la hora de evaluar la conveniencia de tomar posesión de ese único escaño concedido por la superioridad, el CPDS, obre con la cordura que exigen las circunstancias y no vuelva a incurrir en errores pasados cuyas consecuencias, como bien se ha visto, no propician en nada un cambio real en la situación caótica que viven los guineanos, sino más bien un afianzamiento del poder absoluto impuesto y representado por Obiang.

Cuando le fueron asignados al CPDS, dos disputeados, única forma de calificar a los que forman ese grupo de fieles seguidores de Obiang, nada cambió. No se operó ningún cambio ni político, ni económico ni social, ¿entonces cómo será la próxima llamemos “legislatura” con solo UNO? Recapaciten señores del CPDS y vuelvan a ser una formación opositora real ya que con su presencia en el parlamiento no han conseguido un real…cambio en ningún sentido en beneficio de la población guineana.

Y por supuesto, nadie está a la expectativa de los datos oficiales del Gobierno en cuanto a los resultados. Nada nuevo de lo que se previó puede surgir. El “recuento legal” de votos ha ido en regresión, es el calco de las primeras, salvo las municipales del 75. Ya no se tiene recato y si mucho descaro en determinar por el dedo superior (que todo lo designa) un porcentaje casi del 100x100 a favor del PDGE. Porque obviamente los diez más o menos destinados a los partidos satélites de siempre no tendrán ningún efecto salvo el pasar por ventanilla para satisfacer la mensualidad de los “elegidos” en pago a su fidelidad y acatamiento a su excelencia el dictador, Obiang.

Y ante tanta irregularidad, desamparo, vulneración de derechos fundamentales, etc. al que somete a diario a todo un pueblo, sean precisamente estos agravios los esgrimidos por los abogados del dictador en el recurso presentado ante el Tribunal Constitucional con el fin de que le sea revocada de nuevo a Severo Moto, su condición de exiliado político. La lectura del tal recurso, teniendo en cuenta las condiciones en las que tiene sumido a todo un pueblo “la parte recurrente” es, si no fuera tan penoso y cruel, digno libreto de una función de los hermanos Marx. Cualquiera, conociendo la situación a la que tiene sometida Obiang a toda una población durante años, calificaría este escrito de cínico, irrespetuoso, y una retahíla de epítetos que como conclusión nos llevarían al máximo nivel de la inmoralidad con la que es capaz de actuar un ser humano. Es ignominioso, que un dictador aduzca esas razones cuando tan maestro es en implantarlas y conculcarlas en su propio país y por lo cual debería ser juzgado por la comunidad internacional, en primer lugar, España. Pero, ahí tenemos el recurso nada menos que en el Tribunal Constitucional presentado por una persona que desprecia y no cumple la constitución (en minúsculas) por él redactada, mejor decir, por él diseñada.

En cuanto al procedimiento hay mucho que hablar. No soy jurista y no puedo opinar por el momento, lo que sí le ruego desde aquí a quien conoce y trabaja con las leyes y sus instituciones, nos explique si este recurso guarda alguna relación con algún caso en el que un país desestime o recurra una sentencia del Tribunal Supremo de otro. El objetivo de Obiang, ya lo sabemos, es tener en sus…quién sabe, a Moto. Al parecer ha pedido insistentemente al gobierno español su extradición, ignoro si oficial u oficiosamente. Al parecer no ha obtenido la respuesta esperada a pesar de que fue el gobierno español en un consejo de ministros quien le retiró a Moto su condición de asilado, para más tarde ser rebatida esta decisión por el Tribunal Supremo. ¿Nueva argucia a dos bandas, hispanoguineana para que Moto sea desprovisto de su condición de exiliado político? Esperemos obtener pronto la respuesta que nos puede ser facilitada por un buen abogado y buena persona que lleva a Guinea en su corazón como muchos de nosotros y que como respuesta a su entrega ha padecido dolorosas experiencias.

En cuanto al futuro de Severo Moto, este es imprevisible. Sigue privado de libertad por su aún no probada ni juzgada actuación en un supuesto tráfico de armas inservibles, de pura chatarra de poca monta, pero ahí sigue sin que se hayan aportado detalles concretos ni fechas de juicio o libertad condicional. Es muy extraño que el que según parece representa un peligro y es tratado como un capo de tráfico de armas, cuente con tan poco patrimonio en efectivo e inmuebles de tal forma que ha vivido, según se dice por sus más cercanos colaboradores, casi de la caridad, de la beneficencia, aquejado de enfermedades que no encuentran en la cárcel sus mejores aliados para combatirlas. Lo que sí parece estar claro es la obstinación de Obiang en conseguir al final su objetivo con ayuda de colaboradores exentos de muchas cualidades de dignidad y decencia de las que deberían dar muestras políticos que dicen servir a los intereses de su país, en este caso, España. Muchos españoles no compartimos la forma de defender (si es que es eso) los intereses de España creando affaire tan deprimentes a todos los niveles como el “caso Moto”, que requiere de muchas luces y taquígrafos para despejar el oscurantismo que desde un principio se ha venido apreciando alrededor del mismo. ¡Lástima que este tipo de casos no susciten el interés del periodista ni a la empresa que le paga la nómina a final de mes! ¡Así nos luce el pelo…a los españoles!




Fuente: Propia

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