En el juicio que se sigue en Malabo contra 144 ciudadanos acusados de una supuesta tentativa „golpe de Estado“ [la mayoría autóctono del distrito natal del presidente, Mongomo], el ministerio fiscal intenta sostener su acusación por el mero hecho de que gran parte de los procesados, o son ex militares, o son militares en activo. Sin embargo, el poder político militar del que se atribuye, y, que en cierto modo, ha monopolizado el distrito de Mognomo, no obedece sino al carácter étnico tribal y regional adquirido por el gobierno guineano tras el frustrado golpe de Estado de marzo de 1969. Este militarismo no es sino falaz, si bien su auge en zonas concretas ha estereotipado a la opinión pública.
Pedro Nolasco. Malabo, sábado 01/06/02.
El macro-juicio „político-civil“de Malabo, en el que ha quedado demostrado que no ha habido trama golpista contra el régimen del general Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, si bien podría tratarse de una persecución política contra los dirigentes del FDR, Guillermo Nguema Elá y Felipe Ondó Obiang y el Secretario General de CPDS, Plácido Mikó Abogo, no hay más novedad, salvo el super-esfuerzo del ministerio público en mantener una acusación sin cargos contra [ninguno] los procesados. „Visto la postura que adopta el procesado, en no reconocer sus declaraciones que hizo en la policía, este ministerio fiscal no tiene más preguntas“. Y efectivamente, el ministerio fiscal no tiene preguntas que hacer a los procesados, cuyas declaraciones fueron prestadas bajo torturas y obligadas a ser firmadas, en un asunto que les suena como algo de otro mundo. „Señoría, esto me suena como un cuento chino, no es que menosprecie a los chinos“, declaró humorísticamente durante su interrogatorio Guillermo Nguema Elá, uno de los que el fiscal solicita pena de entre 30 años a muerte.
Las últimas jornadas son muy aburridas. „Si el ministerio fiscal no presenta cargo alguno contra el procesado, luego esta defensa no tiene pregunta que hacer a su defendido“. Este es el carril que ha adquirido el juicio, y hasta el día de ayer habían declarado en juicio oral público 76 de los 144 procesados en la causa sumarísima de „atentado contra el jefe del Estado, forma de Gobierno, conspiración, inducción a la violencia y ´homicidio´ al presidente de la república“. La defensa se ha cansado en increpar que no puede haber homicidio contra una persona que sigue con vida, pese a ello la fiscalía no deja de mencionarlo. Pero no es de extrañarse en un juicio dirigido, en su mayor parte, por jueves tradicionales de primera instancia de Río Muni.
La fabricación de supuestos intentonas golpistas, como denuncia la oposición guineana y los observadores internacionales, no le ha ido tan bien esta vez al régimen de Malabo. Los miembros del Gobierno que frecuentaban el cine marfil se han evadido. La desvergüenza ha sido excesivamente escandalosa que la que se registró en otras ocasiones. Aquí, en el cine Marfil, se ha dicho de todo, excepto que los procesados hubieran incurrido en actos que atenta contra el jefe del Estado, su forma de Gobierno ni mucho menos conspiración e inducción a la violencia. Todos, en absoluto todos, están implicados por sus relaciones con FDR o por su parentesco, amistad o vecindad con su dirigente Felipe Ondó Obiang, tal es el caso de un señor al que se le escapó dos patos en el solar de Ondó Obiang cuando eran vecinos del barrio PUNT de Bata, en 1992. Éste, al igual que otros tantos, no tardó si quiera tres minutos en el estrado, por no hallar cargo alguno contra ellos en los hechos objeto de enjuiciamiento.
EL MILITARISMO DE MONGOMO REFUERZA LA ACUSACIÓN
Convencidos políticamente e ideológicamente que hay que imponer severas penas y demostrar que los procesados son culpables de los supuestos delitos que se les imputa, el ministerio público que preside el ´mismo´ fiscal general del Estado se encuentra en un callejón sin salida. El presidente del tribunal, Martín Nsue Ndong, que en principio mostró una actitud más favorable a la fiscalía que a la defensa, también empieza a enajenarse. „Por favor, esta presidencia ha insistido que si el ministerio público no tiene pregunta que hacer al procesado que pase la palabra a la defensa“. Pero el Fiscal no se estremece. Junto a los dos jueces tradicionales que le acompañan, obstinan cerca de los procesados, y el presidente del tribunal sigue recalcando, mientras la defensa prácticamente se aburre, porque los cargos no existen ni se demuestran.
Atrapado en este callejón, Nzambi Nlonga y sus compañeros tratan de apoyarse en el hecho de que gran parte de los procesados son ex militares y militares en ejercicio, mientras la defensa desarticula que Mongomo es una zona militarizada. „Se ha dicho aquí que todos los de Mongomo son militares“, apostilla uno de los defensores, y exige que conste en el acta.
La Fuerza Demócrata Republicana, fundada a finales de 1994, al igual que otras formaciones políticas, tiene mucha implantación y más adeptos en la región al que pertenecen sus cofundadores y dirigentes. Unión Popular tiene más implantación en Kie Ntem, al igual que CPDS en Centro Sur y Litoral, que en ninguna otra zona. La implantación nacional dependerá de la estructura organizacional y popularidad de cada partido. A parte del gobernante PDGE, la CPDS sigue siendo el único partido que, por su capacidad estructural, ha logrado implantarse en todas las regiones del país, excepto Mongomo, distrito que prácticamente sigue en la época de partido único.
La hasta ahora no legalizada FDR tiene como dirigentes a oriundos de Mogomo, y si es una zona militarizada, hay que prever que gran parte de sus simpatizantes en dicha zona serán militares. Pero es una tesis comparativamente tendenciosa respecto al juicio sumarísimo que se celebra actualmente en Malabo. Un joven albañil y sobrino de Felipe Ondó Obiang reveló ayer toda la verdad durante su interrogatorio. Hipólito Enzema Mdjambo, de 27 años, poco después de ser torturado y bajado del „ helicóptero“ [término del instrumento de tortura de la cárcel de Black Beach, donde se cuelga a la gente boca abajo, atadas en las manos y en las piernas] un comandante le manifestó: „cuando os detenemos no es porque habéis hecho algo, sino porque ya hemos hablado muchas veces con vuestro tío y no quiere reflexionar“. Guillermo Nguema Elá, también lo confirmó durante su interrogatorio. „Como nos habéis traicionado con la creación de FDR, ahora os lo vamos a demostrar“, dijo el comisario que le detuvo.
Cuando se analiza la naturaleza de las detenciones y la represión política desatada tras la „desarticulación“ de esta supuesta intentona golpista, poca justificación tiene la implicación de militares y ex militares. Durante las torturas se obligó al hijo de Ondó Obiang y sus familiares más directos a citar los nombres de la gente que conoce y sobre todo si son militares.
Las declaraciones de Hipólito confirman las críticas vertidas sobre la premeditada y organizada intención de acabar con el nacimiento de FDR y acallar a sus dirigentes, en su intento de introducir el pluralismo político en la zona de máxima influencia política del mandatario guineano y su partido, el distrito de Mongomo.
Si bien es cierto que el militarismo de Mongomo, iniciado por Macías Nguema Biyogo y potenciado por su sobrino Teodoro Obiang Nguema, ha logrado integrar en el ejército a buena parte de los habitantes de esta localidad, sin embargo, no se puede sostener que todo el distrito está militarizado. Precisamente, las zonas colindantes y más próximas a sus respectivos poblados son los que mayor porcentaje de militares tiene. Pero esto es solamente una ínfima parte para un distrito que cuenta con alrededor de 56 consejos de poblados [no poblados en sí], aunque comparativamente superior a otros en términos de habitantes.
El poder en África es, en muchos casos, tribal, étnico o regional. Esta situación, favorecida por la inculturación y el subdesarrollo, ha originado que los dignatarios se valen de dichos conceptos con el único objetivo de reforzar sus imperios y no puramente por razones discriminatorias. De hecho, la región de Mongomo se presenta con toda crudeza como la más desfavorecida en términos de bienestar social, cultural, económico y político, en medios rurales. El nivel de vida que exhibe sus dignatarios en la ciudad no llega al campo, en donde reside más de la mitad de los ciudadanos.
Mongomo no es una región militarizada, y si la democracia aún no ha llegado allí no se debe a la repulsa de sus habitantes si no a la represión generalizada, que tiene su punto culminante en esa zona, donde cualquier atisbo de pluralismo ideológico se recrimina con toda la dureza. El actual macro-juicio es más que una prueba. Eso sí, esta exclusión política, ignorada y pasado de alto en todos los foros nacionales e internacionales, representa un gran peligro para la estabilidad del país y del tibio proceso democrático en curso desde 1991. La legalización de FDR no puede si no hacer más creíble el proceso de democracia pluripartidista.
En las memorias de Felipe Ondó Obiang se recoge: „(...). La dictadura actual tiene algo de términos científicos, o sea, hay gentes capacitadas y formadas, pero ellos son incapaces de desarrollar su capacidad científica porque viven y están inmersos en una dictadura, y la dictadura no permite que tú puedas expresar las cosas libremente. Además, son capaces de decir que el color blanco es negro, se lo mantienen y tú no lo quitas. Los términos que hablan de regionalistas (...) Lo que a mí me gustaría decir [porque incluso se ha ido a Mongomo a decir que allí no habrá otro partido] es que esas cosillas, yo las llamo cosillas, son de gente de corta memoria política. (...) Lo que pasa es que nos sentimos con mucha fuerza en nuestro pueblo y la tenemos, tenemos gentes preparadas y serias que les da miedo, y para que esto no suceda, la gente cree que es una cosa regionalista, eso es mentira. ¿La CPDS no tiene chicos de Niefang? (...), ¿cuántos de Ebibeyin son de UP?, ¿es un partido de Ebibeyín? Son ideas infantiles“. (...)Nosotros hemos trabajado y queremos que trabajando, perdonando, reconciliando con los hermanos, con la gente, haciendo que cada uno exprese en el marco de la ley, este país va a ser lo mejor éxito que se dicen(...)“.
Fuente: La Diáspora
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