Las fuerzas de seguridad y del orden público, que desde que se inició el juicio han venido actuando al borde de la ley, bajo el pretexto de cumplir las órdenes de la „superioridad“, impidieron el martes 4 de junio la entrada al cine Marfil de los dos únicos periodistas nativos que se encargan de cubrir el macro-juicio contra los opositores al régimen de Malabo. El martes estaba previsto el dictamen de las sentencias definitivas, que ha sido postergado para mañana jueves, según anunció un vocal de la presidencia del tribunal, que desde el día 23 de mayo se celebra en Malabo.
Desde se apertura, las fuerzas del orden han venido mostrando su más sentido reacio a los periodistas de la prensa independiente de nacionalidad guineana, Rodrigo Angüe Nguema, corresponsal de AFP, BBC y PANAPRESS y del periodista independiente y presidente de la ASOPGE, Pedro Nolasco Ndong Obama Nkara, los únicos periodistas nativos que cubren para la prensa extranjera el juicio contra los opositores al régimen de Guinea Ecuatorial.
El domingo impidieron la entrada de Rodrigo Angüe. Este martes se ha vuelto a repetir la historia, con la expulsión de Pedro Nolasco. Con anterioridad, los guarda espalda del ministro delegado de Seguridad Nacional, Manuel Nguema Mba, prohibieron a los fotógrafos hacer las fotos durante el juicio, incluso uno de ellos fue apaleado. Hoy, Nolasco fue expulsado con empujonzazos y obligado a abandonar el sitio en menos de cinco minutos, tras hacer lo mismo con Rodrigo Angüe Nguema.
Según los agentes de la seguridad, la orden ha sido dada por un teniente coronel, cuyo nombre no quisieron revelar, si bien se sabe que la guardia de marfil está comanda por el teniente coronel Joaquín Ndong, un hombre muy próximo a la familia presidencial. A estos dos periodistas se les acusa de jugar un „doble papel“ y de lanzar informaciones no favorables al Gobierno en torno al juicio que se sigue en Malabo, según recriminaron dichos agentes. „Habéis venido aquí únicamente para seguir el juicio y no hablar con los blancos ni con los procesados“, dice un agente no uniformado.
Esta situación no se puede sino atribuir a la grave situación que atraviesa la libertad de prensa en Guinea Ecuatorial, donde los periodistas independientes son perseguidos y tildados de opositores al régimen del general Teodoro Obiang Nguema, considerado como uno de los temibles depredadores de la libertad de prensa en África.
En una conversación telefónica desde Malabo, el presidente de ASOPGE, Pedro Nolasco, ha manifestado que „este comportamiento de las fuerzas del orden no únicamente constituye una clara muestra de violación de libertad de prensa sino también una latente ingobernabilidad que atraviesa el régimen guineano en los dos últimos anos, porque no se explica que los agentes del orden, encargados exclusivamente de garantizar la seguridad y el orden publico, se atreven en expulsar en un acto público a periodistas que previamente han obtenido su preceptiva acreditación en el ministerio de Información“.
En los términos más duros, el presidente de ASOPGE se cuestionó sobre quién realmente gobierna este país, ante la brutalidad con que las fuerzas del orden tratan a los ciudadanos que pretenden seguir el macro juicio del cine marfil. No obstante, añadió, es obvio que el espectáculo de marfil, sobre el juicio de un supuesto atentado de „golpe de Estado“, se complete con esta escena, la única que faltaba para que se consuma los pronósticos de un indiscutible teatro de la desvergüenza del siglo.
El Gobierno guineano, muy alérgico a la libertad de prensa, ya venía mostrando su preocupación por la presencia de ciertos periodistas en el cine marfil, principalmente del enviado especial de El País, Ramón Lobo y de los periodistas guineanos Rodrigo Angüe Nguema y Pedro Nolasco, así como de los diplomáticos y observadores internacionales.
El régimen guineano se encuentra a la cabeza de los diez primeros países que violan sistemáticamente la libertad de prensa. Los ciudadanos que hacen suyo el derecho de la libre expresión, opinión e información, tienen que pagarlo muy caro, como es el reciente caso del Secretario General de Unión Popular, Fabián Nsue Nguema, quien el 29 de abril fue encarcelado a raíz de un artículo crítico que publicó por Internet. Se le acusa de „injurias y difamación“ al jefe del Estado, un delito que en la dictadura guineana conlleva al menos dos años y medio de cárcel, una multa de 200 mil francos y una indemnización al Estado de más de 20 millones de francos CFA.
Sánchez Memba. Yaoundé, miércoles 05/06/02
Fuente: La Diáspora
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