Londres, 13 jun (EFE).- La organización pro derechos humanos Amnistía Internacional (AI) pidió hoy o la puesta en libertad de las casi 70 personas que recibieron sentencias “injustas o duras” el pasado domingo en Guinea Ecuatorial con la única base de confesiones extraídas mediante tortura.

Las sentencias, que oscilan entre los seis y los veinte años, se pronunciaron en un tribunal civil de Malabo, donde 144 acusados, detenidos desde el pasado marzo, fueron juzgados por cargos de violar la seguridad del Estado en un proceso sumarísimo.

Dos dirigentes de la Fuerza Demócrata Republicana (FDR) –un partido en la oposición aún no legalizado-, Felipe Ondó Obiang y Guillermo Nguema Ela, fueron condenados respectivamente a veinte y catorce años de prisión, mientras que el secretario general del principal partido de la oposición, Convergencia para la Democracia Social (CPDS), Plácido Micó, fue sentenciado a otros catorce años.

“Estas sentencias se aprobaron tras un juicio injusto en el que no se presentaron pruebas contra ninguno de los acusados, a muchos de los cuales se les había torturado para que confesaran”, declaró hoy el observador de AI en el juicio.

El proceso se vio marcado por una serie de violaciones graves de los derechos humanos y abusos del procedimiento, tales como el uso de confesiones extraídas mediante la tortura y de las que los acusados se retractaron en la sala.

El tribunal hizo caso omiso a las denuncias de tortura pese a las marcas visibles en los cuerpos de los acusados, denuncia AI, que apunta también la falta de una defensa adecuada ya que los abogados sólo tuvieron un día para examinar los cargos contra sus clientes.

La organización denuncia también la falta de independencia del tribunal, cuyos miembros fueron nombrados por las autoridades.

“Todo el juicio se basó en el recurso a la tortura”, según Amnistía, que explica que varios de los acusados tenían las muñecas rotas tras haber sido torturados mientras permanecían incomunicados y los malos tratos continuaron durante el proceso.

Algunos de los acusados que se retractaron de sus confesiones fueron torturados al parecer como represalia.

Las condiciones de las cárceles durante el juicio también pueden considerase como tortura, ya que los acusados fueron encerrados desnudos en celdas diminutas y superpobladas, explica la organización.

Amnistía exige una investigación sobre las acusaciones de tortura y que cualquiera que sea sospechoso de haber perpetrado malos tratos sea llevado ante la justicia, en un proceso que cumpla con las normas internacionales.

AI pide también a la comunidad internacional que presione a las autoridades guineanas para organizar un nuevo juicio que respete las normas internacionales y proteja a los acusados de maltratos. EFE





Fuente: EFE

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